Capítulo 61: 8 jodidos años

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CAPÍTULO 61:
*nota*
Al igual que ya empezó en el capítulo 1 esta historia, aquí he querido hacer lo mismo y empezar por el medio y volver al principio para saber lo que está pasando. Perdonad el lio**

La noche siempre era la misma. Misma tranquilidad, misma sensación de frío que recorría mi cuerpo; mismo cansancio, hasta volvía a tener dieciséis años otra vez... Era como si reviviera el momento, no queriendo cambiar nada, pero lo más importante: como terminaba.

No quería verla marchar, no quería que me diera la espalda. Sin embargo, aquella vez, no sé por qué, pero el sueño se vuelve diferente.

Apoyada sobre la barandilla del puente, Amelia vuelve a echarse sobre él, solo que en ve de revivir toda la conversación, el pedirle que me ayudara a olvidar todo, la conversación era como si hablara con ella misma. Con una forma fantasmal de ella, pero supongo que los sueños son sueños y no podemos saber su razón, solo verlos, saber si es que nos están quizás diciendo algo más. Algo que nos muestra quizás nuestro subconsciente en cierta manera.

-Volvemos...- me dice.

-Volvemos- le repito, girándome hacia ella- Empiezo a cansarme de todo.

-¿No quieres recordar?

-Quiero olvidar- le respondo, casi con el cien por cien de sinceridad en mis palabras- Por suerte, ya vienen repitiéndose poco.

-Han pasado ocho años... demasiado.

-Aun así... aquí seguimos...- la miro, su sonrisa es la misma, la forma en la que me miraba; nada cambiaba.

-¿Estás enfadada?

Volviendo mi mirada hacia el agua, resoplo con fuerzas, no pudiéndola mirar a los ojos hasta que termino mi respuesta.

-Cansada ya... Antes sí estaba. Mucho... pero ahora, ya es cansancio.

-¿De qué?- de nuevo, consigo mirarla a los ojos.

-De parecer que no consigo olvidarte por mucho que quiero...- respondo, de nuevo, con sinceridad en mis palabras- Aunque creo que ya... es más el no poder olvidarte que el no poder amarte...

-¿Me has dejado de amar...?

Mis ojos se fijan en ella, los cierro, intentando aclarar mi mente.

-¿Luisi? ¡Luisi!

¿María?

Abro los ojos.

-Mierda...

-¿Todo bien?- me vuelvo a María, sentada en el sillón de mi derecha, me mira divertida- Las pastillas para los mareos te han dado bien. Ya hemos llegado a Mikonos.

Mirando por la ventanilla, observo la ciudad levantarse bajo el paso del avión.

-Se me ha hecho corto- bromeo, estirando mi cuerpo, sintiendo crujir músculo sí y hueso también- Pero doloroso.

Volviendo mi mirada hacia fuera del avión, sonrío con alegría.

Hacía ocho años, tras la marcha de Amelia, desgraciadamente, había caído en una depresión algo dura. Siempre había dicho que era de las que odiaba las historias en las que la protagonista "moría de amor"; sin embargo, creo que no podemos hablar de nada hasta que no lo vivimos en nuestras propias carnes.

El caso es que con la depresión, creo que una tercera Luisi creció. Una Luisita depresiva, sin energía y que solo echaba lejos a los demás. A todos. Gonzalo, Marina, Ignacio. Hubiera echado a María si no fuera por las ganas que le puso. Incluso creyendo que solo lo hacía porque era mi hermana y demás, me fue demostrando poco a poco que era mi hermana, amiga y compañera. Estuvo ahí conmigo y en una de las conversaciones que tuvimos, me prometió un día llevarme de viaje. Un viaje con todos juntos en el que olvidaría todo y en el que volvería a ser yo junto con mis amigos.

Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora