CAPÍTULO 44:
Se hace raro.
Se siente raro.
No del raro estás viviendo con tu ex porque literalmente es que no te queda otra alternativa. Si no del raro, porque tu ex se está comportando de la misma manera en la que os conocisteis hace ocho años. Amelia es que literalmente empieza a ser esa chica rebelde que se convirtió en mi amiga, mi primera amiga real. Sé que es difícil de explicar con palabras. Asique, supongo los hechos serían mejor.
Los días pasaron más rápido de lo que imaginaba.
Es decir, "romper" con Amelia por culpa de Ledesma (me tenía que decir a mí misma eso si no quería sentirme como una auténtica gilipollas) había sido duro. Solo pensaba en la manera en la que hacer frente a ese "intentar ser amigas al menos". Sin embargo, es que fue un día lo que tardó en cambiar.
Aquella mañana me encontraba en la cocina. Papá trabajando, mamá igual. El abuelo de visita a ver un amigo. María con Ignacio y Amelia, al parecer, había quedado con Marina. A mí también me dijo Gonzalo de salir, pero decidí quedarme en casa. No sabes lo que te gusta estar en tu propia casa hasta que estás dos semanas fuera de ella.
El caso es que, entre aburrimiento y aburrimiento, me había puesto a limpiar. Llevaba los cascos puestos, recién terminada la cocina cuando de repente, la sábana cae encima de mí. Al principio, me asusto, pero sacándomela rápidamente, veo que son María y Amelia las que me esperan frente a mí.
No puedo preguntar nada. Solo sé que de repente es Amelia decir:
-¡Peleas de almohadas!- lanzármela a mí que lo siguiente que sé es que llevo el morado más grande del mundo al instituto del golpe que me arremete María.
Ahora, ¿qué es lo que tiene Amelia y una guerra de almohadas en común? Que la hicimos en el campamento cuando nos quedamos castigadas una tarde, después de pillarnos haciendo cosas que no debíamos. Encerradas en la cabaña, no sabíamos que hacer y... bueno, los recuerdos fueron claros nada más la escuché gritar aquello.
Cosa que no sé si era bueno.
-¿Crees que te está intentando ganar de vuelta?
Aquella mañana en el instituto, acompaño a Gonzalo a por algo de beber al bar del instituto; ocasión que aprovecho para hablar con él del tema.
-No tengo ni idea- resoplo- Solo sé que... me alegra volver a ver a esa Amelia.
Gonzalo me devuelve la mirada, sonríe:
-Bueno... estamos terminando el instituto y tenemos las vacaciones de navidad por delante. Supongo que tienes hasta el diez de enero más o menos para averiguar lo que se trae Amelia... además de que puedes aprovechar para recordar viejos momentos... lo que te enamoró de ella...
-Que romántico empedernido te has vuelto- me río con él.
Aunque, si tenía que ser clara, la verdad es que era romántico aquel gesto.
-Oye, que mientras que no terminéis como Ross y Rachel, por mí de diez...
-No voy a terminar gritando al estilo Ross, eso te lo digo...- Gonzalo suelta una gran carcajada.
-Yo que me hagas el momento pavo en la cena de navidad de mañana, me conformo. Que tenemos que hablarlo antes de volver que tengo que darle la respuesta al bar que vimos para comer juntos...
-Se me olvidaba que eras el fiestero.
Y es que era veintidós de diciembre y, como pesados que éramos con las fiestas, teníamos la típica cena de navidad todos juntos. Todos los años. Era nuestra tradición, como la pequeña familia que habíamos hecho. Aunque claro está, tradición, comida y evento entre amigos... siempre termina en un "luego lo hablamos mejor" cuando no hay un Dios que se ponga claro con la comida y el sitio.
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Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)
Fanfic¿Cómo parar lo imparable? ¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo salvarse de ese hijo rojo que te lleva a tu alma gemela? Simplemente, no puedes y yo lo aprendí de la forma que menos me lo hubiera imaginado. Se dice que el amor es duro, el amor es trág...