20. Hablemos

34 4 0
                                    

Luke llevaba aproximadamente 15 minutos brincando por todo el apartamento, corría de un lado a otro recogiendo ropa, envolturas de sabritas, incluso las viejas cajas de pizza que tenían acomodadas contra la pared desde hace una semana y media, pues en efecto, había resultado un poco más sano que aquel primer intento de realizar la cena.

Michael yacía contra la puerta del baño, con una toalla sobre la cintura y gotas cayendo de su cabello, llevaba observando sonriente al rubio desde hace quizá 5 minutos. Le parecía divertido lo nervioso que el chico se encontraba, y como se esmeraba en hacer lucir todo perfecto, cómo si fueran sus padres los que venían a verificar que no fueran a morir pronto...si ese fuera el caso, Mike posiblemente ya estaría llorando de desesperación.

- Lu, tienes que calmarte
- ¿Qué estás haciendo ahí? ¿Por qué no te has cambiado? - exclamó el menor deteniéndose tan solo para mirar a su amigo escaleras arriba, el cual se encogió de hombros con una pequeña sonrisa en el rostro
- Va a salir bien, solo respira - agregó, mientras se dirigía hacia el chico
- ¡¿A dónde crees que vas?! Llegaran en cualquier minuto y no puedes recibirlos así.

Mike ignoró el comentario del chico y terminó posándose justo frente a él. Le sonrió antes de tomar su cara entre sus manos y acariciar sus mejillas con los pulgares. Luke cerró los ojos por instinto, y dejó salir un suspiro cuando sintió la respiración del teñido chocar con la suya.

- Luke - el mencionado abrió los ojos, topándose con el brillante verde de los de su amigo, una extraña sonrisa se apareció en su rostro sin su consentimiento, sorprendiéndose a sí mismo - tómate un tiempo, deja de intentar arreglar el lugar, ellos terminarán más sorprendidos por encontrarse con toda esta situación que con el dónde sucede.

- Eso es algo muy inteligente - inició el rubio - ¿Desde cuándo haces comentarios así?
- No intentes pasarte conmigo, Hemmings - rio - ¿Me acompañas?

Luke frunció el ceño, tratando de comprender a lo que se refería, pero no tuvo mucho tiempo, pues el teñido bajo sus manos de su cara a su muñeca, tirando de él rumbo a su cuarto.

Se sentó en la cama del chico mientras éste sacaba varias prendas del closet, negras en su mayoría. Y lo observó dar vueltas tranquilas por su habitación, buscando desde pulseras, hasta perfume, pares de zapatos y una que otra chamarra que terminó regresando al armario. Todo en tan solo una toalla, la cual tuvo que ajustar un par de veces, tratando de evitar que ésta abandonara su cuerpo.

Luke lo miraba tranquilo, admirando cada parte de él, sus movimientos suaves y aquellos que se veían bruscos, las gotas que resvalaban por su pecho y se escondían donde la toalla iniciaba, su cabello mojado que por más que tratara de acomodárselo, éste regresaba a pegarse a su rostro. Luke terminó perdido en los verdes ojos que miraban a todos lados, curiosos, intentando ignorar la intensa mirada que su amigo le dirigía, para evitar ruborizarse. La mirada del rubio cayó sobre sus labios, los cuales adoraba besar por lo sueves que eran, lo mordibles que se volvían en medio de un beso descontrolado, rosados todos los días, rojos algunos otros, y dulces, con sabor a cereza.

La imágen del teñido quedó interrumpida para Luke cuando el mayor le lanzó la toalla en la cara, robándole una pequeña risa. El rubio no intentó quitársela, prefirió esperar, dándole privacidad al chico, aunque fuera mínima y por tan solo un par de segundos, al final de cuentas, fue él quien lo obligó a subir.

- ¿Ya traes puesto algo? - inquirió, Michael soltó una risilla y afirmó, viendo como el rubio se quitaba la toalla y la tiraba al piso, mientras él desdoblaba una camisa
- Lu
- Mmm
- Deja de ver mis boxers
- N-no estoy viendo t-tus boxers - respondió. El menor sintió como todo el calor subía hasta sus mejillas, pero no giró su vista
- Entonces deja de ver lo que hay debajo de éstos.

Waste The Night - MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora