Capítulo 37

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Jungkook salió de su casa a eso de las seis de la tarde. El sol estaba casi oculto por completo cuando puso un pie en el exterior y ahora que tocaba el timbre del apartamento de su primo, ya no quedaban rastros del cielo iluminado, ahora sólo estaba la oscuridad de la noche y las luces de la ciudad.

Al poco tiempo la puerta de color caoba fue abierta, el fuerte aroma del té negro y uvas recibiéndolo además de un rostro cansado. En sus ojos, escondido tras aquellos lentes transparentes, se notaba el agotamiento y su ropa desaliñada le indicaban que había estado ocupado. 

- Hola - fue lo primero que dijo el alfa menor sin saber muy bien como comportarse ante la falta de conocimiento sobre lo que hablarían.

- Hola, Kook. Pasa - Seokjin se hizo a un lado dejando que su primo ingresara a su residencia - Ponte esas pantuflas - le indico señalando el par de zapatos felpudos a un costado y adentrándose más en el lugar.

El apartamento del alfa era bastante amplio, ubicado en una zona algo costosa y con una vista impresionante de la ciudad. El hombre siempre tuvo gustos un poco exigentes. Sus padres crecieron con dinero al igual que él, la madre del chico es hermana de Seulgi, una omega que se dedicó también al área de la salud, heredando la fundación de su padre y dejándole a la alfa el control del hospital.

Seokjin desde pequeño creció con la idea de tener que seguir los pasos de la familia, ser un médico. Y aunque Hyejin no estuvo de acuerdo con que su hijo estudiara psicología, el alfa siempre dijo que era algo relacionado a fin de cuentas. 

Curiosamente en el caso de Jungkook, él nunca se interesó por eso, y Seulgi nunca lo presionó para seguir con el legado. Sin embargo, Namjoon, no siendo su hijo de sangre, si optó por elegir el camino de la alfa.

Sus tíos no son las personas favoritas del mundo para Jungkook. Demasiadas apariencias y vida de lujos que hacen que tengan muchos choques, en especial cuando se enteró que al inicio no aceptaran a su madre Irene y a Namjoon.

Agradece que Seokjin tenga tan poco de ellos a pesar de ser criado con sus ideales y también agradece que su madre Seulgi tampoco sea una persona que se guía por lo que piensa la gente ni se cree más que los demás por su dinero.

Cuando el menor estuvo sentado en el sofá de cuero frente aquella chimenea eléctrica miró a su primo regresar de la cocina con dos vasos de vidrio y una botella de Whisky. 

- Estoy conduciendo, no puedo beber - Jungkook habló cuando el contrario se sentó en silencio en una de las sillas que acompañaban al largo sofá de su sala y servía para ambos una cantidad considerable de alcohol a pesar de sus palabras. 

- Probablemente lo necesitarás - Seokjin mencionó entregándole uno de los vasos, teniendo que esperar unos segundos antes de que el azabache lo tomara entre sus manos pero sin darle un trago. 

El alfa mayor se quitó sus lentes dejándolos sobre el cristal de la mesita de centro y recostándose en el espaldar de la silla dándole una larga probada a la bebida, lo que terminó por desencajar su rostro en una pequeña mueca por el ardor que sufrió su garganta. 

Jungkook no entendía nada de su actitud. Su primo no suele beber de esa manera, él prefiere tomar las cosas con calma porque nunca ha deseado perder la cabeza por el alcohol, ante sus ojos eso sólo haría que pierda la clase.

De alguna u otra forma, algo le tuvo que quedar de sus padres.

- ¿Recuerdas cuando viví en Busan? - el alfa mayor preguntó al contrario, quien claramente lo recordaba. Fue poco más de un año el que duró su primo en aquella ciudad, su tía estuvo histérica porque había aceptado aquel intercambio dejando todas las comodidades que poseía en Seúl. 

El misterio de Kim Taehyung  ♡ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora