Capitulo 50: Algo intimo.

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Lo siento lo siento lo siento =( Se que es corto, pero no me ha dado casi tiempo a escribir y quería subir hoy para no faltar a mi palabra ;)

Espero que os guste, ya no queda nada para el final... =) ¡VOTAR! ¡COMENTAR! Me encantan vuestras opiniones.

Hola y gracias a todos mis nuevos fans!! =) Espero que os gusten mis historias y os animo a comentar.

Os quierooooo!

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P.O.V Mario

Estaba tumbado en mi cama; Habia sido un día de trabajo agotador, realmente agotador. 

Me dolía la espalda horrores y mi cara era un poema, estaba llena de moratones.

Flashback

-Que tal va Gabriel?.- Dijo Raúl dándome un golpecito en la espalda.

-Bien.- Sonreí.- Parece que ya se le está quitando el costipado.

Mi hijo ya tenía un añito, y iba a la guardería los días que su madre y yo trabajábamos por la mañana; Como consecuencia de eso, mi pequeño cogía costipados, típico de las guarderías.

-¿Y tú y Lara qué? ¿Seguís enfadado?.- Dije apoyándome en una de las maquinas.

-Si..- Dijo abatido.- Ya sabes que tan pronto discutimos y dura dos horas el enfado, como una semana.- Suspiro.

-¿Tan grande fue la pelea hermano?.- Dije preocupado, no me gustaba ver así a mi amigo.

-Sí. Se ha enfadado conmigo porque el otro día la vi hablando con un compañero de clase suyo, y claro, entre en cólera yo solito, al verlo.- Suspiro.- Discutimos y yo la dije que se fuera con él si tanto la molestaban mis celos y ella..- Dijo cerrando los ojos.- Ella me echo en cara lo de mi secretaria. Como pudo hacer eso? Si sabe que no la engañe!!.- Dijo enfadado.

-Joder, vuestras peleas son apoteósicas, madre mía.- Dije intentado animarle.

Fui al baño, me di una ducha, me cambie el chándal y me fui otra vez a la sala de maquinas. Al llegar pegue un grito a Lara para que viniera.

Raúl estaba en el banco de pesas, mientras otro tío intentaba ahogarle con la barra que sostenía las pesas. Tosía y le faltaba el aire.

Le di una patada el tío, haciéndole que se estrellara contra una de las maquinas, y coloque las pesas en su sitio, Raúl cayo a mis pies casi sin aire, tosiendo e intentando que se llenaran sus pulmones de aire de nuevo.

-Bebe!.- Dijo Lara corriendo a su lado.

Mi ira creció al ver a ese tío sonreír, nadie pegaba a mi mejor amigo. Corrí hacia él y empecé a golpearle, puñetazo tras puñetazo. Recibí varios golpes por su parte, y un empujón que destrozo la espalda. Pero me canse, lo tire al suelo y puse mi mano en su cuello.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora