Capitulo 34 : ¿Aun tienes las llaves de su casa?

3.9K 180 22
                                    

***********

Os traigo un nuevo capitulo, muy corto, sí, lo siento =( no me daba tiempo a escribir más, pero prometo que los proximos capitulos serán más largos! :O

Os dejo con nuestro querido Mario, si amigas, Mario vuelve a sufrir y de que manera... pero... sabeís que soy buena, esto es temporal. También os dejo con nuestro querido Raúl, no se a vosotras, pero ami se me cae la baba con ese hombre, y con lo de hoy ya... jajaja xD

Espero vuestros comentarios y votos. En el siguiente veremos como se encuentran Raúl y Jaime a Mario.

***********

P.O.V Mario

¡Mierda de vida! Te pasas la vida sufriendo por todo, en tu adolescencia sufres por no ser aceptado, por las burlas de los que se consideran superiores, porque eres diferente, por todo. Cuando eres adulto, sufres por no tener la persona a la que amas, por las responsabilidades que tienes, por que tus familiares se van, dejándote solo. Y cuando encuentras la felicidad, cuando encuentras al amor de tu vida, cuando tienes una casa que te encanta, un trabajo que te gusta y todo es perfecto...

Recordaba las palabras de Elena cuando me dijo que su madre se iba a una residencia con tu tía, en otro momento no me habría importado, quiero decir, la mujer quiere irse y quiere estar con su hermana y yo estaría independizado por así decirlo con Elena. Pero su marcha suponía el fin de mi relación, por absurdo que os parezca. Creo que nunca he suplicado tanto en mi vida...

Flashback

-Por favor Miriam, no se vaya, por favor.- Le suplicaba a la madre de Elena.

-Hijo, tengo que irme, aquí solo soy un estorbo que os trae problemas.- Dijo acariciando mi mejilla.

-Usted no es ningún estorbo, por favor quédese, si no queda mi relación con su hija se romperá del todo.- Dije triste.

-Eso no es verdad. Mi hija ahora tiene el berrinche de que lleva treinta y tres años viviendo conmigo y cree que la abandono y además lo paga contigo. Pero se la pasará...- Dijo mirándome con ternura.

-No creo que se la pase Miriam... me dijo claramente que yo tenía la culpa de que usted se fuera. Por favor si hice o dije algo que la haya molestado, perdóneme, no fue mi intención, pero quédese.- La suplique.

-Hijo, se que ahora no lo ves así, pero os estoy haciendo un favor y yo misma me encargare de decirle a esa maldita cabezota que tengo por hija cuatro cosas, porque es rematadamente cabezota.

Fin flashback

No hubo manera de convencerla y tres días después se fue de nuestra casa para no volver. Suspire abatido recordándolo de nuevo. Se fue como dijo que haría y todo eso se supone que traería cosas buenas, pero fue todo lo contrario; En casa ni nos mirábamos, ni hablábamos. Intente en varias ocasiones arreglarlo, intente hablar con ella, pero cada vez que lo hacía terminaba más dañado y finalmente opte por no hablar con ella más.

Uno de esos días volví a casa, y no había nadie, faltaban cosas en casa y lo primero que pensé es que nos había robado. Asustado cogí un cuchillo y subí las escaleras hasta mi habitación. Cuando entre juro que hubiera preferido que nos hubieran robado, hubiera sido mejor que entrar a tu habitación y ver como el armario estaba abierto sin su ropa, como los cajones estaban vacios de su ropa intima, como hasta las fotos y los recuerdo se los había llevado, para siempre.

Recuerdo haber clavado mis rodillas en el suelo, mientras lo poco que quedaba de mi corazón se hacía mil añicos, imposibles de pegar de nuevo. Mi corazón había muerto y no podía volver a amar nunca más. Por que las dos veces que lo hice había sido dañado de la forma más cruel que uno puede imaginar.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora