Capitulo 19: Arrepentimiento.

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Holaaaaaaaaaa.. siento subir tan tarde el capi y siento que sea tan cortito =( Pero es que me he pasado todo el dia metida en casa metiendo ropa en la maleta =( con algunos momentos de agilipollamiento mirando la nada xD

Intentare que los siguientes sean más largos, aunque he de deciros que igual hasta que me habitue al sitio tardo un poco en subir. La buena noticia es que donde voy ai internet, asique podré subir capis! =) La cosa es q tengo un mes para encontrar un piso decente donde vivir y..... tendre que emplear la mayoria de mi tiempo en verlos :| pero intentare subir todo lo amenudo que pueda.

El viernes no subo =( por que estaré en pleno viaje o.O juuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Espero que os guste el capi!

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P.O.V Mario

Era un pequeño zombie viviente; De casa al trabajo, del trabajo a casa, comía poco, dormía poco. Hace una semana que Elena y yo no estábamos juntos, cualquier olor a ella en la casa se había esfumado, por más que me moviera en la cama o en el sofá buscando su olor.

No había vuelto a saber nada de ella y me estaba matando; Me arrepentía todos los días de haberla soltado aquello, de haberla llamado puta sin serlo, de haber dejado guiarme por mi ira. Yo no era así, bueno sí, pero no pude contenerla como otras veces, ver esa foto hizo mi corazón mi añicos.

Por otra parte, era demasiado orgulloso para llamarla y pedirla perdón, a lo largo de mi vida en muchas ocasiones había tenido que pedir perdón a veces con culpa y otras porque sí, lo que había hecho que me convirtiera en el cabezota orgulloso que soy ahora. Mil veces había marcado su número, para pedirla perdón, pero finalmente, nunca me atrevía a darle a llamar.

Otras veces, simplemente, marcaba el prefijo #31# delante del numero de Elena, esperaba a que lo cogiera y oir su voz.

-¿Diga?....¿Hola?...- Nunca contestaba, nunca dejaba ver que era yo.

En pocos días sería mi cumpleaños, ya no tenía ganas de celebrarlo, sin ella no quería celebrarlo. Raúl y Lara insistían en que lo celebrara, en que saliera, que debía despejarme, pero sinceramente yo no tenía ganas de despejarme ni nada, solo quería que ella volviera.

Mis sentimientos eran como el barco vikingo de las ferias, un día la echaba de menos, otro me levantaba enfadado por su beso con ese ser despreciable; Otros días me despertaba dispuesto a ir a por ella, raptarla, llevarla a un lugar lejano y alejarnos de todo y otros me sentaba en el sofá esperando a que me llamara o sonara el timbre.

Como de costumbre, había llegado al gimnasio para ponerme a trabajar, hoy tenía turno de tarde, con Jaime, aunque para mi sorpresa, allí estaba Raúl. Me miraron seriamente y enarque una ceja, estos quieren algo.

-Hola...- Dije desconfiado mientras les miraba.

-Hola hermano.- Dijo Raúl rodeando mis hombros.

-Brother...- Dijo Jaime poniéndose en el otro lado.

-¿Qué queréis?.- Dije sonriendo, les conocía demasiado.

-Tienes que hablar con ella.- Me dijo Jaime.

-No.- Dije serio.

-Mario, créeme, sé por experiencia, que no todo es lo que parece, a mi me paso con Lara, lo mismo que a ti con Elena.- Me dijo Raúl mirándome seriamente.

-Estaba muy claro, le estaba besando, ya además, quedo a mis espaldas con él, si al menos hubiera sabido iba con él...- Dije enfadado.

-Si lo hubieras sabido habrías entrado en cólera y te habrías presentado allí, te habrías peleado con él, y la habrías liado parda.- Me dijo Jaime, tenía razón.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora