Capítulo 16: "El bordillo".

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-Chicos, ¿podéis adelantaros un momento?-dice Dani.

-Si, claro.-dice Gemma llevándose a Jesús del brazo.

-¿Qué te pasa?-dice Dani mientras me mira.

-Nada.-miento, cabizbaja.

-Dimelo, no me sabes mentir.-dice cogiéndome de la barbilla, haciendo que le mire.

-Nada, enserio.-le insisto, apartandome de él.

-Dimelo.-vuelve a repetir.

-¿Si fuésemos algo, qué?-le interrumpo antes de que pudiera decir nada.-¿Hubiéras hecho daño a todo el que me toque?

-No, ¿qué te hace pensar eso?-dice acercándose, vuelvo a retroceder.

-Siempre que me toca alguien, bueno, un chico, te enfadas, y no le pegas porque te lo impido.-le explico.

-Uf... es que no puedo evitarlo, Mía, no sabes lo que cuesta querer a alguien y no tenerlo, no sabes lo que cuesta ver que alguien pueda tener a la persona a la que amas, mientras tú, contemplas.

-Dani... Si lo sé, claro que lo sé, pero, no soportaría que hicieses daño a alguien.

-En el parque del centro a las 17:00, ¿me das una oportunidad?

-Está bien.

Se va, antes de que pueda cerrar, Dani pone el pie.

-Se me olvidaba.-dice dándome un pequeño beso.

Sonrio como una tonta y cierro la puerta, puedo ser todo lo antipática que quieran, todo lo antisocial del mundo, pero, tengo sentimientos. Subo a mi cuarto y miro el reloj, son las 16:30, me queda una hora. Bajo al jardín, junto con el pequeño cachorro.
*POV Dani*
He quedado con Mía a las 17:00 en el parque, allí le demostraré que puedo cambiar, puedo cambiar mi mal genio frente a situaciones así.
*POV Mía*

Me quedan cuarenta y cinco minutos para encontrarme con Dani en el parque, subo a mi habitación junto con el cachorro y me pongo delante del armario.

Trás cinco eternos minutos me decanto por unos shorts vaqueros, una camiseta de tirantes negra debajo de la sudadera de Dani y unas sandalias negras. Me peino el pelo, limpio mis gafas, están sucias...

Bajo y me dirijo al parque, tardo un poco menos de media hora en llegar. Llego y allí está él, apollado en una farola. Me acerco a él y alza la cabeza, estaba cabizbajo.

-Has venido.-dice a media sonrisa.

-¡Claro! No me iva a perder... Lo que sea que vayamos a hacer.-digo riendo.

-¿Esa es mi sudadera?-dice comenzando a andar.

-Que va.-digo poniéndome a su lado.

-¿No?-dice mirándome con una ceja alzada.

-Que si es la tuya tonto.-digo dándole un pequeño golpe en el brazo.

-Con que tonto, eh.-dice parándose delante mía.

Me coje como un saco de patatas y comienza a andar como si nada, le insisto en que me baje, pero, no hay manera. Conforme más anda, más me doy por vencida, no me va a bajar por mucho que le diga.

-Me aburro.-digo aún como un saco.

-Los sacos no hablan.-dice Dani parando.

-Bajame, porfa.-digo poniendo pucheros, aun que no me vea.

-Aún no.-dice abriendo una puerta.

Al subir a la azotea me baja, sentandome en el bordillo. Miro para atrás y veo que esta muy alto, ¿cómo ha podido subir tan rapido? No me deja bajarme del bordillo, me sujeta las piernas para no poder bajar.

-¡¿Me quieres matar?!-digo alarmada.-¡Bajame!-le grito.

-No te quiero matar.-dice riendo.

-Pues bajame.-le digo más tranquila.

-Tienes que pagarme para eso.

-O venga ya, no llevo dinero.-digo tocando mis bolsillos.

Dani niega con la cabeza y me coge la barbilla, alzando mi cabeza oara que le mire, se acerca a mi y me besa, durante el beso le rodeo el cuello con mis brazos. Cuando nos separamos sonreimos. Me hace cosquillas, le ha dado un venazo de esos o algo, de la risa me hecho para trás. Nos olvidamos de que estoy sentada en el bordillo.

El amor es un misterio. [Gemelier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora