Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)

Capítulo 16: Una salida realmente especial

CAPÍTULO 16:

-AAAAH!

-QUE SOY YO, QUE SOY YO.

-¿Amelia?- la mataba-Joder, que susto.

-Susto el que me he llevado yo.- en ese momento la miro y es que no me puedo aguantar la risa- No te rías.

-Joder, si es que es para reírse- ¿qué quería que le dijera?- ¿qué haces aquí?

Sí, había estado a punto de matar con un cuchillo a Amelia. No me metían con Sebas en la cárcel por lo de las drogas, pero me iban a meter por matar a Amelia por culpa del susto que me iba a dar aquella mañana.

Bajo el arma. Miro el reloj, a penas daban las diez de la mañana. Se suponía que en ese momento debería de estar dando clases. Matemáticas... que tampoco la culpara de saltarse tremenda... eso.

-Pues... una locura- resopla con fuerzas- A parte de casi venir a mi muerte- ya le valía con la represalia.

-¿Y por qué no avisaste de que entrabas?- ya que estábamos en echar la culpa.

-Venía con la música puesta, guapa- observo sus manos con los auriculares y el móvil- Estaba dejando las cosas primero y no escuché- resoplo, no digo nada mejor- En fin. Venía a proponerte algo, la verdad.

-¿El qué?

-¿Nos tomamos el día de descanso?

-¿Cómo que de descanso?

-De locura, de pellas... como quieras decirle- contesta esta con un extraño subidón de energía, que de repente, es bajado- Creo que te vendría mejor pasar el día ocupada que en la casa, sin hacer nada y solo viendo series...

La verdad es que eso sonaba bien. Es decir, no es queme hubiera ofrecido a hacer algo emocionante, pero... el hecho de que de repente, me volviera hablar, después de lo sucedido el día anterior y encima, me proponga hacer cosas juntas... Definitivamente es que habíamos avanzado algo, en cierta manera.

LO único que tenía que hacer ahora era mantener la boca callada respecto al tema de por qué había saltado de la manera en la que lo hizo y todo iba a estar bien.

-Y... ¿Qué propones?

-¿El Retiro? Alquilamos una barca y nos metemos en el lago...

Eso también sonaba muy bien.

-Está bien... hagámoslo.

Vistiéndome rápidamente con la misma ropa que me había puesto antes, sinceramente, me iba a cambiar de ropa más veces ese día que ningún otro; salgo con Amelia directamente de la Plaza de los Frutos hacia la primera estación de metro que encontráramos para ir al Retiro.

El día está buenísimo, para ser principios de octubre. Hace un poco de calor y corre una suave brizna que crea una atmósfera agradable. La gente toma las calles de la ciudad ya sea por trabajo, ocio, etc. No sé por qué, pero en el momento en el que me vuelvo a mezclar con la gente, siento hasta que vuelvo a ¿estar bien? Que no siento el vacío de ayer, si no que en realidad, el día se hace normal.

Aunque las calles de Madrid están alborotadas, el Retiro está relativamente pacífico cuando entramos por la puerta de las estatuas de los reyes antiguos o como fuere. Incluso la zona de las barcas lo está con un par de ellas.

-¿Has estado aquí antes?- pregunto a Amelia.

-¿En el Retiro? Varias veces- asiente.

-Me refiero en la zona de la barca- Amelia me observa- Porque... puede ser que se me haya olvidado decirte que... no tengo ni idea de como manejar una barca.