Capítulo 57: el del penúltimo momento.

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CAPÍTULO 57:

-No. Esa vez te salvé yo.- el look con el que le miro es de ofendida total cuando la escucho recordar la historia, a su manera.

-¿Tú? JA.- Amelia suelta una fuerte risa de esas de las que no puedes evitar reírte, aunque no debieras en aquel instante- Fui yo- insiste una vez más- Cuando tiré el globo de agua a Eduardo. ¿o no te acuerdas de eso?- que lo hiciera no significaba que fuera verdad- Ese tío me ponía de los nervios cada vez que se acercaba a nosotros.

-Es que era muy raro.- en aquello si que tenía un poco de razón- Era como un niño grande, pero en raro- Amelia vuelve a reírse conmigo en ese momento- ¿Recuerdas el día que se puso a intentar que bailáramos con él durante la fiesta?

El gesto de Amelia es hermoso cuando empieza a reírse, recordando.

-Vale, ese día me reí a más no poder con los pasos de baile de mono que daba.

-Mono estaba hecho con los pelos en las manos que tenía.-Amelia me mira y de nuevo, la risa nos invadía.

-Diooooos.

Tendidas en la manta, después de recuperarnos de frío que nos había entrado después del chapuzón, habíamos terminado hablando de todos los recuerdos que nos producía el sitio. El día de las tortitas en la casa de comidas, el baile a mitad del verano. Era como si de repente, volviéramos a ser las Amelia y Luisita de hacía ocho años. 

Unas Luisita y Amelia que han recorrido mucho camino hasta ese día.

Y es que volver a donde literalmente, nuestra aventura había comenzado, había sido la mejor elección de toda nuestra vida. Volver a tirarnos juntas, aunque esta vez íbamos a terminar o con una pulmonía de alucine o con un resfriado de esos fuertes. Cualquiera de las dos cosas bastaba.

El caso es que volver allí, había sido muy bueno.

Nos habíamos alejado, escrito, olvidado quizás; solo para que el futuro volviera a traernos de nuevo juntas para vivir aquella historia de amor que en un mes se acababa. Al menos, se podía decir que ahora habíamos tenido más de un mes para poder disfrutar de la una y la otra, no solo un mes.

Bueno, un mes nos quedaba juntas. 

Sacudo mi cabeza, intentando deshacerme del pensamiento.

-Tenemos que volver...- murmura de repente Amelia.

A mi lado, con nuestras manos jugando la una con la otra, la miro cuando dice aquello. Amelia mira al cielo, con una sonrisa en sus labios.

-¿A la cabaña?- pregunto.

La veo que se vuelve a mí, se ríe:

-¿A dónde más quieres volver?

-Yo que sé- en aquel momento, si pudiera, me quedaba por toda la vida allí.

Amelia suspira, su brazo me toma, se acerca y su cabeza termina torpemente sobre mi hombro. Una sonrisa se dibuja en mis labios al respirar su aroma. La beso tiernamente, sintiendo acto seguido su abrazo apretando más:

-Al campamento... lo antes posible.- responde.

Triste, aunque intentando sonar alegre, también le sonrío. A mi me encantaría volver siempre con ella. Sin embargo, en un año, probablemente, no podríamos. Suspiro y le respondo:

-Bueno, si tu madre quiere volver a traerte en verano...- Amelia me mira- Sería un placer...

Amelia alza su mirada a mí, cuando la veo alzarse. Esta me toma, para que me una a ella mejor.

Su gesto de repente es serio.

-No quiero que esto sea nuestra despedida, cariño...

-Hey- un nudo se me hace en la garganta, pero al escucharla, la paro rápidamente- Ni se te ocurra ponerte triste hoy, ¿vale? Es tu cumpleaños y debe de ser el mejor día de tu vida...

Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora