Capitulo 25: Mini pelea

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Holaaaaaaaa =) Estoy aqui de nuevo. Hoy he tenido poco tiempo para escribir, por lo que el capitulo de hoy es algo cortito. Espero poder hacerlo más largo mañana. 

Bueno, espero vuestros votos y comentarios ;) Que me encanta leerlos! Jejeje voy a ver si me pongo con el capi de luchare por ti, espero poder terminarlo para subirlo hoy! ;)

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P.O.V Elena

Las cosas en mi nuevo trabajo iban muy bien, y en contra de lo que piensa mi novio, Damián parecía haber cambiado. No soy tonta, y con tanto como pase con Damián, soy la primera que desconfío al verle. Pero llevaba cerca de un mes trabajando con él, y no tenía queja, se limitaba a estar en su despacho y yo en él mío y solo me hablaba educadamente cuando me pedía que mandara algún documento o prepararse algún asunto importante.

Sin embargo, Mario cada día refunfuñaba más sobre el hecho de que estuviera trabajando con él; Le entendía, Damián fue una de las personas que más se burlo de él en su adolescencia, y también había sido testigo de las veces que intento abusar de mí, pero yo no era rencorosa, y me sentía lo suficientemente a gusto en mi trabajo, para dejar de lado las peleas que tuvimos en la adolescencia.

Estaba gestionando unos documentos importantes, cuando salió Damián pálido del despacho, realmente pálido, me asuste al verle así y me levante enseguida a preguntarle.

-¿Damián te encuentras bien?.- Dije preocupada.

-Eh....- Dijo pensativo.- Si, no te preocupes.- Sonrió falsamente.

-¿Seguro? Si te pasa algo y puedo ayudarte....- Dije con sinceridad.

-No Elena, nadie puede ayudarme. Voy a tomar un café, si llama alguien dile que en media hora vuelvo, ¿ok? o mejor, vete a ver a ver a Mario, que conociéndole estará echando humo.

Le hice caso y tras salir él y cerrar por media hora la gestoría, cruce la calle y me fui al gimnasio. Al llegar, Estefanía me dijo que estaba en el sótano, por lo que baje. Al llegar al sótano se estaba riendo y al verme se puso serio y vino corriendo hacía mi.

-¿Te ha hecho algo? ¿Te ha tocado?..- Dijo poniendo sus manos en mis mejillas.

-Mira que eres paranoico.- Dije dándole un pequeño beso.- He venido un rato, porque se ha ido a tomarse un café, ha salido pálido del despacho y ha dicho que viniera a verte que seguro que estarías echando humo.- Dije riéndome, el bufo enfadado.

-Tengo razones para ello.- Dijo serio.- En fin, ven aquí.- Dijo pegándome a él.

Me besaba tiernamente, señal de que estaba preocupado, supongo que por el hecho de que trabajara con Damián, me abrazaba fuertemente.

-¿Quieres dejar de preocuparte?.- Dije entre besos, el negro con la cabeza y volvió a besarme.

-Entiende que nunca voy a dejar de preocuparme por ti, nunca.- Dijo todavía abrazándome.- Porque si te pasa algo me muero...

-No me va a pasar nada, bobo.- Dije sonriéndole.

-Eso no quita que desconfié de él..- Dijo y suspiro después.

-Dale una oportunidad amor... bueno me voy, debo volver al trabajo.- Dije besandole.

El resto de la jornada laboral fue tranquila, Damián pareció volver a la normalidad, aunque me intrigaba que era eso que le había pasado, para que le dejará tan pálido.

Al final del día, recogí todas mis cosas y entre, después de llamar al despacho de Damián para avisarle de que me iba ya a casa.

-Damián, me voy ya.- Dije abriendo la puerta.

Los gordos, también aman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora