Capitulo 4: Un mal día..

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Lo he conseguido! Aquó teneís el capitulo numero 4 de la historia de nuestro querido Mario. No es de los más bonitos, sinceramente, es cruel y doloroso. Pero la adolescencia de Mario esta cargada de situaciónes como las que vivirá en este capitulo. Aun que el final es bueno.. =) 

No os entretengo más! Os dejo que leáis el capitulo y como siempre espero vuestros votos y comentarios para saber vuestra opinión. Espero que sea de vuestro agrado el capi.... 

Besitosss!!

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P.O.V Mario

Las cosas con Elena habían vuelto a la normalidad tras nuestro fin de semana, y estaba muy feliz.

Había pasado un mes desde que me había puesto a dieta, y llegaba el momento de ponerme sobre mi enemiga la bascula. Andaba todos los días, a veces solo, otra Elena me acompañaba; también hacia abdominales cada vez más y mejor.

Delante de mí la bascula, mi enemiga, dudoso levante mi pie derecho para ponerlo sobre la bascula, subí el otro y espere a que calculara.

-Ostias... 92,3 quilos, ¡he adelgazado ocho quilos!.- Dije contento. Me vestí todo lo deprisa que pude, para ir al instituto con más ganas de verla que nunca.

Me sentía orgulloso de mi mismo, de haber conseguido bajar ocho quilos, gracias a mi esfuerzo y mi fuerza de voluntad. A lo lejos vi a Elena que venía acompañada de Damián, el cual tenía su brazo por encima de los hombros de mi amiga; Fruncí el ceño, mi grandioso día se había convertido en el peor. ¿Por que dejaba que la abrazara así?, ¿es que eran algo más que amigos? ¿Porque me molesta?. 

Les salude sin ganas y seguí mi camino lejos de ellos, a mi bola, inmerso en mis pensamiento. Toda la alegría de haber perdido peso se había esfumado. Quería llegar pronto al instituto para verla y decirla que he bajado ocho quilo, agradecerla su ayuda y su apoyo, pero lejos de eso, venia con su chico feliz, riéndose.

En el recreo tampoco la vi; Me pase todo el recreo solo, escuchando las mofas de los seguidores de Álvaro, me insultaban para ganarse el "aprecio" de ese imbécil. Cuando volví a la clase, se me paro el corazón por completo.

-Quita gordo, mueve tu enorme culo y déjanos pasar.- Me dijo uno de mis "compañeros".

Damián estaba en mi sitio, sin intención alguna de quitarse de ahí. Pero estaba arto de no entrar al trapo en sus provocaciones, ese era mi sitio, y si no se movía, iba a levantar yo su enorme culo, para recuperar mi sitio, porque era mi sitio lo que quería recuperar no?, si, eso es, mi sitio.

-¿Te puedes levantar de mi sitio?.- Dije serio pero con respeto, para no enfadar a Elena.

-A partir de hoy me siento aquí, siéntate en mi sitio si quieres.-Dijo recostándose sobre la silla.

-Damián...- Dijo Elena.

-Escucha, o te levantas o...- me interrumpió.

-¿O qué...? Bola de sebo.- Dijo cruelmente.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora