Capitulo 53 : Un desconocido con parentesco

4.5K 192 13
                                    

*************

tatatachaaaaaaaaaaaan! Nuevo capi de los gordos tambien aman, y el penultimo. Sí amigos, esta historia llega a su fin ;)

Espero que os haya gustado y que os guste también este capi. Espero vuestros votos y comentarios, nos vemos el jueves con el ultimo capi! :D Os quiero!

***************

P.O.V Elena

Desde nuestra boda, habían pasado ya seis meses. Aún recuerdo con pesar lo celosa que me puse y la tontería que estuve a punto de hacer, cancelar la boda. Desde entonces, todos los días he intentando cambiar, ser menos celosa, bueno no, sigo siendo igual de celosa, solo que confío mas en el.

Es el hombre de mi vida, me cuida, me mima, me hace el amor como el primera día o incluso mejor, suspiro, lo tenía todo.

Termine de ducharme y salí hacía la habitación del hotel. La luna de miel estaba siendo maravillosa, y como no, Gabriel venía con nosotros. Me puse un vestido blanco aprovechando mi recién adquirido moreno.

Al salir al salón, me encontré con una imagen enternecedora. Mi hijo estaba tumbado en los pies de mi esposo, que los subía y bajaba para hacerle reír, mientras sujetaba sus manitas. Las carcajadas de mi hijo eran pegadizas, por lo que su padre se reía con él y yo no tarde en hacerlo, siendo así descubierta.

Bajo a mi hijo de sus pies y este corrió hacía mi descalzo.

-Mami...- Dijo abrazando mi cuello, me había agachado para quedar a su altura..Le encantaba que le diera besos, podía tirarse horas enganchado a mi cuello mientras le daba besos en su moflete, era tan bueno...

Cogí mi bolso y Mario cogió la mochilita de nuestro pequeño donde llevábamos su merienda y una muda limpia, todos sabemos que los hijos suelen tener percances o directamente se ponen llenos de mierda hasta las cejas, por tirarse al suelo a la primera de cambio.

Di la mano a mi pequeño, que ya andaba sin problemas, despacito, eso sí, pero ya sabía caminar. Dentro de dos días, iba a cumplir los dos añitos y ya estaríamos de vuelta a casa. Suspire, en realidad imaginé una luna de miel sin hijos, retozando sin parar con el que fuera mi marido, que gracias a dios, era Mario, y resultaba ser todo lo contrario. El enano, dormía con nosotros todas las noches, la ocupación hotelera estaba desbordad y se habían quedado sin camas supletorias.

Mario no me decía nada, pero notaba a leguas que estaba deseando que hiciéramos el amor; Tenía que hacer algo para lograrlo.

Fuimos al parque a dar un paseo y a dejar que se tirara por el tobogán, con suerte, esta noche caería rendido.

-Se lo pasa pipa el cabroncete.- Dijo Mario mirando a nuestro hijo sin perderle de vista.

-Sí, le encanta.- Dije mirando a mi pequeño.- Mario ve con él, por ahí no puede subir el solo.- Dije preocupada al ver como se dirigía a un columpio para niños más mayores.

Verle andar por la arena era gracioso, porque aunque andaba bien, sus pasos en la arena eran torpes y más de una vez se caía de culo perdiendo el equilibrio. Su padre le ayudo a subir al tobogán, como siempre. Se tiraba una y otra vez por él.

Después se escondía de su padre, Mario, que a pesar de verle muy bien, se hacía el tonto.

-¿Donde está Gabriel? ¿Mami, has visto a Gabriel?.- Decía Mario divertido.

-No, no he visto a mi bebe, se habrá perdido.- Dije haciendo un puchero mientras me acercaba y oía su risita.

-Oh no, si no encuentro a Gabriel, mami se podrá triste.- Dijo divertido.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora