Los gordos, también aman.

Capitulo 6: Felicidad y tristeza

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Hola holaaaa!! Os traigo el capi numero 6. Es triste si.. lo se :( pero.. tengo que seguir un poco la directriz que imagine cuando conté su historia cuando hablaba con Raúl! =D

Espero que os guste, de aquí a poco acabaremos con su adolescencía y nos centraremos cuando ya tiene unos 29 años ;) ya sabeís, jejejeje.

Bueno, este capitulo se lo dedico a mi nueva faannn =) jeejje CaritoFuentes :D Que se que la costo encontrar mis historia jejeje como a muchos xD... no se por que, quizas por la coma...mmm nuse.

Os dejo! Espero que os guste el capi! Votar y comentar :D graaaaaaaaaaacias!!

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P.O.V Mario

Hoy por primera vez en mi adolescencia no tenía miedo de ir al instituto, ni temor a lo que pudiera pasar. Con mucha seguridad me fui hacia clase; Al llegar me senté en mi sitio y a los poco minutos apareció Elena, con una sonrisa deslumbrante, y además iba mas arreglada que otras veces, iba distinta, iba guapísima.

-Hola osito.- Dijo besando mi mejilla, me extraño, estaba acostumbrado a los picos que nos dábamos.

-¿Y ese beso..?- dije extrañado.

-El de siempre...- dijo sin más.- Es que no sabía si podía... delante de todos.- Dijo sonrojandose, se acerco y me dio el piquito.- Hay algo que quiero decirte...- dijo pero fue interrumpida por la llegada del profesor.

Las tres primeras horas pasaron rápidamente, en el recreo quise hablar con ella, pero el profesor la pidió que se quedara unos minutos con el repasando algo sobre un trabajo que mando.

Así que solo me fui hacia el recreo, donde me senté en mi habitual sitio esperando a mi amiga. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que Casandra se acercaba a mi; Mi corazón empezó a latir rápidamente, mis manos empezaron a temblar de los nervios que sentía y me costaba hasta respirar.

-Hola, Mario ¿verdad?.- dijo dulcemente, ¿¿¿Sabia mi nombre??? Wooooh...

-Si.- Dije tímidamente.

-Ayer me impresiono la manera en la que defendiste a esa... chica.- Dijo mirándome.

-No soporto que hagan daño a la gente que quiero.- Dije mirándola a los ojos y elevando mis hombros.

-Eso esta genial, es lo que más valoro en un hombre, que los tenga bien puestos a la hora de defender lo que quiere.- Dijo mirándome dulcemente, uff..

-Bueno, fue un impulso.- dije tranquilamente sin quitar mis ojos de ella.

-Estaba pensando, que quizás...- Dijo acariciando mi pierna.- Podríamos quedar y así  conocernos.- ¿qué? ¿¡Esto era un sueño!? No podía creer lo que me estaba pasando.

-Si claro, por que no.- intente no parecer muy desesperado.- Tu dirás..

-Toma este es mi teléfono, llámame esta tarde sobre las cinco y te digo donde quedamos y a qué hora.- me dijo dándome un trozo de papel.