Capítulo 50: "La fregona."

451 22 0
                                    

Escucho los pasos de Gemma bajando las escaleras y yo rezo por que no me pille, de verdad, rezo. Para que ella no me pille... ya tiene que estar despistada o muy centrada en otra cosa, que viene a ser lo mismo.

-¡¿QUIEN ANDA AHÍ?!-grita Gemma.

Vale, ya ha visto la mesa en es suelo.

-¡¿MIA?!

A visto mi ropa.

-¡Oh Dios!

Ya está pensando mal.

Estoy tan metida en escuchar que hace Gemma que no me he dado cuenta de que me esta vibrando el movil y hago un pequelo grito ahogado.

Esto no va a ayudar nada a la mente sucia de Gemma.

-¡¿Mía estás ahí?!-la escucho acercarse.

-Si...-le contesto desde dentro.

-¿Puedes salir un momento?

-¿Para?

-Mía.-podría ver su cara de o sales ya o entro yo.

-Voy.

Abro la puerta del baño lentamente y cuando la abro del todo Gemma me mira mal. DIOS. ¿Porque piensa mal?

-Mía...

Vale que este todo despeinada, con la camiseta arrugada, y la casa desordenada y mi ropa por el suelo, pero... ¡No tiene que pensar mal!

-Mia Stewart. -comienza, Dios, esta chica siempre pensando mal.- ¡¿Quién más hay ahí dentro?!

-¿Mi móvil cuenta como persona?

-No Mía, no.

-Pues nadie más.

-¿Estas segura?

-Gemma, ¿me ves haciendo eso? ¡¿Y en el baño?!

He de decir que la conversación que tenemos y como la interpretamos tiene gracia. Aunque la justa. ¿A quién mierdas se le podría ocurrir... "eso"? A Gemma. Rara.

-¿Quién esta haciendo qué en el baño?-baja Jesús y detrás suya baja Dani.

Podría jurar que la charla que no me han dado mis padres aún me la van a dar ellos. Dios mio...

-¿Que es esto...-pasa Jesús su mirada por toda la sala.- ¡Mía!? -grita al llegar a mi.

-¿M-Mía...?-titubea Dani.

-¡Que no he hecho nada! Que todo esto tiene explicación y no es la que pensais. Mal pensados, perturbados, obsesionados...-me interrumpe Gemma.

-Tranquila fiera. Explica.

¿Como le explico yo ahora que todo esto ha sido por que tenia calor y por hacer de mis tonterias? «Diciendoselo desde el principio.» dice mi consciencia. ¡Estúpida!

-¿Mía?

-Voy voy. Mira que yo habia llegado de la calle y como tenia calor me he quitado eso.

-Vale, ¿y la mesa?

-Un accidente.

-¿Accidente?-pregunta Jesús.

-Si... Me he tropezado.

Después de explicarles eso me intento subir al ático, pero claro, como resulta que "no me conocen" me para Gemma, esto va para largo, maldita sea.

-Espera espera.

-¿Qué? ¡Eso es lo que ha pasado!

-Al salón.-dice ella con tono de madre.

-Pero...-me interrumpe Jesús

-Hija haz lo que tu madre te dice.-hago una pequeña risa.

-¡Jesús!-se enfada Gemma.

-Vale, vale...

-Mía.-me mira Gemma.

-Ya voy, ya voy.-soplo.

No me irán a dar "la charla", ¿no? Dios mio, que miedo me da...

Llego al salón y me siento en el sillón.

-No, no, no. No vamos a hablar si es lo que piensas.

Uf, un peso quitado.

-Vas a recoger todo.-vuelve a hablar.

Y el peso vuelve el doble.

Dani empieza a reir y Gemma le mira mal y para de reir.

-Tu por reirte también.

-¡Pero...-le interrumpe.

-Venga.

-Joder...-dice.

Jesús y Gemma se van y nos dejan a mi y a Dani solos, mierda.

Silencio incómodo, ¡yuju! -nótese la ironía-. No puede ser que despues de tanto tiempo no tenga nada que decir... Vale, vale. Yo tampoco tengo nada que decir, ¡pero no es lo mismo! ¿O si? ¡DANI DI ALGO YA!

-¿Recogemos algo?-dice.

-¡Oh, Dios! ¿Me lees la mente?-me acerco a su cara.- ¿Cómo lo haces?

Me he dado un buen golpe en la cabeza, ¿verdad? Si, yo también lo pensaba.

Cuando recapacito lo cerca que estoy de el y mi idiotez me separo y carraspeo a la vez de que hago un movimiento con mi cabeza para echar mi pelo hacia trás.

-Queria decir, yo también pensaba en ir a recoger.-intento sonar "normal", ¿qué estas haciendo conmigo pubertad? ¿Te lo pasas bien?

Rie.

-Vamos.

Voy a recoger mi ropa del suelo y llevarla a mi cuarto, por suerte Dani no se me interpone, raro, pero bueno.

Bajo otra vez y veo a Dani con la mano en la nuca y con la fregona en la mano y el cubo de este por el suelo, y como no, todo llenecito de agua.

-¡¿Qué haces?!

-Yo pensaba que vendría bien fregar y...

-¿Cómo ha acabado el suelo lleno de agua?

-Yo...-se rasca la nuca.

-¡No sabes fregar! -rio.- ¡No sabe escurrirla fregona, que me da! -rio aún más.

-Oye... Que yo nunca he echo esto.-yo rio.

-Ni yo, pero no saber escurrirla... con lo fácil que es.

Él mira todo el suelo, de un lado a otro. Yo le miro. ¿No piensa recoger toda el agua? Vaya.

-Trae.-digo acercándome.

Y claro, como soy como soy y voy descalza al coger la fregona me resvalo y voy ha caer al suelo. Si vale, ahora se supone que es cuando Dani se empieza a reir de mi como nunca y bla bla bla, pero él no hace eso, no, el tiene que agarrarme de la cintura y evitar que caiga. No me quejo, pero... Le quiero, ¿vale? Si, lo admito. Pero temgo que olvidarme, se va a ir y va a conocer a muchas chicas mejor que yo.

Se me queda mirando a los ojos, yo me intento colocar bien, de pie, no medio acostada en su brazo. Pero lo único que consigo es que él no pueda agarrame bien y caer los dos al suelo, él encima mía.

Carraspeo, pero no parece pillar la indirecta demasiado directa, o tal vez no quiere hacerme caso de que ¡se quite de encima mía!

-Mía.

-Que.

-¿Estás bien?

-Estaría mejor de pie.

-¿Te vas a ir?

-¿Me he ido antes?

-No.

-Pues ya está.

Suspira y se levanta, me extiende la mano y la accedo para ayudarme a levantarme, ya que si lo hago sola parecería un cabritillo recién nacido.

-Puedes soltarme ya...-digo al ver que no tiene pensado soltar mi mano.

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora