Capítulo 31: Sentimientos encontrados y miedos dados

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CAPÍTULO 31:

El primer golpe no lo vemos venir. Literalmente, por es que nadie lo ve venir.

-La botella me la han regalado, ¿vale?- le decía Gonzalo- Yo no le he quitado la botella a nadie y...

-Me vas a comer la polla- le suelta el tipo cuando de repente, le pega el empujón a Gonzalo.

-Hey, ya, joder- sin notarlo ni siquiera, lo siguiente qué sé es que Amelia se le adelanta a los dos para intentar apaciguar la pelea- No queremos problemas- intento acercarme a ella, pero las manos de Marina y María me paran- Si queréis la botella, os la damos, ya...

Amelia mira a Ignacio, quien era quien la tenía. Este se le acerca, pero cuando el gilipollas que nos estaba acosando la ve, la toma y literalmente, la estampa contra el suelo. Todo el mundo nos empieza a mirar en ese momento. No me gustaba el tono que estaba tomando todo aquello.

-Tus muertos- le grita el tipo- Encima nos la van a dar cuando se han tomado la mitad. ¿Tú me ves cara de tonto?- de nuevo, empuja a Gonzalo- Le vas, le comes la cabeza a mi amigo- miro al mismo chico, el que ni se atrevía a hablar- Es que todos los putos maricones de mierda sois iguales, coño.

El chico se abalanza, pero Amelia lo intercede, cosa que es mala idea. Porque el tipo le supera y con un simple agarre de la muñeca si no es por Ignacio, cae al suelo.

-¡Amelia!- grito tomándola.

-Pero, ¿tú eres subnormal?

Gonzalo se lanza cuando ocurre. Es que este ni siquiera lo puede alcanzar al chico cuando el macarra, le suelta el primer puñetazo. Cuando nos damos cuenta, aquello es un mar de gritos y de pelea entre los chicos... Solo que por desgracia, los contrarios nos van ganando. Las chicas nos echamos hacia atrás y, aunque me encantaría meterme para separarlos, el miedo me toma en ese momento.

Por lo que, Gonzalo e Ignacio reciben toda la paliza mientras las chicas gritan. Yo solo puedo quedarme allí mirando, sin reaccionar. Es que era como si mi mente hubiera abandonado mi cuerpo y no quisiera ver nada o yo que sé.

Solo sé que lo único que quiero hacer es tomar a Amelia y tenerla a mi lado, nada más.

Por lo que, no es hasta que empezamos a escuchar los gritos de ¡Policia, policía! Que de repente, reaccionamos. Tomando a Gonzalo e Ignacio que son los que han recibido la tunda, corremos como el resto de la gente. Al menos, eso pienso porque es que... no estoy. Mi mente a desconectado por completo y siento que mi cuerpo está presente, pero mi mente... mi mente se ha refugiado.

Corremos por las calles de Madrid, tanto como podemos, hasta que sabemos que hemos dejado atrás y hasta que los cuerpos de Ignacio y Gonzalo se nos hacen más que pesados de llevarlos. Por lo que tras un rato, paramos en mitad de la calle, a recoger aliento. Amelia, María y Marina empiezan a preguntarle cosas a los chicos, para saber como están, si tenían que ir al médico, pero ambos lo niegan.

A Gonzalo se le nota que le habían roto el labio y tenía algún que otro rojo en su cara que seguramente se transformaría en morado mañana, además del dolor de los golpes en el cuerpo. Aunque por suerte, parecía que lo peor solo había sido el labio.

Por otra parte, Ignacio se había salvado un poco más y solo se le veía el pómulo y un pequeño corte en la frente. Le habían agarrado para que fuera Gonzalo quien más recibiera.

Al menos, no teníamos que lamentar cosas peores.

Las chicas le dicen de ir al médico de todas formas, pero ninguno de los dos quieren ir. Ignacio argumentando que si los padres lo fueran a saber, le meterían en un gran lio mientras que Gonzalo, la verdad es que no daba razones buenas. O no quería darlas, la verdad fuera dicha porque, aunque no lo dijera, se notaba que Gonzalo había escondido algo. Y yo sabía qué era, lo sabía.

Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora