El misterio de Kim Taehyung ♡ KookV

Capítulo 47

Jimin respiraba el aire nocturno, la primavera estaba en todo su esplendor, sin embargo las noches seguían siendo frías. Cuando el viento rozaba su piel muchas veces se erizaba, su nariz se ponía rojiza no sólo por el polen si no por la temperatura algo baja y terminaba siempre buscando algo que lo abrigara, sin entender como los demás ya habían comenzado a dejar de usar tantas prendas que los protegiera del clima.

- ¿Esperaste mucho? - La voz del alfa hicieron al bajito que saliera de sus divagaciones, su cabello rubio algo revuelto por la brisa y sus manos escondidas en los bolsillos del abrigo café que llegaba hasta sus rodillas.

- No, sólo un par de minutos - Jimin respondió percibiendo el cambio en el ambiente, las feromonas de Namjoon embriagando su olfato y siendo incluso más agradable que el dulce aroma que las flores de la primavera presumían - ¿Estás seguro que quieres salir hoy? Te vez algo cansado - El omega mencionó dejando salir un tono de preocupación con cada palabra. Los pequeños dedos del rubio salieron de su escondite en el abrigo para viajar hacia el rostro del alto alfa frente a él.

Un suave contacto pasó por la mejilla del mayor y otro cerca de sus ojos al sentir como apartaban los mechones de su línea de visión. Jimin se sentía feliz de poder tener esa clase de acercamientos sin sentirse cohibido, porque sabía que tenía el derecho de dejar salir a flote todos su sentimientos sin culpas o restricciones de por medio.

Namjoon atrapó la mano en su mejilla, era admirable como sus proporciones eran tan distintas pero parecían encajar a la perfección, o como Jimin lucía tan delicado pero era incluso más fuerte y decidido de lo que él podría llegar a ser algún día. Los dedos de ambos se enlazaron y el alfa los acogió en su propio bolsillo al sentir lo fría que estaba su piel.

- No te preocupes. Prefiero salir contigo que estar solo en casa - El alfa se preguntaba cómo había sido capaz de sobrevivir sin todo eso. O si es que simplemente sus sentimientos se habían contenido tanto tras una máscara que al momento de dejarlos salir llegaron como una oleada ahogándolo en un mar sin retorno. Porque ahora sabía que no podía escapar de Park Jimin, y tampoco tenía intenciones de hacerlo. 

Había sido especial desde que decidió dejar de lado aquello que lo atormentaba, se sentía bien tal como nunca creyó que sería posible. Era agradable poder tomar su mano o mirarlo con admiración sin sentirse culpable o tener que reprenderse a sí mismo porque era el chico que venía corriendo lleno de lodo hacia él cuando ya estaba en la adolescencia y ahora daban un paso diferente en su relación.

Jungkook tuvo razón al decirle una vez que aceptar lo que sentía simplemente lo haría sentir libre.

Pero su psicóloga le ha dicho que no debe sentirse mal, cada quien está en su derecho de tener ciertas dudas cuando se trata del amor. Sobretodo cuando esa emoción es tan impredecible, volátil e incluso es la causa de muchos temores. Lo importante es que realmente está bien ahora, lo que vale la pena es que Namjoon se siente preparado para poder darle a Jimin el lugar que se merece en su vida, sin miedos de por medio. 

La sonrisa del omega se extendió por su rostro, el lobo del menor bullía de una emoción reconfortante cada vez que estaban juntos. Había sido un camino largo llegar hasta ahí, habían sido momentos donde se sintió agotado de sentir tanto por alguien que parecía no sentir nada. Pero incluso si alguien cuestionaba sus elecciones, las seguiría tomando. Perdió demasiado tiempo con Namjoon como para ser el causante de hacer que ese periodo se extienda. 

Jimin siempre estuvo listo para recibir esa nueva etapa en sus vidas. Lo añoró por años, pero ahora que sabía que el alfa también lo hacía, era maravilloso. No era cuestión de minutos que llenaran un vacío, era el hecho de que el mayor lo hacía sentir realmente amado, como una piedra preciosa que temía perder ahora que la tenía. Jimin siempre había deseado que él lo observara de la misma forma que lo hacía con cada uno de sus triunfos, que hubiera en sus ojos la misma emoción que tenía cuando salía de una cirugía y había salvado una vida, quería ser aquello que más anhelara  y cuidara.