Capitulo 46 : Celos en el aire.

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Hola holaaaaaaa! Os traigo un tierno capitulo de estos dos bobitos =D con celos en cada poro de su piel xD pero nada preocupante, de verdad. xD

Espero que os guste el capi y siento haber tardado en subir, estos días son muy caoticos jejeje xD. 

Os quiiiiiiiiiiiiero!

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P.O.V Elena.

Observaba a Mario pintar la habitación de nuestro hijo; Muy concentrado en lo que hacía, cuidando cada detalle. Apoyada en el marco de la puerta, se me ocurrió una perversa idea, camine hasta el recipiente que contenía la pintura, y metí mi dedo.

Me acerque hasta él y como estaba tan concentrado no se percato de mi idea; pringue su nariz con mi dedo lleno de pintura y me eche para atrás riéndome.

-Que graciosita...-Dijo dándose la vuelta.

-Estas muy mono con la nariz azul.- Dije soltando una risita nerviosa.

-Aja, asique... esas tenemos eh.- Dijo mientras se acercaba a mi peligrosamente.

Ande hacia atrás, hasta dar con mi espalda en la única pared que quedaba sin pintar.

-Ya eres mía...- Dijo Mario mientras sonreía divertido.

-No Mario, por favor.- Decía riéndome.

Me aprisiono contra la pared y me beso, un beso apasionado que me dejo sin aliento y sin defensa, caí rendida a sus encantos.

Mientras me besaba, note algo frio en mi moflete, me estaba pintando con la brochita que tenia.

-¡Mario!.- Dije apartándome de él.

-¿Qué?.- Dijo divertido.- Tu también me has pintado.- Dijo señalando su nariz mientras se ponía bizco para mirarla.

No pude evitar reírme viendo su cara, me senté en el suelo agarrando mi barriga. El se agacho donde estaba mientras también ser reía.

-Me encanta verte reír...- Dijo acercándose.

-A mí me encantas tú.- Dije sonriendo mientras se acercaba cada vez más.

-Mentirosa...- Dijo sonriendo de lado a escasos centímetros de mis labios, mientras metía su mano en mi cuello, para atraerme hacía él y por fin unir nuestros labios.

Me besaba lentamente, despacio, recorriendo mis labios con pequeños besos. Sonreímos al dejar de besarnos, y seguimos pintando la habitación.

Por la tarde, nos pusimos a armar la cuna, ya que Mario se empeño en montarla él. Daba vueltas a las pizas mientras miraba una y otra vez las instrucciones.

-¿No crees que esa pieza va con esta?.- Dije quitandole las instrucciones.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora