Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)

Capítulo 6: El trabajo

CAPÍTULO 6:

Aquella tarde, mamá sale con Amelia a hacer unas compras para la casa. La verdad es que me sorprende que Amelia se ofrezca para ir con ella. Supongo que con eso de que se conocerían ya del centro, pues tenían más confianza. Sin embargo, con la excusa de tenerla lejos de mí, como que no me importaba mucho las razones y solo doy gracias que no tenga que aguantarla.

Además, yo tenía "turno" en el Asturiano. Era una carga, pero cobraba algo de pasta y, además, solo eran dos veces a lo mucho la mayoría de veces por semana. Asique, mientras que los demás estaban por ahí, yo estaba ayudando al abuelo.

Que me caía mejor.

-Cariño, necesito un café para Íñigo y un té para Benigna.

-Marchando. ¿Doña Cotilla ha venido?

Al abuelo no le hacía gracia que le dijera aquello a Benigna; pero es que era la cotilla del barrio. Nunca sabía tener un secreto guardado y aunque la quería muchísimo... bueno, ¿para qué mentir? Aun con el nombre puesto, amaba a Beninga.

-Charrita- me dice el abuelo- Que todos sabemos que es cotilla, pero cuidado con esas cosas que se entera- tomando los pedidos, solo puedo reírme a las tonterías del abuelo.

Es que había que quererlo, por Dios.

-Buenos días, Pelayo- y justo saliendo el abuelo para servir, observo que entra Marina.- ¿Qué tal?

-Buenos días, guapa- le responde el abuelo con dos besos-Pues estupendamente, como siempre- sonríe este- Luisita está en la barra por cierto.

-Me alegro. Gracias.

Marchándose el abuelo, Marina se acerca.

-¿Qué tal bartender más glamurosa del mercado?

Sé que Marina bromea y básicamente, nuestra amistad se basaba en eso. Sin embargo, en aquel momento, es que tengo que reírle sin ganas.

-Fatal tía... Amo a mi abuelo, pero querría estar en la Gran Vía mismo, tomándome algo, si te digo la verdad.

-Bueno, son las cinco y media... estás hasta las siete como mucho...- asiento a las palabras de Marina, piensa que al menos, es algo.

-Que optimista eres, ¿no?- ella sonríe, cuando recuerdo algo- Aunque yo que tú, me iba leyendo la Celestina, ¿sabes?

-¿La Celestina? ¿Para qué voy a leer yo ahora? Que por cierto, tengo que terminar El Penúltimo sueño. De verdad, que obra maestra- me responde Marina motivada.

-Pues... porque mañana nos mandan trabajo.

-¿Qué? ¿Ya? Que ni hemos llevado como... ¿un mes de clase?- me encojo de hombros.

-El de literatura me lo dijo cuando me dio los papeles de Amelia- respondo- Vaya manera de empezar el curso...- y, antes de que me diga nada- Y, antes de que me digas si lo hacemos juntas como siempre... Lo tengo que hacer con Amelia.

-¿Qué? ¿Y eso?

Me encojo de hombros, porque la verdad, ni yo lo entendía:

-Pues para que se sienta más aceptada y como está en acogida en mi casa. Pues...

-Que hagas de hermana mayor, prácticamente.- Marina lo había resumido.- Pues vaya mierda, ¿no?

-Ya...

Y hablando de la reina de Roma, como estábamos haciendo, tanto Marina como yo nos giramos al tiempo en el que mamá y Amelia regresaban. A lo que Marina no tarda en añadir: