Capítulo 53: "Cameron, estúpido"

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-¡Déjame bicho asqueroso!-digo riendo desde el suelo.- ¡Cameron sueltame!

-No hasta que me pidas perdón.-dice él relajado.

Me acerco a su rostro entrecerrando los ojos.- ¡Ni en tus mejores sueños!

Hago una maniobra táctica y consigo cambiar posiciones, ahora yo soy la que le tiene sujetado a él, pobrecito, ahora me da pena... ¡No!

-¿Ahora qué, eh?-hago una risa malévola.

Él ríe.- Disfruta tu corta victoria.

-¡Vas a morir!

-¡No tienes ningún arma y yo si!

-¿Tu sí?-pregunto asustada, ¿que tiene?

Mira detrás mía sin prestarme atención y al instante le brillan los ojos mientras sonrie, ¿qué?

Miro detrás mía y hay un montón de estrellas fugaces.

Enseguida le suelto y me tiro al suelo, a su lado para ver las estrellas, son preciosas.

-Pide un deseo.-dice sin apartar la mirada de las estrellas.

-Y tú otro.-le miro y sonrío.

-Vale.

Cierra los ojos y yo miro las estrellas, imito su gesto y pido mi deseo. Abro los ojos con una sonrisa y encuentro la cara de Cameron y chillo.

-¡Me has asustado Cameron, estúpido!

Él empieza a reír, aún delante de mi cara. Obviamente yo no dudo en mirarlo mal, él sigue riendo, ¿a qué le ve tanta gracia? Yo no puedo echarme amigos normales en ningún sitio, ¿no? Claro que no, ¿qué preguntas tienes Mía? 

-No se que te hará tanta gracia, pero si te alejas de mi cara casi que mejor.-digo seguido de un guiño y una sonrisa e medio lado.

Ríe.

-Está bien. -dice y se aparta.- ¿Qué has pedido?

-Nada en especial. -miento alzando los hombros.

Si he pedido algo, aparte de que si se lo digo "no se cumple" tampoco tenía pensado decirle lo que he pedido. Es algo demasiado obvio, ¿no?

-¿Y tú que has pedido?

-No te lo puedo decir hasta que se cumpla.-sonríe.

No inunda un pequeño silencio, que al cabo de unos pocos segundos lo corto.

-Ya es tarde, ¿no crees?

Mira la hora en su móvil.- Bueno... Son las una, ¿quieres que te acompañe?

-Claro, me dijiste que me ibas a acompañar.-sonrío.

Me levanto y él imita mi gesto y recoge todo, enseguida ponemos rumbo a mi casa, pero antes pasamos por la que se supone que es la suya y deja todo, supongo que para no cargar con la mochila todo el camino.

Caminamos mientras yo inspecciono las calles para intentar acordarme, él me lleva agarrada de la mano. No me importa, solo somos amigos y no va a pasar nada por que me coja de la mano, nos conocemos poco.

-¡Joder!-grita parando y poniéndose delante mía.

-¡¿Qué pasa?!-me asomo por su hombro.- ¡¡QUÉ CLASE DE BESTIA ES ESA!!

¿Esa cosa es un perro, un caballo, una mezcla entre las dos cosas y más o que? ¡Qué cosa más horrible, dios mio! Pero... ¡Dios!

-¿Qué hacemos nosotros ahora con eso en medio de la calle? ¡Nos podría comer de lo grande que es!

Él ríe, ¡¿cómo se puede reír teniendo delante un perro que podría ser un caballo?!

-¡No te rías! Eso es una bestia.

-Esa bestia es mi perro.

-¡¿Cómo tienes ese perro tan grande?!-me sorprendo.- Dime que no muerde.-digo al ver que se acerca a él.

-Porque los animales crecen. Y claro que no muerde, si míralo, es inofensivo.-dice cogiéndolo del hocico y este le chupa la cara.

Río.-Ya veo, tu perro me cae bien, ¿cómo se llama?

-Ataca.-dice con una sonrisa pícara.

-¿Ataca?-digo extrañada.- ¡OH, NO!-corro al ver al perro ir hacia mí.

Corro a más no poder, mirando de vez en cuando como de cerca tengo al perro y así estimar el tiempo que me queda de vida.

Al final acabo en la playa de antes y miro hacia atrás, el perro se abalanza sobre mi y grito a la par que acabo en la arena. ¡Dios Cameron como salga viva de esto te mato! Espera. ¿Me está chupando? ¿El perro me esta chupando?

Empiezo a reír y veo un flash y miro a otro lado, de donde se dirigía este, mientras agarro el hocico del perro para que no me chupe.

-¡Cameron hoy te la ganas!-le advierto, él me mira divertido.

-Esta foto la pienso guardar, que bonitos salís, pero sobre todo tú.-señala.

-Oh, que bonito.-digo creyendo que era a mi.

-Me refería a Pumba.-dice riendo.

-Cameron al final hoy te la cargas.

-Ven aquí Pumba.-dice a la vez que hablo yo.- Era broma, Mía.-me mira mientas acaricia a su perro.

-Adiós.-digo levantándome y sacudiéndome la arena.

-¿Te has enfadado?-se acerca a mi, yo sigo andando.-Venga Mía, tu sabes que lo decía en broma.-dice caminando frente a mí hacia atrás.

Yo no le contesto.

Para haciendo que yo pare, me coge de los hombros y me da un pequeño beso en la comisura de los labios, me separo rápidamente y ando a toda prisa. Antes no estaba cabreada pero ahora sí.

-¡Mía!-grita mientras anda detrás mía.- Pumba a casa!-ordena a su perro.

-No me sigas Cameron.

-Mía-le interrumpo parando y dándome la vuelta- Sabía que no tenía que fiarme, todos vais a lo que vais.-me doy la vuelta y sigo andando.

-Mía lo he echo para que me prestes atención, sabía que así me dirías algo pero no pensaba que te molestaría tanto...

Suspiro y me doy la vuelta, apenas nos conocemos, no sabe aún lo que odio y lo que dejo de odiar, y aún así sabe mucho de mí.

-Prométeme  que no o vas a volver a hacer.-digo extendiendo mi dedo meñique.

-Oye no me harás...-alzo la ceja y el ríe haciendo que sonría.- Está bien, lo prometo.-acepta extendiendo su dedo meñique y entrelazándolo con el mío.

Sonreímos y seguimos caminando.

Llegamos a mi casa, pero paramos en el parque y yo entro, él me mir extraño y entra conmigo, sentándose en el columpio que queda libre a mi lado.

-¿No quieres que te acompañe a casa?-dice.

-No hace falta, quieres que nos quedemos aquí un rato?

-Está bien.

Me sonríe empezando a columpiarse, y yo también lo hago.

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora