Capitulo 38: El pasado siempre vuelve.

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SORPRESAAAAAAAAA! Otro capitulo! Porfin lo he terminado! jejeje y por fin sabreís que le pasa a Elena...

No hay quien os deje con intriga eh? Mala, Mala persona ... ai jum =( 


Espero vuestros votos y comentarios ;)


Os Quieeeeeeeeeero!!!


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Corrí hacía la gestoría y abrí la puerta con fuerza golpeándola contra la pared. Sus ojos se cruzaron con los míos y mi ira creció a pasos agigantados dentro de mí. Su cuello tenia marcas rojas, su pómulo estaba hinchado y sujetaba con su mano su muñeca. Me acerqué a ella intentando calmarme, y me arrodille delante de ella.

-¿Quien te ha hecho esto?.- Dije intentando sonar tranquilo.

-No te lo voy a decir Mario...- Me dijo mientras su labio temblaba.

-Dímelo...- Dije viendo su media rota con un terrible raspón en su rodilla.-Elena, por favor...- Dije triste.

-No quiero crearte problemas Mario...- Dijo triste.

-No te preocupes por mí, cuéntamelo o me enfadare contigo.- Dije chantajeándola para que me lo contara.

-Salía del portal cuando ha aparecido Roberto de la nada, diciéndome que volviera con el.. Intentando be..be..besarme.- Dijo empezando a llorar.

-Shhh tranquila..- Dije acariciando su mejilla buena.

-Y como me he resistido, me ha dado una fuerte bofetada, me ha cogido del cuello, para poder besarme y después me ha soltado.- Dijo llorando.

-Shh, ven aquí preciosa.- Dije cogiéndola en brazos para llevarla a la enfermería. Agradecí con la mirada a Damián que me hubiera avisado, había resultado ser un gran tío.

Entre en el gimnasio mientras mis amigos me miraban preocupados, la lleve a la enfermería, donde la vendaron la muñeca y curaron su raspón.

Salió cojeando mientras yo me paseaba nervioso por el gimnasio, con mi mano acariciando mi pelo con nerviosismo. La cogí de nuevo y la senté, poniendo en su mejilla una bolsa fría para bajar la hinchazón.

-Elena...- Dije nervioso.- Volverás a vivir conmigo.- Dije serio.

-¿Qué? No, no. Me niego, no quiero interrumpir tu vida, volveré a mi casa.-Dijo tímidamente.

-No es negociable, volverás a casa, no pienso dejarte sola Elena, y no le voy a dar la oportunidad de dañarte otra vez.- Dije acariciando su mejilla mientras ella

Me tome el resto del día libre y fui con ella hasta su casa, para recoger todas sus pertenencias y llevarla a casa conmigo.

Mientras hacíamos la maleta y metíamos el resto de cosas en bolsas, alguien aporreo la puerta con fuerza.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora