Capítulo 29 🎸🎼

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La presentación con Alicia fue espléndida.

Todo el mundo quedó encantado con su talento, carisma y belleza. La vitorearon muchísimo cuando Tomás la presentó, luego de que tocara las cuatro canciones con nosotros, en lugar de sólo las dos que teníamos pensadas en un inicio.

Cuando nos bajamos del escenario, también la felicitaron no sólo personas del público sino otros músicos y admiradores recién adquiridos.

Los retornos fueron perfectos y las melodías que tocó no pudieron oírse con más nitidez. Alicia era magnífica, en todos los sentidos. Nos abrazó a los cuatro y se deshizo en agradecimientos por haberla invitado a tocar.

El Señor Lyrica había ido a vernos, por primera vez, quizá por curiosidad de saber cómo nos iba con ella. Tenía cómo enterarse de todo de todos modos porque a cada ciudad a la que viajábamos enviaba técnicos, ayudantes y al menos un músico que pudiera asistirnos en caso de que tuviéramos alguna duda o necesitáramos asesoría. Y claro, también estaba Jerónimo, nuestro parco y diligente conductor quien a pesar de su aparente seriedad, se había visto obligado a pasar tantas horas con nosotros que ya habíamos compartido cervezas y hamburguesas en un par de ocasiones y podía decirse que nos tenía confianza. Él ya tenía la nuestra a tal punto que nos tomamos el atrevimiento de rebautizarlo Jem.

Según él, había acompañado a un par de bandas antes de nosotros, pero no quiso hablar más cuando le preguntamos cómo se llamaban o qué había sido de sus integrantes. Ahora estaba disponible por entero para nosotros.

—"No cometan la estupidez de otras bandas de caer en adicciones, probar mierdas cuyos efectos o procedencia no conozcan y acostarse con desconocidos sin protección. Llevo quince años trabajando como cabrilla de artistas. Créanme, eso es lo que arruina a todas las personas y por consiguiente, a una banda" — había dicho afuera del hotel en Cantela, apoyado contra su bonita camioneta mientras fumaba un cigarrillo artesanal. Luego miró a Tomás — "Tú en especial, pareces muy propenso a tirarle a todo lo que se mueva y chicas no te van a faltar. Pero te doy un consejo, muchacho; encuentra a una mujer valiosa, apréciala y mantenla a tu lado. Lo mismo va para todos ustedes. No les daré nombres, pero varias veces encontré a músicos y actores encerrados en sus bonitos cuartos de hotel bebiendo solos, esnifando, llorando o a punto de meterse un buen frasco de pastillas. Uno de ellos murió debido a eso. En esas situaciones, de nada sirven la fama y el reconocimiento si no hay con quien compartirlos".

Lo escuchamos sin interrumpirlo porque eran raras las ocasiones en las que hablaba tanto. También sabíamos que tenía una esposa con la que hablaba todas las noches. Jem disponía de un par de meses que eran sagrados en el año en los cuales descansaba y regresaba junto a su mujer.

OUTSIDERS, siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora