Taehyung despertó primero como era costumbre, sin embargo esta vez había algo diferente. Su lobo se regodeaba por el aroma en el ambiente y ronroneaba de gusto por las sensaciones que la fragancia le generaban.
Su corazón nuevamente se aceleró, era la primera mañana en la que despertaba sintiendo su otra mitad por completo y observando al hermoso alfa a su lado.
Jungkook tenía el cabello azabache revuelto, marcas de la almohada en su mejilla derecha y su boca ligeramente entreabierta, una de sus manos en su pecho y su pierna izquierda un poco flexionada mientras la otra estaba extendida en su totalidad.
¿Cómo podría alguien lucir tan hermoso?
Había un pequeño espacio separándolos, el omega sabe que suele moverse en la madrugada hasta el costado del mayor buscando más de su calor corporal y que el aroma lo cobijara, pero en las mañanas siempre se aleja necesitando marcar algo de espacio.
Hay una especie de barrera entre ambos que aún no lo deja estar completamente cerca de Jungkook. Tal vez es por la intimidad que refleja el dormir en una misma cama, o que después de tantos años que en su cabeza haya sido grabada la idea de que no puede tener a ningún alfa hacen que sus alertas se disparen, y desearía que fuera más fácil poder derribarlas, porque incluso si su primer beso fue en ese lugar, hay demasiadas cosas que aún lo agobian.
Taehyung estaba acurrucado a medio lado, con sus manos empuñando la manta en su cuello y las piernas encogidas hacia su pecho mientras continuaba con su inspección matutina del contrario. Sabía que había algo especial y diferente entre ellos, esa fuerza que lo atrae como en un orbital y hace que el centro de su universo sea Jungkook no es algo que le sucedería con cualquiera.
Ahora mismo el alfa es su único soporte, había perdido los pilares de lo que era una familia y la orientación que le quedaba se basaba en ese hombre, y tal vez sabía que estaba mal, pero él aún no era consciente de ello. La manera en cómo sus sentidos eran nublados, en como el azabache le hacía olvidar muchas partes de su vida, no le permitían ver con claridad el panorama completo.
El lobo del omega lo instaba a que lo buscara, le decía que lo correcto era estar con él y que se acercara más, pero su lado humano estaba tan lastimado que aún era difícil realizar algunas cosas. Sin embargo sabía que Jungkook no le haría daño, ingenuidad o demasiada confianza, llámenlo como deseen, pero una persona rota que necesita algo a lo que aferrarse para no hundirse, hasta una pequeña boya será suficiente. Y Jeon Jungkook era más que un simple objeto que lo ayude a sobrevivir, era el salvavidas que lo rescató de la muerte y le enseña que hay más tonalidades que el azul y el gris en el mundo, que la gama de colores va más allá de los oscuros, y que los tonos cálidos también pueden pintar un corazón.
- A veces me pregunto si realmente duermes - la voz del alfa sacó al contrario de su ensoñación.
Los músculos bajo la camisa negra se contrajeron cuando estiró sus brazos y su espalda se arqueó un poquito junto con sus piernas en un intento de sacar la pereza de su cuerpo.
Y probablemente no había vista más hermosa que un Taehyung con su nariz rojiza por el frío de la mañana, el cabello castaño con unos mechones puntiagudos en la cima de su cabello, sus ojitos ligeramente hinchados al igual que sus mejillas y labios, por las horas de sueños, y la manta cubriendo su cuerpo haciéndolo ver adorable.
Un pequeño osito de invierno.
El pensamiento fue tan espontáneo pero tan certero ante la imagen con la que se había acostumbrado el alfa a despertar.
- Buenos días, omega - las mejillas de Tae se tiñeron de rojo sin saber por qué, tal vez por la mirada del azabache después de lo ocurrido en la noche anterior y como sus lobos se encontraron, o el tono dulce y reconfortante en la manera en la que lo llamó... O simplemente ambas juntas, y para el mayor cualquiera de las razones era perfecta si lo hacían lucir tan tierno.
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El misterio de Kim Taehyung ♡ KookV
أدب الهواةEntre las calles de Daegu, cuando el sol se encontraba oculto y la luna se elevaba en majestuosidad, la vida de Jeon Jungkook había cambiado. Cuando encontró los ojos cafés al otro lado de la acera el extraño sentimiento que se instauró en él no le...