Capítulo 28

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Jungkook volvió a aspirar el aroma de la habitación cerrando los ojos por un segundo.

Demasiado empalagoso.

Cuando estás en el colegio te enseñan eso, que los omegas tienen cambios en las glándulas segregadoras del aroma cada vez que un nuevo celo les llega. Era algo simple de explicar. Era su cuerpo acomodándose para poder atraer a los alfas y aparearse.

Algo sencillo y primitivo que quedaba fuera del control del humano para darle paso a su lobo de guiarse por instintos.

Sin embargo representa un gran problema para la población omega.

No son solo personas queriendo enlazarse y persuadir con sus encantos a los alfas e incluso algunos betas.

En los años antepasados, sus derechos eran violados debido a lo que su cuerpo producía y no podían manejar, la culpa era del más débil, cuando el perpetrador había sido otro.

Un alfa, sí es lo suficientemente convincente puede calmar al omega solo con su aroma, no hay necesidad de realizar un acto sexual solo porque un chico o chica esté cegado bajo los efectos del celo.

Por esa razón se crearon los supresores, un método que puede ayudar a disminuir los cambios que se presentan en el cuerpo y minimizar el aroma que atrae a un alfa.

Pero taehyung no tenía esas pastillas o inyecciones, y Jungkook se estaba volviendo loco por qué no sabía dónde estaba.

El azabache bajó a toda prisa por las escaleras tomando nuevamente las llaves con desesperación y saliendo al frío de la intemperie. La ansiedad creciendo con rapidez en su interior y la impotencia de no saber por dónde comenzar a buscar lo estaban matando. Y su mente torturandolo con escenarios donde a su lindo omega le sucedían cosas con las que no quería pensar.

Jungkook ni siquiera lograba encontrar un punto inicial por donde comenzar, había querido mantener el hecho de que vivía con Taehyung solo para él, no deseaba que alguien se acercara a su casa y perturbara al menor con el aroma o lo hiciera sentir incómodo con algún cuestionamiento. Pero esa decisión justo ahora le estaba pesando.

De pie en la entrada de su casa, el alfa se sentía inútil, sus manos temblando con miedo y rezando para que nada le sucediera al castaño.

- ¡Hey Jungkook! - Soojin elevó la voz desde el jardín de su casa, elevando la mano que no cargaba la bolsa de basura para saludarlo.

Jungkook miró a ambos lados de la carretera antes de acercarse a la mujer y hacer que se alejara un poco por el aroma fuerte que desprendía de su cuerpo.

- ¿Estás bien?

- Hola, ¿has visto a Taehyung? - la alfa frunció el ceño sin entender - Es el chico castaño que vivía en aquella casa, él no habla con nadie - el azabache señaló la casa de los Kim, que se encontraba en completa oscuridad. Soojin podría haber visto cuando salió, si lo hizo solo o algo que lo ayudara a poder encontrarlo.

- Ahhh, tu novio.

- No es… - negó para sí mismo, no tenía tiempo de ponerse a debatir con la mujer la relación extraña que él y Taehyung mantenían en ese momento - ¿Lo has visto?

- Ésta tarde me pareció ver que entraba a su casa. Creí que ustedes…

- Gracias - la acción maleducada fue pasada en alto por ambos, Soojin al pensar que estaban teniendo una pelea y tenía prisa por encontrarlo y Jungkook enfocado en lo último.

El alfa no tardó en llegar a la casa frente a la suya y notó la puerta mal cerrada.
El sonido de las bizarras oxidadas llenaron el silencioso y al parecer vacío hogar. Sin embargo había rastros del aroma del omega impregnado aún en el ambiente de la sala.

El misterio de Kim Taehyung  ♡ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora