Froté mis labios frente al espejo una tercera vez, más por nerviosismo que por otra cosa. El carmín rojo sobresalía contra la piel pálida de mi rostro.
Estaba nerviosa porque en menos de treinta minutos tocaríamos frente a mil personas más o menos. Nunca habíamos tenido una audiencia tan grande.
Salí del pequeño camerino que me habían asignado.
Los muchachos ya estaban listos y me esperaban afuera. Los tres me miraron de pies a cabeza, como si estuvieran viendo a una extraña. Me sentí tan incómoda que estuve a punto de regresar y cambiarme de ropa.
—¿Vas a presentarte así?
Tomás me miraba consternado mientras me señalaba de arriba a abajo con una mano.
—Claro — contesté encogiendo los hombros, en un intento de sonar despreocupada cuando la verdad era que me importaba mucho su opinión y la de los muchachos —. Hace calor y quería usar algo especial este día.
El clima en Florencia estaba un par de grados por encima del de San José y aun sin comenzar a tocar, ya me sentía sofocada.
Llevaba puesta la blusa exhibicionista que Fernanda me había regalado, junto con el pantalón negro con pequeñas calaveras y los guantes en forma de red.
—Pero es que... se te ve todo — siguió diciendo él en tono escandalizado. Su cara era un auténtico poema.
Los tres clavaron la vista en mi busto sin disimulo alguno y se me hizo curioso en especial, por Tarro, ya que creíamos que no tenía ojos para las chicas.
—¡Bah! — di un manotazo — Lo que pasa es que tú estás acostumbrado a ser el que se desnuda en las presentaciones, junto con Sebastián, y ahora te sientes amenazado porque sabes que voy a opacarte al menos un poco. Creo que ustedes a menudo olvidan que soy una chica y es bueno recordárselos de vez en cuando.
Los tres apenas si parpadearon.
—¡Ya, dejen de verme así! — chillé exasperada, pasando por en medio de ellos. Miré a Tarro de soslayo — Dijiste que querías ver el escenario desde el lugar del público, antes de subirnos. Debemos hacerlo ahora o no nos alcanzará el tiempo.
Caminé a largas zancadas por el corredor de la fama, como lo había llamado Seb. Los muchachos me siguieron en silencio, todavía conmocionados por mi apariencia.
—Te ves hermosa y no hay duda que serás tú quien más llame la atención hoy — dijo Tomás en un tono de voz grave y profundo.
Me giré hacia él con los ojos entornados.
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OUTSIDERS, siempre has sido tú
RomanceTomás es mi mejor amigo y el ser humano en quien más confío. Sólo yo lo conozco completamente; sé cuáles son sus defectos y sus muchas virtudes. Tiene una capacidad increíble para iluminar mi día sólo con verlo. No hay ningún secreto entre nosotros...