Capítulo 43: "No."

496 24 0
                                    

¿Hola? Realidad llamando a vida. ¿Que haces?

Me quedo mirando a Pablito con los ojos tan abiertos que parecen orbitas. Se podrían salir del planeta. Él rie como si no lo hubiera echo así en años, en seguida se quita las lagrimas de tanta risa y me intenta mirar serio.

-Era una broma, pequeñaja.-dice mordiendose el labio para no reirse y le sale una lágrima y sigue riendo.

-¡Pattrick!-me quejo.- No ha sido gracioso. -digo al tiempo de que él para de reirse de golpe.

-No me llames así. Sabes perfectamente que lo odio.

-"Sabes perfectamente que lo odio".-le imito.- ¡Pues no hagas bromas así!

-¿Te molestan?-dice acercándose.- ¿Madelinne?

-¿Te molesta Pattrick?-digo entrecerrando los ojos.

-Vale, lo siento.-se separa.

-Lo sabia.-doy palmas.- Nunca falla el poder de Pattrick.-digo poniendo voz ronca a la vez que masculina en "Pattrick".-

-Deja a Pattrick tranquilo.

-¡Pero si es muy bonito!

-No me gusta.-dice como un niño.-

-¿Patt? ¿Patty? ¡O... ya lo se! Patito.-hago como un arcoiris con las manos mientras lo digo

-Uf-se queja.- ¿por que no me eché una amiga normal?

-Oye oye, que yo soy muy normal.-digo colocándome las gafas.- Cuando quiero.

-Ah, ¿es que has querido serlo en algún momento?

-Pattrick.-digo maliciosa.

-Madelinne.-dice con mi tono.

Niego con la cabeza riendo y me siento en un banco cerca de donde nos paramos ha hablar. Un rato de silencio se corta por recordar que las horas pasaban.

-¡¿Que hora es?!-pregunto asustandolo.

-Em... No llevo reloj.

«Mierda, Gemma me va a matar.»

-¡Me tengo que ir!-me levanto e intento empezar a andar pero Patt (se va a quedar con Patt, si, como "Patt el cartero") me coge del brazo y me gira.

¡CLICHÉ AL CANTO!

-¿Nos vamos a ver?

-¡Si! Hoy a las cinco y cuarto en... Pues aquí mismo, adiós, adiós.-digo con prisa y le doy un beso en la mejilla.

Corro a toda velocidad, que miedo me da llegar a la casa... Gemma es peor que una madre hechando broncas. Y eso que yo me llevo unas cuantas por parte de mi madre... Vale, ese no es el caso, Gemma es peor que una madre y es que parece que las almas de mil demonios la poseen en ese momento. No quiero llegar. No quiero llegar. NO QUIERO LLEGAR.

Ya estoy delante de la puerta y me da miedo tocar.

Vale, si me voy ahora del país no se dará cuenta que he estado aquí, no sabrá a donde he ido y así no me tendrá que hechar bronca pero claro... Vale toco y ya.

Alzo la mano para tocar y se abre la puerta. Oh dios Gemma, me das miedo. Pongo cara de perrito faldero y me hace señas de que entre a la casa. ¡Viva! Sermón para Mía.

-Gemma yo...
-¡Ni Gemma ni nada! ¿Tu sabes que hora es?

-No mami, no tengo reloj.-digo con un puchero.

-Mía.-dice enfadada.- ¡Tu móvil bien bonito que lo tienes tiene reloj, como todos!

-No llevaba el móvil.

-¿Ya ha llegado Mía para...-entra Jesús al comedor, al ver a Gemma echandome la bronca y a mi como una niñita indefensa vuelve a entrar a la cocina sin decir nada.

-¡¿Que clase de persona humana no lleva el móvil cuando sale de casa?!-levanto la mano.- No, no, no, no. Tu definitivamente no eres una persona humana.

-Todo el mundo llamándome bicho raro.-digo recordando a la rubia con extensiones.

-¿A quién te has encontrado tan importante, a ver?-dice poniendo los brazos como jarras.

«Pobres de sus hijos, de verdad, menos mal que van a tener una tita muy divertida, yo por si no suponíais...»

-Pattrick.

-¡Que no ligues que ya tienes novio!

-No lo tengo, Gemma.-digo seria.

-¿Qué?-se sosprende.

-¿Cómo que no?-dice Daniel entrando.

-¿De verdad te lo tengo que explicar a ti, Daniel?

-Oh no, "Daniel"...-susurra Gemma.

-¡Mía no he hecho nada! ¿Que he hecho? ¡Dime! ¿Que he hecho?

-¿No has echo nada, no? Siempre me recuerdas el pasado, y no el bueno precisamente. No. El señorito me tiene que recordar que casi no vuelvo a respirar por culpa de un niñato. Pero no, el no ha echo nada.-digo enfadada.

-Mía sabes perfectamente que yo no quería, ¡ni siquiera lo sabía!

-¿Sabes algo de mi?-digo esta vez sin gritar, haciendo que me rompa a mi misma en pedacitos cada vez más pequeños al ver que Daniel cambia su expresion de enfado a dolor, dolor y desesperación.

-Yo aquí sobro.-dice Gemma y le cojo del brazo.

-No, no te vayas. Sobro yo.

Dicho eso me voy a la habitación de invitados y pongo una silla en el pomo para que no puedan abrir mientras que yo...

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora