El amor es un misterio. [Gemelier]

Capítulo 8: "Suspiros".

Respiro hondo y sigo hacía delante, realmente me afecctó aquello, ¿porqué? No lo se, pero la cosa es que lo hizo, no sé cuando lo perdonaré.

Cuando me doy cuenta, él me está persiguiendo, paso y sigo con mi camino. Me para cogiendome del brazo.

-No me has contestado.-dice.

-No lo voy a hacer, ahora porfavor, suéltame.-digo evitando llorar.

-Hasta que no me contestes no.-dice aún agarrandome.

Consigo deshacerme de su agarre y echo a correr con las manos en la cara, ocultando mi rostro mojado de las lágrimas.

Aún me persigue, trás correr tanto, trás aquella corta conversación y trás aquellos 'imprevistos'. En algún momento, veo que explotaré. No aguantaré mucho más esto.

-Venga Mía, perdóname joder, soy un gilipollas, un gilipollas con sentimiendos, joder, perdóname.-dice poniendose delante mía.

-Dani, lo intento, intento perdonarte pero, ¿sabes una cosa? No puedo por que me as hecho daño.-digo dándome la vuelta.

-No, Mía, no porfavor... Eso no, no digas que te he hecho daño, me acabas de matar con eso.-dice parándome.

Suspiro y me voy, no tengo palabras para decir, ni fuerza, ni ganas de mirarle a la cara a decir verdad, ahora solo tengo ganas de pasear sola.

Trás un largo paseo, llego a casa de Gemma, allí se encuentran ambos gemelos y ella.

-Hola.-digo entrando a la casa.

-Hola.-contestan al unísono.

-Bueno, recojo mis cosas y me voy.-digo despidiendome.

Camino a mi casa, allí, si tengo suerte, no habrá nadie, solo mi hermano que estará en su habitación encerrado, como siempre.

Entro a mi casa tirándome directamente al sofá dando un suspiro. Llega la hora de comer y me hago unas tostadas, apenas tengo hambre.

Pasa la tarde, una tarde lenta y cansada. La noche igual, larga, lenta y cansada. Recibo muchos mensages de Dani, Gemma, Jesús y poca gente más. Contesto a todos menos a Dani.

A la mañana siguiente me despierto y bajo a desayunar. Hoy sería un día de salir a la calle, hace buen día. Llamo a Gemma y accede a pasear conmigo. Me preparo, me pongo un biquini y un peto. Quedo con Gemma para ir a la parada de autobuses y cogemos este.

Nos dirigimos hacía la playa mientras que yo, en el autobús, llevo los cascos y Gemma mira hacía delante. Me da varios toques en el hombro y señala a dos chicos varios asientos más alante. Al distinguir que son los gemelos, me hundo en el asiento para que no me vean y sigo observando mi móvil. ¿Para qué esconderse? Gemma los llama para que se acerquen a nosotras. Subo el volumen de la música y me centro en mi móvil.

-¡Mía!-grita Gemma quitándome los cascos.

-¡¿Qué?!-pregunto poniéndome uno de estos dos.

-Que están aquí los gemelos.

-Hola.-saludo y me pongo el otro casco para seguir escuchando música.

Ellos siguen con su conversación, mientras yo, dando mal ejemplo, paso un poquito te ellos y me centro en mi móvil. Mientras hago esto Dani me mira como siempre, al no obtener ni una mirada de mi parte, frunce el ceño. Cansada de llevar los cascos, me los quito.

-Por fin.-resopla Gemma.

Llegamos a la playa, Jesús y Dani vienen con nosotras.

Pongo la toalla en la arena, de mi bolsa saco un libro y lo pongo sobre esta. Me quito la ropa y me pongo a leer.

-Mía...-dice Dani.

Miro al rededor y Jesús y Gemma están en el agua y Dani y yo estamos solos. Suspiro y sigo leyendo.

-Mía por favor.-dice Dani quitándome el libro.

-Está bien, tu ganas, quieres que acabe volviéndome loca. Sin saber que hacer, ¿no?-digo sentandome.

-¿Qué? No, quiero que me perdondes y joder, no se que mierda hacer para que lo hagas.

-Dani, ya te lo dije, te quiero perdonar pero me hiciste daño.

Suspira y sigue mirando a la nada, yo cierro el libro, marcando la página por la que me he quedado y me voy a dar un paseo para despejarme.

Mientras camino por la orilla noto varias miradas posadas en mí y en mi cuerpo. Serían de niñas inspeccionando si me queda bién o mal el diseño y color de mi biquini. Cuando llego a una roca bastante grande, impidiendo que siga hacía delante, escucho una voz detrás mía.

"Ya no se que hacer para que estes bién, si encender el Sol para encender tú amanecer, falar en portugués aprender a hablar fancés o bajar la Luna hasta tus piés..."

Me doy la vuelta y veo a Dani, la canción se dirigía a mí. Al saberlo, no tengo nada más que hacer que suspirar y tirarme al suelo a llorar. Esté él delante o no, ya me da igual, bastantes veces e huido de él, bastantes veces e suspirado por él, bastantes veces e sufrido a escondidas.