Capítulo 32 🎸🎼

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Debido a que la mañana se fue volando mientras Jem iba a traer a Alicia y ella y yo sosteníamos aquella charla profunda, el Señor Lyrica nos dijo que podíamos tomarnos el día libre y grabar al día siguiente.

No obstante, aprovechamos parte de la tarde en el estudio para ponernos de acuerdo con Alicia sobre algunas cuestiones prácticas. Como ella no estaba con nosotros cuando compusimos las canciones del repertorio para el segundo álbum Corazones & Ruletas, no participaría en la próxima sesión de grabación. Sin embargo, concluimos que algunas canciones podrían tener composiciones de piano en el futuro, lo cual implicaría un trabajo de mezcla y remasterización.

El Señor Lyrica dijo que eso podíamos planificarlo con paciencia. No obstante, sí era primordial incluir el piano en las canciones nuevas. Como Alicia nunca había compuesto música, sólo había hecho arreglos sutiles de acordes y tonalidad a las canciones que tocó con las otras bandas, el Señor Lyrica haría una cita para ella con un maestro de piano en el transcurso de esa semana con la finalidad de enseñarle a componer.

A Alicia los ojos se le iluminaron en cuanto escuchó aquello.

Según ella misma nos contó, las clases que recibía habían sido muy esporádicas debido a que con su salario en la tienda, no podía pagar tantas como hubiera querido. Por otro lado, ya había hecho un esfuerzo inmenso al ahorrar dinero para comprar una organeta de segunda mano con la que ensayaba en su habitación. Pese a que las clases fueron pocas, se notaba que Alicia les había sacado muy buen provecho porque la teoría que recibió la interiorizó muy bien, pues había estudiado y practicado por su cuenta con mucho esmero.

El Señor Lyrica también aprovechó para dejar lista la parte de la contratación. Como Alicia recientemente había cumplido los diecinueve, no hubo inconvenientes al respecto. Era una adulta legalmente y no dependía de sus padres como yo.

Llegamos a la conclusión de que Alicia estaría en la entrevista del viernes y haría los coros a Tomás en las próximas presentaciones, mientras que se familiarizaba con el proceso de componer.

Una vez terminamos de hablar, ella se puso en pie.

—Debo ir por mis cosas al hotel — anunció.

—¿Y en dónde te quedarás después? — inquirió Tarro.

Ella encogió los hombros.

—Buscaré algún hotel que esté cerca al de ustedes, así no estaré al otro lado de la ciudad y será más fácil reunirnos.

Tomás asintió.

—¿Y por qué no te quedas en el mismo hotel que nosotros?

Ella no tuvo tiempo de contestar.

OUTSIDERS, siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora