Capitulo 39: Yo aquí sobro

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Aqui teneis un nuevo capi de los gordos también aman. Es corto por que no me da tiempo a escribir más, pero intentare escribir el proximo lo antes posible para poder subirlo mañana, aunque sea tarde.

Os dejo la foto del vestido de Elena y espero que no tengaís muchas ganas de matar a Mario. En el capi, pasa algo que no os esperaís =D pero que os va a encantar wijijijiji

Bueno, os dejo con el capi y no os entretengo más! Nos vemos en el proximo capi!

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P.O.V Elena

Me desperté sin ganas de ir a la dichosa fiesta. Mi tiempo para reconquistarle había acabado, ¿y que había conseguido? Que se empalmara nada mas...

Me quede echa un ovillito en la cama, sin ganas de salir de ella y tampoco me encontraba muy bien. Esta situación me traía por el camino de la amargura y raro era el día en que no iba al baño con la tripa suelta o a vomitar, había adelgazado y además apenas comía.

Baje a desayunar y allí estaba él, preparando el desayuno, por lo visto había ido a por churros y porras y ya estaba sirviendo el café. Me senté y desayune despacio para que mi estomago no echara la comida, intento frustrado, según termine de beberme el café tuve que salir corriendo hacía el baño.

Él vino detrás de mí sujetándome el pelo y yo me quería morir de la vergüenza. Cogió una toallita y me limpio los labios y la cara para refrescarme.

-¿Estas mala Elena?.- Pregunto preocupado.

-Sí, llevo un par de días.- Mentira, eran más.- Con gastroenteritis.- Dije sonrojándome.

-Y vas y te comes los churros...- Dijo regañándome.

-No me regañes, que estoy malita.- Dije poniendo voz de niña.

Me cogió en brazos y me llevó con él hasta el sofá, puso la televisión y se tumbó. Me tumbo delante de él y puso su mano en la tripa, con una pequeña manta.

-Te vendrá bien el calor...- Dijo en mi oído mientras yo me estremecía.

Me quede dormida de nuevo entre sus brazos, y cuando me desperté ya era casi la hora de comer, al no tener nada en el estomago me moría de hambre. Me fui hasta la cocina y le abrace por detrás.

-¡Qué haces levantada! ¡Vuelve al sofá!.- Dijo empujándome fuera de la cocina.

-Nooo..- Grite riéndome.- Ya me siento mejor, hasta tengo hambre.- Dije sonriéndole.

Me hizo una sopita que me sentó muy bien en el estomago y me lo asentó un poco. Definitivamente estar mala era maravilloso con él al lado; Cada dos por tres me preguntaba si estaba bien, si me sentía bien, si quería algo, si me dolía algo.

Estaba entre sus brazos, en la cama tumbados. Hacía rato que me había despertado y le observaba embobada, parecía feliz sin mí, por más que me doliera estar sin él, tenía que aceptar que él era más feliz sin mí.

No pude evitarlo y bese levemente sus labios. Al hacerlo, mi piel se erizo y tuve que contenerme para no seguir besándole; Me levante con cuidado de no despertarle y recogí un poco la habitación hasta que mi gastroenteritis me lo permitió. Cuando quise darme cuenta, allí estaba él otra vez, sujetándome el pelo y limpiando mi cara.

-Voy a llamar a la chica esta, hoy no vamos a ir a ningún sitio.- Dijo levantándome del suelo.

-Claro que vamos a ir, no vas a llamar a nadie.- Dije sonriéndole.- Vamos a ir y nos lo vamos a pasar genial.- Dije fingiendo alegría, ni si quiera me acordaba de la fiesta.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora