CAPÍTULO 13:
Desgraciadamente, y aunque sigo ignorándolo, incluso en los descansos; Sebas no para en su intento para que le haga el trabajo. Me manda mensajes a más no poder y, aunque siempre termino bloqueándolo; él siempre encuentra la manera en la que hacerme llegar sus mensajes. La verdad, me empieza a preocupar con todo aquello.
Pienso en decírselo a María, a Amelia, a mis padres incluso. Sin embargo, el hecho de que María o mis padres por ejemplo supieran de lo del contrabando, haría que supieran también que yo había estado involucrada y, honestamente, no creo que pudiera vivir con ello. No creo que pudiera mirar más a la cara a mis padres, sabiendo que su hija les había mentido y que se había metido en una cosa tan... asquerosa como esta.
Asique, desgraciadamente, continúo la semana con el secreto de Sebas solo para mí. Aunque por suerte, o por desgracia, aún no lo tenía claro; el viernes parece que cambia mi suerte cuando me encuentro con Amelia y Marina dando un paseo por la Gran Vía.
El caso es que Marina estaba aburrida y queriendo hacer algo para divertirse, había sugerido el ir a algún lado para pasar el rato. Asique, sugiriendo por casi media hora, habíamos terminado yendo al cine a ver la primera que pusieran en cartelera: habíamos terminado viendo la última animada de Scooby Doo... Tres chicas de diecisiete años y viendo una película para críos. En fin.
La película termina y para no volver aún a casa, marchamos hacia una dulcería que hay nada más salir de Callao. Pedimos algo para merendar.
-No... creo que el siguiente es el de María... creo- le decía Marina a Amelia mientras estábamos en la dulcería- Porque Gonzalo lo cumple en Julio y yo... claro, marzo y María es en diciembre... ¿Tú?
-No, bueno- Amelia le quita importancia- Es en febrero- responde- pero la verdad es que no le doy mucha importancia. Tampoco es que lo celebre que digamos...
-Oh, vamos. Que nos tienes a nosotros. Podemos celebrar el cumpleaños todos juntos. ¿verdad, Luisita?
Tengo que decir que en ese momento me hubiera encantado estar atenta y apoyar la idea de Marina de poder pasar el cumpleaños de Amelia también con la peña. Después de todo, aunque llevaba dos semanas a lo mucho con nosotros, se estaba convirtiendo en una de nosotras ya.
Sin embargo, los malditos mensajes me tienen en otro mundo. Asique, en ese momento, me quedo atenta al móvil y no respondo.
-¿Luisita?- me llama hasta Amelia.
-Deja el móvil, coño- Marina me lo toma de un manotazo, haciendo que por fin reaccione- ¿Se puede saber qué está pasando que te tiene tan...?
Mi primera reacción es la de quitarle el móvil de las manos a Marina. Tenía el chat abierto para ver por qué demonios me seguían llegando los mensajes y no me había dado tiempo a cerrarlo. Sin embargo, Marina es más rápida y alcanza a leerlos cuando se lo quito de la mano.
-¿Qué movidas te traes con Sebas?- esta va directa.
-Nada- digo rápidamente cortando el tema y apagando literalmente el móvil.
-Nada no, que esos mensajes sonaban a psicópata de cojones, guapa- miro a Marina, no me salen las palabras para decirle lo que pasaba.- Algo pasa con él, ¿verdad?
-No pasa nada, ¿vale? Además, ¿podemos parar de hablar de ese chico por un momento?- ya me empezaba hasta a cargar a mí- ¿de qué hablabais?
Intento desviar la conversación. Sin embargo, Amelia no duda en seguir:
-Luisita, creo que deberían saberlo. Creo que hasta ayudaría.
-¿El qué ayudaría?- pregunta Marina.
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Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)
Fanfiction¿Cómo parar lo imparable? ¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo salvarse de ese hijo rojo que te lleva a tu alma gemela? Simplemente, no puedes y yo lo aprendí de la forma que menos me lo hubiera imaginado. Se dice que el amor es duro, el amor es trág...