Capítulo 23: "Cicatrices que sanan".

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-Qué haces aquí?-pregunto extrañada.

-Parece que no te gusta mi presencia.-dice él, seguro de sí mismo.

-Sabes que no quiero verte, no desde aquella vez.-digo intentando irme de su alcance, antes de poder coger a Dani e irme él me agarra.

Que quieres de mí ahora?-suspiro.
*Flashback*
-Hola, por que lloras?-me preguntaba un niño de unos seis años, uno más de los que tenía yo en ese momento, cinco.

-No se donde estoy.-digo con un puchero.

-Estas perdida?-pregunta riendo inocente.

-Oye!-me quejo.-Quien eres?

-Soy Gabriel. Y tú?

-Yo soy Mía.-sonrio.

*Fin del Flashback*

A partir de ese momento nos hicimos inseparables, hasta llegar a la secundaria, allí nuestro caminos se separaron. Casi puedo recordar con todo detalle el día en el que nos despedimos, ya que el se mudaba no nos volveriamos a ver nunca, o eso esperaba.

*Flashback*

-No creo que debamos ir por aquí.-digo parandome en seco.

-Vamos, será divertido.

-Pero...

-Vamos!-me dice con una sonrisa y cogiendome de la mano.

-Está bien...

Entramos a una casa en mitad del campo, era de aquel viejo gruñón que tienen todos los pueblos en el campo, ese viejo que suele gritar "fuera de mi propiedad" y cosas así. Se suponía que el viejo no estaría hasta el día siguiente, pero, no fue así.

-Para de hacer ruiditos Gabri.-digo arrastrandome por el suelo del ático.

-Yo no soy.-dice él igual que yo.

-Enserio, para, me asustas.

-Que no soy yo!-dice alzando la voz.

-Sh, nos pueden escuchar.-digo tapándole la boca.

-Puaj.-dice apartandola.-tienes pelusas en las manos.-dice sacandose estas de la boca.

Rio.

-Ah si? Con que esas tenemos, eh?-dice acercandose para hacerme cosquillas.

Mientras rompo a carcajadas algo hace que pare de hacerme cosquillas, una temblorosa a la vez que ronca voz en el piso de abajo reclama que bajemos. "Quién anda ahí? Baje ahora mismo, tengo un arma y no dudaré en usarla." Decía.

-Que hacemos?-digo temblando y susurrando con la intención de que no nos escuche.

-Sh, mientras no sepa que estamos aquí, pueden haber sido ratas, no?-dice sonriendo.

-Nos va a pillar...-digo casi llorando.- Quien sabe que nos hará.

-No te va ha hacer nada, confía en mí.

Cuando dijo eso el viejo subía por las escaleras, Gabri me cojió de la mano con la intención de escondernos o tirarnos por la ventana, en este caso tirarse y tirarme con él.

-Nononono....-me repetía una y otra vez.

Cuando el viejo nos descubrió sin pensarlo nos disparó, con suerte solo alcanzó a nuestras manos, que aún estaban unidas, por el dolor caigo al suelo, Gabri como puede saca la bala y se acerca al viejo para abalanzarse sobre él. Ambos caen por las escaleras.
Después de eso despierto en el hospital, para mi sorpresa no solo con una venda en la mano, también alrededor de mi cabeza.

*Fin del Flashback*

-Sabes que no tenía ni idea de que llegaría el viejo.

-No lo sabías y mira que pasó.-digo separándome.- Así que aquí era donde te mudarías, eh?

-Yo no quería mudarme, y lo sabes.-dice mirando a otro lado apretando los puños.- No quería separarme de tí, para mí eras importante.

-Por eso has buscado la manera de contactar con mi número, no? O has buscado mi dirección para mandarme una carta, no?-digo cogiendo a Dani.

-Lo intenté!

-Por eso llevas casi dos años sin contactar conmigo.-digo entrando a la casa con Dani.- Por cierto, puedes irte de mi jardín.

Él se va y Dani y yo entramos a la casa, Dani está atónito por todo lo que ha pasado y ni siquiera pregunta, solo se lleva una mano a la cabeza y otra a mi cuello para acercarme a él y abrazarme.

-No quiero forzarte a que me lo cuentes, pero quiero que sepas que estoy aquí para ayudar, eh.-dice sonriendo.

-Muchas gracias, Dani.-digo abrazándole más fuerte.

Vamos a el ático, mi habitación, y le cuento todo, cuando termino de contarle absolutamente todo, con cada detalle, me coge la mano donde tengo la cicatriz.

-No me había dado cuenta de ella...-dice tocándola.

-No pasa nada, es una cicatríz pequeña, me duele más la que me dejó al no intentar contactar conmigo, era un gran amigo.

-La cicatriz de la mano no la puedo curar, pero tal vez la del corazón sí. Tal vez pueda cambiarla por recuerdos bonitos.-dice sonriendo.

-Cursi.-digo con el dedo en la boca haciéndo como unas arcadas.

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora