CAPÍTULO 18:
Aquella noche, después de cenar, me voy a mi cuarto mientras que el resto de la familia se queda en salón, viendo una película. Tenía muchas cosas que hacer del instituto, una semana en casa sin ir, era lo que tenía. Aunque, si tenía que ser sincera, lo que me pasaba era que no quería estar con Amelia... o cerca de ella. Asique, excusándome de que tenía que hacer las cosas del instituto, me voy a mi habitación.
Durante un buen rato, estoy sola. La verdad es que adelanto mucho. Sin embargo, apenas han pasado como que una hora a lo máximo, cuando escucho la puerta de la habitación abrirse. Es Amelia, que entra sin decir palabra, aunque sin decir palabra tampoco. Noto que me mira, pero no dice nada. Solo cierra la puerta detrás de ella y se sienta en su sitio de la habitación, en su cama.
Me mira. Noto que lo hace. Sin embargo, cada vez que quiero pillara, esta es más rápida y desvía su mirada...
-Se puede saber qué quieres...- pregunto por primera vez molesta con Amelia.
-¿Yo?- respiro profundamente para no decir lo que no debía.
-Amelia, estoy notando tu mirada cada cinco minutos y la verdad es que tengo que hacer muchas cosas como para notarte cada dos por tres con la mirada encima de mí.- odiaba tenérselo que decírselo de aquella manera, pero es que no podía más con aquel juego que se estaba trayendo.
-Lo siento- murmura- Es que...- Amelia se recuesta sobre la cama, su mirada se fija en mí, aunque baja rápidamente hacia el suelo- ¿podemos hablar un momento?
De repente, es como si la tensión de la habitación cambiara.
O más bien, desapareciera. No sé como lo hace, pero con... con una palabra, con un gesto... es que ni sabía a qué echarle las culpas. Solo sé que cuando lo dice, de aquella manera tan callada, tan... indefensa, toda la "mala leche" desaparece de mí.
Sin decir nada, camino hacia su lado. Amelia se sienta mejor en la cama, con su espalda contra la pared. Yo la copio en el gesto. Me mira, no decimos nada. Ninguna de las dos durante un rato. Estamos calladas, lo que resulta un poco raro a lo primero.
-¿Qué...?- murmuro- Antes de que me arrepienta...- bajo el tono.
Amelia sonríe, dulcemente.
-He estado pensando... sobre la charla que tuvimos esta mañana... lo que dijiste...
-¿Cuándo fui una gilipollas contigo?
La verdad es que, aunque estaba enfadada con Amelia, cuando me había puesto a pensar sobre el momento, había llegado a la conclusión de que, aunque quizás tuviera razón en estar enfadada con ella; me había comportado un poco mal con ella. Podría haberle dicho lo mismo, solo que de otra manera.
-En realidad... creo que tenías hasta razón...- Amelia me confunde- Es decir... con eso de decirte las cosas. Fuiste una gran amiga, aunque la mayoría del tiempo solo hablamos por carta. Sin embargo, me ayudaste... y quiero devolverte lo mucho que me ayudaste estos años. Si es que entiendes lo que digo.
-Yo no hice nada...- respondo, sintiéndome un poco incluso avergonzada.
-Hiciste más de lo que crees, Luisita...- la voz de Amelia se rompe de repente y en su mirada, veo como las ganas de llorar se apoderan de ella- Mucho... Por eso quiero contarte lo que pasó... por lo que me encuentro aquí y no en Zaragoza con mis padres.
-¿Estás segura?
Estaba enfadada, pero es que viendo la manera en la que se había puesto. Esa mirada triste, su voz entrecortada con cada palabra que decía. Es que no podía evitar pensar que quizás, iba a presionar demasiado para contarme algo que no querría quizás decirme. ¿Quién sabía?
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Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)
Fiksi Penggemar¿Cómo parar lo imparable? ¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo salvarse de ese hijo rojo que te lleva a tu alma gemela? Simplemente, no puedes y yo lo aprendí de la forma que menos me lo hubiera imaginado. Se dice que el amor es duro, el amor es trág...