Capítulo 52: "Una vuelta."

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-Yo de lo único que me doy cuenta es de que no puedes dejar todo tu futuro por mí.

-¿Qué no puedo? Claro que puedo, lo voy ha hacer Mía, y lo voy ha hacer por ti.

-Adiós Dani, buenas noches.-me levanto y él también lo hace y rápidamente se pone interponiéndose entre mi y la puerta.

-No voy ha dejar que te vayas hasta que te des cuenta.

-Yo me doy cuenta pero lo que pasa es que no voy ha dejar que lo eches todo a la mierda por mí.

-Yo si voy ha dejarlo. Es mí futuro y yo decido lo que quiero que exista en el y lo que no. Y no quiero un futuro sin ti.

-¿Dejas que salga?

-¿Piensas huir ahora? Vamos Mía, sabes que lo pienso hacer.

-Ya lo hablaremos, ahora tengo sueño.

-Está bien.

Deja que salga y lo hago, él, antes de que me pueda ir del todo de la habitación me coge de la mano así haciendo que pare.

-Buenas noches.

Me voy y entro en la cocina, dando por hecho de que ya ha entrado en la habitación a dormir ya que he escuchado cerrarse la puerta

Subo a mi habitación y me pongo unos pantalones cortos, antes de dirigirme a la habitación de mis padres paso por el baño a quitarme las lentillas y a hacerme una coleta.

Bajo a la habitación de mis padres, pero al abrir la puerta me olvido de "un pequeño detalle". Dani está ahí.

-...-me mira Dani sosprendido al verme solo con unos shorts y el biquini.

-Enseguida me voy.-digo entrando.

Busco en los cajones una camiseta de mi padre, mientras Dani me observa y se digna a hablar:

-¿Que haces así vestida?

-Se me había olvidado que estabas aquí. -cojo una camiseta.- Ya me voy.

-¿Te vas a algún lado?

-No.-miento poniendome la camiseta.

Salgo de la habitación sin dejar que Dani me diga nada y me dirigo a la entrada, allí cojo mis chanclas y salgo sin hacer mucho ruido cogiendo las llaves.

Me voy al parque y me siento en uno de los columpios. Miro hacía arriba y hay unas cuantas estrellas. Noto la mirada de alguien mientras las observo. Miro hacía la entrada del parque y entrecierro los ojos para ver mejor quién es a la vez de que coloco bien mis gafas. ¿Cameron?

Me levanto para acercarme al ver que él agita su mano con una sonrisa, también se acerca a mi.

-Hey, ¿que haces por aquí?-dice él sonriendo, cómo no.

-E decidido dar una vuelta.

-Muy vuelta no es, te has sentado.-reimos.

-Tonto. -rio.

-¡Oye! -rie.- ¿Llevas gafas?

-Que observador.-comienzo a andar y el viene conmigo.

-Te quedan muy bien, ¿porque no te las pones?

-Como comprenderas no me las voy a poner para que se me llenen de arena.

-No pasa nada, se quita, así vas muy guapa.

-No vas a poder ligar así eh.-rio.

-Oye que yo no intento ligar... A todas las chicas les gusta un buen piropo, ¿no?

-A mi eso me parece que intentas ganarte a una chica diciendo cosas bonitas.

Rie.- Eres igual de rara que tu nombre.

-¡Oye! Serás malo.

-Que no... Si eres genial.

-No.

-Si.

-Que no.

-Que si.

-No.

-No.

-Si. -recapacito.- ¡No vale!

-¡Si vale! -rie.

Le miro mal y el rie, lentamente me coje de la mano y yo lo miro extraña, porfavor que no sea de los que el primer día ya quieren todo... Que no sea de esos.

-Quiero enseñarte una cosa, ¿vienes?

-Me das miedo, ¿me vas a traer después?-rio.

-Si, me comprometo.-dice llevándose una mano al pecho y me hace reir.

-Vale, vamos.

Casi no acabo de hablar y ya empieza a correr, este niño me da miedo, Dios mío que harás Cameron.

-Espera aquí.-dice parando en una casa.

Me suelta la mano y entra en esta, subiendo los tres pequeños escalones de la entrada de un salto y metiendo la llave en la cerradura sin hacer ruido, la cual se ha sacado del bolsillo, dándome a entender que ésa era su casa, ¿de quién si no iba a ser?

Enseguida sale, con una mochila, y me coje de la mano para mirarme y sonreirme.

-Vamos.

Empieza a correr otra vez, y no para hasta llegar a una playa que no había ido nunca, en está no hay nadie, la arena es blaca y el agua cristalina. Es preciosa, además algunas palmeras se dejan caer y le da un aire muy caribeño.

-¡Dios es preciosa! ¡Yo quiero una sesión aquí!

-Cuando tu quieras.

-Cuando me traigas.-rio.

-Cuando me avises.

-Bueno, ¿que vamos ha hacer?

El ríe y aún cogiendome de la mano entra a la arena, me suelta al llegar a un lugar donde no nos cubran las palmeras, coje su mochila y de esta saca una toalla enorme y la pone en el suelo, se sienta en esta como un indio y me hace una seña de que yo también me siente, y así hago.

Rebusca en su mochila y saca una bolsa de patatas y se acuesta en la toalla y me mira.

-Ponte comoda.-rie.

Me acuesto yo también y miro al cielo, aún se ven las estrellas.

-¡La puerca mayor!-grita Cameron señalando una constelación y yo empiezo a reir como nunca. ¿Puerca mayor?- ¡¿Que?! ¡Es la puerca mayor! ¿No? -niego riendo.- ¿la puerca menor? -rio aún más.- Ay, dime cuál es.-dice quejándose, yo aún rio.

-No se dice puerca mayor ni puerca menor, -rio.- se llama osa mayor y osa menor, y esa constelación no es ninguna de esas, es acuario.

-¿No era puerca mayor? -tose.- Osa mayor. Oye, sabes mucho de estreyas ¿no? -se gira hacía mí.

-No, pero es que esa me la sé.-rio.

-Eso es falso. Yo se porque sabes de estrellas.

-A ver, ¿porque listillo?-me giro hacía él.

-Por que tu eres una estrella.-dice poniendome caras raras.

-¡Cursilazo! ¡Dios! ¡Que asco Cameron! -lo empujo pero sin querer lo hecho a la arena.

-Uy que mal, no deberías de haber echo eso.

Que miedo me das Cameron, me das demasiado miedo y por eso creo que voy a empezar a levantarme disimuladamente y a... ¡CORRER!

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora