Imagina una historia donde dos de los juegos otome más populares de la época se desarrollen en un mismo mundo, creando un harem entre los personajes de ambos mundos. Viviendo tu historia desde la niñez hasta la edad adulta. Se encontrarán los person...
Pasaron unos días y realmente no me sentía mejor. Daba gracias a que era fin de semana y no tenía que poner un pie en el instituto. Me lamentaba tanto por no ser lo suficientemente fuerte, deseaba con todas mis fuerzas serlo, ser capaz de encararlo y decirle "estoy aquí", pero el solo pensarlo me abrumaba. Sabía que en el momento que me viera con esa mirada distante me haría llorar, y no es que quisiera darme por vencida. Era frustrante no poder controlar mis emociones, justo en ese momento de solo pensarlo, pequeñas lágrimas caían de mis ojos.
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En ese tiempo había mantenido apagado mi celular, no quería escuchar más el incesante tono de llamada. Sabía que Alexy y Rosalya estaban preocupados y también que Rosa no aceptaría ningún "no puedo", pero no quería mostrar más mi quebrantada voluntad ante ellos, no soportaría sentirme así de patética una vez más.
Tomé fuerzas para levantarme de mi cama y tomar mi celular del escritorio, solté un suspiro mientras cerraba los ojos para encender decididamente el aparato.
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Pasaron unos cuantos segundos hasta que inició por completo y como era de esperarse, saltaron a mi vista montones de notificaciones, entre llamadas perdidas, mensajes de voz y de texto. Decidí al menos revisar la bandeja de entrada, había un sinfín de mensajes de Rosa, nada de que sorprenderse, pero los últimos mensajes sin duda llamaron mi atención de inmediato.
Rosalya: __________. ¡Por favor contesta! ¡Es urgente! Lysandro va a irse con su madre al campo. ¡Necesitas hablar con él! 5:00 PM
Rosalya: ¡Por favor __________! ¡Contesta! Estamos en la tienda, aún tienes tiempo. ¡VEN AHORA! 5:15 PM
No... Son las 5:40... El pánico se apoderó de mí tan rápido que tuve que sentarme, pues mis piernas temblaban. En mi mente había una lucha interna, una parte solo quería quedarse en un rincón y llorar y la otra quería ir corriendo a hablar con Lysandro. No sabía que sería más doloroso, si ver su rostro confundido al no recordarme o dejarlo ir así.
__________: Tengo que verlo... pero...
Me di unas fuertes palmadas en las mejillas. No, no había peros, me iba a arrepentir más si no lo veía, al menos debía hacer el esfuerzo de mostrarle que estaba bien antes de que se fuera. Justo después de eso, me levanté rápidamente, dando una pequeña mirada al espejo, de verdad que era un desastre, bajo mis ojos se asomaban unas ojeras, mordí mi labio con frustración. Nada podía hacer, solo atiné a arreglarme el cabello y vestir lo primero que encontré en mi armario, ni siquiera se me cruzó por la mente avisarles a mis padres, solo me eché a correr.
