Capitulo 32: Enfermera a domicilio, ¿Te reviso el cuerpo?.

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Hola a todos! Siento subir tan tarde el capi, pero no he tenido tiempo para subirlo antes, por que tenía que terminarlo!

Espero que os guste, no me mateís, estas cosas pasan, y aun queda alguna por pasar ;) Espero vuestros votos y comentarios!!!

Besitooos

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P.O.V Mario

Las cosas no podían ir mejor, una novia que me quiere, un suegra que de adora, unos amigos que valen oro y un trabajo que me encanta. Si tuve que sufrir todo lo que sufrí, para ahora tener lo que tengo, entonces, puedo decir que valió la pena.

Llegue al trabajo como de costumbre, y me puse a entrenar a un gordito. Ya no estaba tan gordito; Parecía pasarle algo, grandes ojeras, mirada perdida...

-Hola Santiago.- Le salude.

-¿Eh?.- Dijo aturdido.- Hola Mario.- Dijo para volver a perderse en sus pensamientos.

-¿Te pasa algo amigo?.- Dije sentándome frente a él.

-Mi novia me he dejado, porque dice que no tengo tiempo para ella, que lo único que hago es entrenar.- Dijo abatido.

-Pero si ya solo vienes dos horas al día..- Dije

-Eso le dije yo.. que más no podía reducir las horas.- Dijo triste.

-Dime...¿Es celosa?.- Dije sonriente.

-Pues antes no lo era...- Dijo melancólico.- Pero últimamente si es muy celosa.

-Está celosa y está siendo egoísta amigo.- Dije convencido.- Lo que la pasa es que te estás poniendo guapete, y no es algo a lo que este acostumbrada por como eras antes.- Dije sonriente.

-¿Tú crees?.- Dijo extrañado.- No se...

-Míralo de esta forma, tu antes eras gordito, y siendo la sociedad como es de superficial, serías invisible, ahora no lo eres, no solo has adelgazado, si no que al tener apenas 17 años tu cuerpo va cambiando. Tus rasgos se han vuelto más varoniles, más definidos, tus brazos son musculosos y tu espalda también, paso de no preocuparse a ver cómo te desnudan con la mirada.- Dije riéndome.

-Vaya...igual tienes razón.- Dijo más animado.

-Solo tienes que hablar con ella y dejarla claro que a quien quieres es a ella.- Dije dando una palmadita en su hombro.- ¿Porqué no la llamas y hablas con ella?.- Dije guiñándole un ojo.

El resto del día fue tranquilo; Me encantaba mi trabajo, sobre todo cuando tenía la oportunidad de ayudar a chavales que eran como yo de adolescente. Sentía que les daba la oportunidad de llevar una vida mejor, dentro de esta sociedad tan superficial, donde si no tienes la medida que se considera la adecuada, eres miseria.

Tras terminar la jornada laboral y extrañado de que Elena no hubiera venido a buscarme fui yo a la Gestoría. Allí estaba, concentrada en su trabajo con cara de frustración.

-Hola preciosa.- Dije al entrar.

-Hola osito... me temo que no puedo volver a casa contigo, todavía tengo cosas que solucionar aquí..- Dijo haciendo un puchero.

-Bueno.. pero no llegues muy tarde. Llámame para que venga a buscarte, no me gusta que andes de noche por ahí tu sola.- Dije cogiendo su mentón para besarla.

-Sí papi, te llamare para que vengas a buscarte.- Dijo poniendo voz de niña buena. La di un par de besos más y me fui hacía casa.

Al llegar mi suegra estaba en el sofá viendo la televisión y la enfermera a su lado. Al darse la vuelta la enfermera, tuve que morderme la lengua para no reírme, iba más pintada que una puerta.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora