Capítulo 10: Que empiece la fiesta

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CAPÍTULO 10:

Después del susto y el ataque, bajo cuando siento que no voy a dar ninguna llamada de atención por mis ojos; y la verdad es que, por unos minutos, consigo hacerlo. María y Amelia no sospechan nada. Sin embargo, cuando María sale hacia casa de Gonzalo, el cual le manda un mensaje (para mi fiesta, cien por cien segura); y yo me meto en la habitación a empezar a agradecer todos los mensajes que me mandaban de felicidades, Amelia digamos que me pilla en el momento crítico.

Aun siento la ansiedad, aun siento el malestar del encuentro con Sebas. Asique, corro a tomar un cigarrillo de marihuana, cuando Amelia me pilla.

-¿Eso es maría?

-¿Qué? No...- respondo, pensando algo rápido- Es tabaco de liar...

-Ya, tabaco...- la miro, resoplo- Me lo puedes decir... no le diré a nadie que fumas maría- la verdad es que en ese momento, me quedo sorprendida.

-Espera, ¿cómo...?

-En un reformatorio ves demasiadas cosas como para saber que eso no es un porro-vaya por Dios, mala suerte la mía- No le diré nada a nadie... Ya ves que no le dije de lo que pasó con Sebas....

-Ya...- murmuro- Y te lo agradezco- abriendo la ventana y con cuidado, encierro el cigarrillo, empezando a fumarlo- Solo... no digas esto tampoco.

-¿Y por qué razón no debo?

-Dijiste que no lo harías...- le vuelvo a recordar sus palabras.

Amelia no dice nada más. Sin embargo, es con sus gestos, con lo que hace literalmente, que me quita las ganas de fumar más.

Me mira, como con un tono de desprecio.

-Ya... En fin...Creía que eras mi amiga...

Toma su móvil y sin decir nada más, se acuesta en la cama.

En ese instante, me quedo mirando el cigarrillo. A penas había dado un par de caladas a este, que ya siento que las ganas se me han ido. No sabía como lo había hecho, pero ni ganas tenía ya de este.

-¿Contenta?

Deshaciéndome como es debido del cigarrillo, me vuelvo a mi cama. Amelia me mira rápidamente y encima, me suelta una sonrisa.

-Solo si me ayudas a algo...

-¿A qué?

-Tu hermana me avisó de la fiesta que ya sabías- me río en ese momento- Y... ropa de fiesta como que no tengo muchas, la verdad.

-Ropa de fiesta...- río recordando sus palabras.

-Tu me entiendes....

-Ya- río- En fin... algo tendré para dejarte. Déjame que mire...

Y aunque no lo pienso en el momento, sí que tengo que decir que el gesto de Amelia me ayuda. El momento vivido con Sebas en la azotea se borra de mi mente y no puedo evitar pensar de nuevo en los momentos del campamento. Amelia realmente me ayudaba, y mucho.

Aunque de eso me daría cuenta después.

Con la promesa de salir a almorzar a algún lado la familia entera el domingo, la tarde la pasamos con la vuelta de papá y mamá comiendo algo de tarta y hablando un poco en familia, con Amelia incluida, claro está. Además, de que recibo algún que otro regalito por parte de mamá y papá como es ropa: un conjunto de pantalones y crop top con bordes de encaje que la verdad que quedaba muy elegantes y sexy a la vez, conjunto que aprovecho para "salir" aquella noche. Ya que, según María, solo haríamos eso.

Me daba cosilla saber que tenían algo esperándome, porque se lo curraban muchísimo. Sin embargo, es que la capacidad que tenían de esconder las cosas es que era... penosas. La verdad fuera dicha.

Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora