Capitulo 18: Puedo explicarlo

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Aquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii os dejo otro capi! jejeje ESPERO QUE OS GUSTE. Tambien espero que no me mateís, que le vamos a hacer estas cosas pasan mujajajajajaj ;)

Espero vuestros votos y comentarios, y mañana si puedo nos vemos con un nuevo capi! Apartir de aqui vienen turbulencias, xD jajajaja agarraaaaaaaaaaaaaaaos!

Os quiiiiiiiiiiiiiiiiiiero

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P.O.V Elena

Me puse un vaquero claro, un jersey blanco y unas playeras. Me recogí el pelo en una coleta que no me preocupe en si estaba bien hecha o mal hecha. Cogí mis llaves y salí de casa.

Varias veces de camino a esa cafetería donde muchas veces había tomado con Roberto un café, me había dado la vuelta; A medida que me iba acercando mi sentimiento de culpabilidad crecía y crecía; Pero debía ser una mujer fuerte y recuperar lo que faltaba de mi dinero, porque lo necesitaba además.

Entre en la cafetería y alzo su mano para que le viera. Lucía una sonrisa de oreja a oreja, se levantó me dio dos besos y nos sentamos, pedí un café.

-¿Cómo estás?.- Me pregunto rompiendo el silencio que había.

-Pues bien, no me quejo la verdad.- Sonreí falsamente.- No me quedare mucho tiempo Roberto.- Dije directa.

-Entiendo...- Dijo pegando otro sorbo a su café.- Bueno, yo tengo ya tu dinero preparado, aquí lo tienes.- Me lo dio.- Espero que algún día puedas perdonarme y podamos ser amigos.- Sus palabras parecían sinceras.

-Claro...- Dije sonriendo.

Estuvimos hablando bastante rato, incluso conseguí relajarme y reírme un poco con él. Por lo general, Roberto siempre había sido un chico amable y muy caballeroso, por eso, aquel día en la discoteca me quede sorprendida y decepcionada con él. Todos tenemos un lado oscuro, o una doble cara, y esa era la de él. Desperté de mis pensamientos y cogí mis cosas.

-Roberto, tengo que irme.- Dije seria.

-Ok, bueno espero que te vaya bien y que podamos repetir esto algún día.- Juraría que... había visto un rayo de maldad en su sonrisa y su mirada.- Serían cosas mías.- Con Mario claro...- Ahí estaba otra vez ese rayo de maldad...

-Claro..- Dije un poco desconfiada.

Fui a darle dos besos, cuando le iba a dar el segundo en su otra mejilla, giro la cara y me apretó contra él, poniendo sus labios sobre los míos, intentaba desacerme de él pero me doblaba en fuerza, como pude, le di un rodillazo en su entrepierna, haciendo que cayese al suelo.

-¡No vuelvas a tocarme hijo de puta!.- Dije y me largue de allí corriendo.

No tenía que haber quedado con él, joder, no tenía que haber venido. Ahora mi culpabilidad era cuatro veces mayor que antes, y me sentía hasta sucia. Me fui a casa, donde llore por un buen rato y decidí ir al gimnasio de Mario para contárselo, debía saberlo. Me puse el abrigo de nuevo y me fui hacía el gimnasio.

Cuando llegue todos se giraron hacía mi; Cuando vi a Mario con los ojos rojos e hinchados, trague saliva y no me moví del sitio. Sentía que mis rodillas no tenían fuerza, que mis pies no respondían por mí.

-¿Qué haces aquí?.- Me preguntó Mario con odio en sus ojos.

-Venía a hablar contigo.- Dije casi en susurros.

-Tarde...- Dijo con la voz rota.

-¿Por qué?.- Dije, sin entender muy bien, sospechaba que de alguna manera se había enterado por alguien de que había quedado con Roberto.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora