El amor es un misterio. [Gemelier]

Capítulo 33: "Es así."

-¿QUE?-pregunto por decimotercera vez.

-Pesada.-dice Gemma cerrando la puerta otra vez y sentándome en una silla, para que me relaje.

-¿Gabriel de verdad a dicho eso? Yo lo mato.-me levanto y Gemma vuelve a empujarme para sentarme.-¿Quieres dejar de hacer eso?!-grito.

-¿Vas ha dejar de alterarte?

Resoplo.

-Es que... Después de aquello... Tengo que hablar con él, dejarle las cosas claras.-apriento los puños.- Y acariciarle fuertemente.-digo casi susurrando.

-Que no le pegues!-grita.

-Espera. ¿Tú como sabes que Gabriel ha dicho eso?

-Pues...-se toca la nuca.

-¿HA VENIDO?! Sabe donde vivo... esto es malo. Muy malo.-doy vueltas por la habitación.- esto es malo.

-Mía relajate de una vez.-dice ella, sentada como si nada.

-¿Cómo puedes estar así? ¿Sabes todo lo que me hizo? Lo sabes, ¿no?

-Claro que lo se.

-Esto es su culpa. -señalo mi mano.-SU culpa.

-Mía ya ha pasado...

-Si, ha pasado. Pero, ¿sabes que no ha pasado? Esto. -digo dejando de señalar mi mano para señalar mi cabeza.- ¿Sabes lo que es no confiar en nadie desde aquello? ¿Sabes lo que es no poder ni ver a un policía desde aquello? ¿Lo sabes? Claro que no.-digo saliendo de la habitación, dando un portazo detrás de mi.

Suspiro

Bajo las escaleras y veo a Dani ponerse la mano en la cabeza y a Jesús acercándose a él.

-Pero no te preocupes.-le coje de los hombros, Dani se aparta poniendose de espaldas a Jesús.

Paso por delante de ellos y salgo de la casa, dando también un portazo.
Hundo mis manos en los bolsillos y camino hasta llegar a el parque, allí no me siento si no que sigo hacia delante, para dar una vuelta a este. En la fuente de el medio del parque veo una figura, apoyada en la vaya dejando caer las gotas de agua en su gorra de "obey", oh no, Gabriel.

Me doy la vuelta pero es tarde.

-Mía, tenemos que hablar.-dice detrás mía.

-No tenemos nada que discutir, ni hablar. -digo de espaldas a él.- No tenemos ni que vernos.

Sigo andando con las esperanzas de que no me siga, pero estas se hacen falsas. Me adelanta y se para delante mía, intento esquivarlo y segir mi paseo pero repite su gesto anterior.

-Gabriel. Déjame ir.

-No puedo volver a perderte.

-No me has vuelto a tener.

-Déjame intentarlo, déjame volver a tenerte, déjame...-le interrumpo.

-¿Dejarte que? ¿Dejar que vuelvas ha hacer esto más grave? -señalo la cicatríz de mi mano.- No voy ha dejar que vuelvas ha conseguir hacerme daño.

-Pero Mía... Sabes que yo...

-¿Se que tu que? ¿Se que volverás a conseguir hacerme daño? Mira Gabriel. Es así, ya está. No.

-Déjame intentarlo, déjame cambiar tu opinión. -me agarra de los hombros.

-No. -me intento soltar.-

Se acerca a mi y posa sus labios en los mios. Intento separarme pero el me agarra con más fuerza.
Cuando consigo separarme niego con la cabeza y corro lo más rápido posible, para que no me alcance. Él reclama mi nombre, al ver que no le hago caso corre trás de mi.
Cuando llego a mi casa, fatigada, miro hacía atrás y veo a Gabriel aún corriendo. Llamo muchas veces al ver que no abren.