Capítulo 45 🎸🎼

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—¡Qué maravilla, Dios mío! — silbó alguien desde el umbral de la sala de ensayo — ¡Parece que acabo de morir y estoy en el cielo! Nunca había visto chicas en las bandas en las que estuve, y menos unas tan bellas. Espero que sean solteras.

Nos volvimos para ver quién era el fanfarrón.

—Este es Diego Vélez — el Señor Lyrica le puso una mano en el hombro y lo invitó a entrar, con toda la ceremonia del mundo —. Es el hijo de Alejandro Vélez, uno de los mecenas y principales accionistas de la productora.

Ahí lo entendimos todo.

Al tal Diego pareció mosquearlo que lo presentaran de aquella manera.

—Mi talento viene de naturaleza, por eso prefiero que sean mis capacidades las que hablen por mí y no mi apellido — masculló caminando con arrogancia hacia el centro de la sala.

"¡Cómo no!", dije para mis adentros.

—Los dejo para que interactúen — dijo el Señor Lyrica con una sonrisa afectada. Era la primera vez que lo veía hacer semejante despliegue de cortesía —. Estaré en mi oficina por si me necesitan.

El recién llegado vestía de negro totalmente, la camiseta de mangas cortas dejaba a la vista los típicos tatuajes de chico malo y rebelde. Era atractivo, aunque no tanto como Tomás y Sebastián. Diego se movía con la seguridad afectada que da el dinero. Tenía unos aires de seductor patéticos, como si se creyera el hombre más guapo de la tierra.

Su nuca estaba completamente rapada y el resto de su cabello largo estaba atado en una coleta extraña en la coronilla. Me recordó al modo en que se amarraban las bolsas de la basura cuando estaban llenas.

Sus ojos castaños eran bonitos y expresivos, la clase de atributo que por sí solo, podía enloquecer a las chicas. Pero perdían su encanto por la altivez con que él lo miraba todo, en especial nuestros instrumentos.

—Parece que están un poco despintados, ¿no? — comentó — ¿Han pensado en cambiarlos?

Seb se tensó.

—No queremos cambiarlos. Así se ven los instrumentos cuando han sido tocados una y otra vez, frente a miles de personas en distintas ciudades — replicó — ¿Has vivido experiencias así?

Diego supo defenderse.

—He estado en varios países conociendo la cultura y tomando cursos con los mejores maestros de guitarra — presumió agitando una mano —. La semana pasada llegué de Finlandia, donde la cerveza y los músicos son excepcionales — sonrió —. Seguro tú has vivido experiencias así.

OUTSIDERS, siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora