CAPÍTULO 24:
El sábado estoy ayudando de nuevo al abuelo con el Asturiano. De improvisto, se habían presentado una comida de cumpleaños y, sin ayuda extra, papá nos llama a casa para ver quien estábamos para que fuéramos a ayudar. Mamá estaba liada con las tareas del hogar. María, que solo se había puesto a ayudarla para no ir al bar, también se salva. Asique, ¿quién quedábamos para hacer el trabajo?: sí, Amelia y yo.
Asique, allí estábamos, en la barra, preparando todas los pedidos que nos iban haciendo. Todo normal, si no fuera porque, Amelia seguía con sus monosílabos para hablar conmigo. Bueno, monosílabos y palabras necesarias para decirme que los pedidos estaban echo y los podía llevar. Solamente, me decía aquello.
Por lo que sí, desgraciadamente, no podía sacar el tema, ni dejarle caer eso de hablar más tarde. Sobre todo, porque estaban mi padre y mi abuelo presentes.
-Las cocacolas para la tres- me dice en una de las comandas.
Me acerco a la barra, las tomo cuando a penas llego y Amelia ya se ha metido hacia la cocina. Resoplo con fuerzas, aquello era ya insoportable.
-¿Todo bien?- me vuelvo y miro a papá, que se metía en la barra.
-Más o menos- ni siquiera tenía energía para mentir...
-Ya lo veo...
Ocupándome primero de repartir la comanda, no puedo evitar ver como papá me mira con cara "¿qué está pasando aquí?". Supongo que la charla iba a ser finalmente con papá y no con Amelia. Porque lo veía venir.
-¿Y... qué ves?- pregunto, aprovechando que no tenía que hacer más recados.
-Pues...- papá mira rápidamente hacia dentro, esperando que quizás Amelia no apareciera- Que está la cosa tensa entre vosotras. ¿Os habéis peleado?
-Más o menos, papá...- respondo casi sin ganas.
-Más o menos- copia mis palabras- ¿Eso es todo lo que vas a decir?
-¿Y qué quieres que diga, papá?- literalmente hablando.
-Pues... Mira, ya sé que no soy quien para meterme...- me sorprende diciendo- pero... veo que Amelia es una buena chiquilla. ¿Sabes que le gusta el futbol tanto como a mí?- suelto una pequeña risilla- Y encima, es del Atléti.
-Habéis pasado tiempo juntos...- le digo soltando una risita.
-Pues sí- asiente este- La verdad es que es una chica muy buena... Aunque creo que eso ya lo sabes. La conocías después de todo, ¿no?
O se había dado cuenta de quien era Amelia, después de todo, papá era quien me enviaba las cartas todas las mañanas, con eso de que bajaba a trabajar al Asturiano primero y luego al Hotel. O la razón que seguramente sería: mamá se lo había contado.
-¿A qué te refieres?- le pregunto.
-¿Es...?- papá ríe- Me vas a llamar loco, pero...¿es Amelia la misma chica que conociste en el campamento, no? La de las cartas- papá me sorprende al cien por cien cuando se da cuenta de ello.
-¿La recuerdas?
-No es que la recuerde. Es que...- papá me señala la medalla- Aun me acuerdo las peleas que teníamos cuando no te quitabas la dichosa medallita ni para la boda que tuvimos de los primos.- me quedo que no sé que decir, solo puedo tomar la medalla, reírme- El otro día se la vi a Amelia, que no la traía al principio de estar con nosotros y de repente tenéis las dos la misma... Era una idea loca...
-Pero tenías razón- digo finalmente- No... Me sorprendes, papá- me río.
-Bueno, es mi trabajo como padre ser observador y saber que les pasa a mis hijos- y la verdad es que eso es lo que le hacía tan buen padre- Por eso me he dado cuenta también que Amelia y tú... bueno, que no os lleváis tan bien como antes...
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Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)
Fanfiction¿Cómo parar lo imparable? ¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo salvarse de ese hijo rojo que te lleva a tu alma gemela? Simplemente, no puedes y yo lo aprendí de la forma que menos me lo hubiera imaginado. Se dice que el amor es duro, el amor es trág...