32. Muérdago

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Cuando Ash y Cal regresaron de hacer las compras navideñas, encontraron a sus amigos de la misma manera en la que estaban cuando se fueron: un par de idiotas tirados sobre el sillón no haciendo nada más que tener sus ojos fijos sobre el televisor. Ni siquiera había expresiones de diversión en sus rostros, solo veías a dos jóvenes perdidos en las imágenes irreales y el constante roce de sus dedos.

- ¡Llegamos! - exclamó el moreno al darse cuenta que ningún ruido parecía hacerlos voltear
- ¿Llamaron a sus padres? - inquirió Ashton, tirándole al par un suéter en la cabeza - si...todos combinan, si...soy así de ridículo, si...quiero que se los pongan esta noche - murmuró, consiguiendo un gruñido de parte de ambos chicos, que analizaron la prenda con una mueca en su rostro.

- Mamá me dijo que no se lo perderían - inició el rubio, dejando el suéter de lado y volviendo a buscar la mano del desteñido sobre el asiento - Y Jack gritó desde lejos que les vendría más que bien una buena distracción, lo que significa buen vino, quizá champaña ¿y por qué no? una botella de tequila - agregó, no dando detalles de las razones, pues tanto él como el resto de su familia (y Michael) habían acordado no seguir mencionando el juicio frente a otros, todo con la intención de no generar más tensión a sus alrededores.

El rizado asintió en su dirección, viendo como Cal sacaba las cosas de las bolsas sobre la mesa de la cocina, mientras él seguía sacando las decoraciones y tirándolas sobre la mesa que tenía frente suyo, no sin antes quitar los pies de Mike de encima.

- ¿Qué hay de ti, Clifford?
- No quiero, la última vez que vi a mis padres me causaron un enorme dolor de cabeza...y de pecho...y de todo - musitó el chico, haciéndose bolita sobre su asiento, el rubio no tardó en pasar su brazo sobre los hombros del desteñido, tratando de transmitirle tranquilidad, a lo que respondió acurrucándose un poco contra él.

- Michael no puedes ignorarlos para siempre - replicó Ashton, frunciendo ligeramente el ceño - ¿Sabes lo difícil que fue no atender sus llamadas en tu cumpleaños? No sé que te hayan dicho, pero son tus padres y te aman, deberías siquiera llamarlos para invitarlos a pasar Navidad juntos - insistió, viendo como el chico se levantaba de su lugar y comenzaba a dar vueltas al rededor de la mesa de centro, mascullando múltiples cosas que en su mayoría ninguno lograba entender.

- Tienes razón, no sabes que es lo que me dijeron
- No puede ser tan malo...
- Dijeron que si fuera gay todo cambiaría - dijo de golpe, haciendo que tanto Ash como Cal abrieran un poco su boca ante la sorpresa. Antes de que alguien volviera a hablar, el pelinegro ya corría hacia el resto de sus amigos, deteniéndose frente a Michael y dejando caer su mano en su hombro.

- Tienes que admitir que si cambiarían un poco algunas cosas - intervino el rubio, consiguiendo que 3 pares de ojos curiosos se posaran sobre él - tendrían que acostumbrarse a verte con un él en lugar de con una ella, no te verían casarte en una iglesia y...muy posiblemente te encontrarían caminando raro de vez en cuando - murmuró, causando una inevitable risa en sus amigos, principalmente en Mike, quien volvió a dejarse caer a su lado.

- ¿Qué si no quieren verme?
- Créeme, querrán - continuó el rizado, acomodándose frente al par - Mike, incluso aunque cambien unas cuantas cosas, y que tus padres tengan que aceptar un mundo de nuevas situaciones...no significa que dejarán de amarte por simples preferencias
- Tampoco sabes si no lo harán - insistió el desteñido, sorbiendo su nariz - he sabido de muchos casos donde las familias terminan disolviéndose porque su hijo es gay...no quiero que nos pase eso a nosotros cuando por fin me atreva a decirles que soy bisexual - susurró.

Sus 3 amigos abrieron grandes los ojos, pues si bien era más que obvio qué preferencias sexuales tenía Mike, (por evidentes razones que incluso Calum, quien parecía ser el más ausente ante el tema, conocía) el chico nunca lo había dicho antes. No de una forma tan clara y directa, era como si finalmente aceptara cada parte de quien era, y esa simple idea hizo que los labios del rubio se extendieran en una sonrisa.

Waste The Night - MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora