Capítulo 68: Juntas

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CAPÍTULO 68:

Cuando llego al hotel son las seis de la mañana. Miro el teléfono, tengo mensajes de los chicos preguntándome donde estoy, que donde me he metido, ya que ellos siguen en la fiesta, cosa que me alegraba; porque así no habría preguntas de ningunos. Bueno, solo de una al día siguiente: María, ya que parecía que Amelia había vuelto a la fiesta y había hablado con ella ya.

Pero eso ahora no importaba.

Marchándome a mi habitación, me cambio rápidamente después de una ducha, tirando los pantalones blancos a la maleta después de mojarlo un poco para que se fuera la sangre (por la mañana compraría legía y rezaría porque se salvaran), los de Amelia ni sabía donde y colocándome el pijama, lo que intento es dormir un poco. Dejar mi mente tranquila por un segundo, pero era imposible.

El poco tiempo que llego a dormir, lo paso soñando y, desgraciadamente, el momento del puente. Solo que esta vez, somos las Amelia y Luisita de ahora. No las de dieciséis años, si no las de veintiséis y veintisiete años. No decimos nada, estamos separadas, en el mismo momento en el que espero que se gire... y se gira. Sorprendentemente, sueño que se gira. Me mira, sonríe...

Y nada más.

Porque ahí, vuelvo a despertar.

Miro el reloj, las once y media de la mañana. A penas habré dormido unas cinco horas en toda la noche. Desgraciadamente, parece que no tengo más sueño. Asique, me levanto para echarme un poco de agua en la cara para espabilarme, aclararme y cambiarme también de compresa... que estaba seca.

-¿De verdad?- resoplo.

¿Me había venido realmente la regla solo un día para fastidiarme una fiesta?

Aunque bueno, si lo veíamos de la otra manera, me había ayudado a descubrir que mierdas le pasaba a Amelia. Porque actuaba de la manera en la que actuaba... solo para joderme un poco más.

Las ironías de la vida, supongo.

Resoplo.

Sobre la maleta, miro los pantalones que me había jodido esta mini regla y pienso en ir a comprar legía sola. No tenía ni idea de los demás. Sinceramente, hasta sentía que alejarme de María, Marina, Gonzalo e Ignacio me ayudaría y todo a poder pensar un poco. Asique, me pongo a vestirme, tomo las cosas; cuando salgo a la puerta y la veo a lo lejos: Amelia, Amelia estaba allí y, mi único pensamiento o acción, como queráis decir: volverme hacia la habitación... hacia la habitación donde ocurre todo.

Donde ocurre la mini confesión de Amelia, mis frustración con ella, mi confusión y mis ganas de matarla cuando la tengo contra la pared. Con mi mano contra su cuello, apretando, aflojando cuando me dijo lo único que sentía... era su amor por mí...

A la mierda todo lo que creía.

En ese momento volví a mis dieciséis otra vez y como volví a ese momento, volví a amar a Amelia como la había amado desde el primer momento.

Mi mano baja lentamente de su cuello, tomando la nueva información, pero para nada. Cuando me doy cuenta, Amelia se lanza contra mí, sus manos en mi cintura, empujándome hacia la pared de al lado. Sus labios sobre los míos y dios, como se siente. Miles de recuerdos vuelven a mí, esa sensación de plenitud, la forma en la que sabía lo que hacía, la forma en la que me tocaba. Era como la primera vez, solo que ahora, se sentía mejor... aunque ahora, me tocaba el control a mí.

Asique, empujándola de vuelta, la atrapo contra la pared. Mi boca se mueve rápida entre sus labios, su cuello, bajando por él; mientras mis manos deshacen poco a poco la camiseta de botones que trae que, con las ganas que teníamos; termina siendo sacada antes que quitada a lo tranquilo.

Donde te lleve el corazón - A Luimelia Fanfic (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora