Capítulo 48
Después de algunas horas de viaje, ya que no sabia cuanto tiempo dure en el avión ya que dormí como un bebé, solo se que algunas de estas personas saben quien soy, aunque compre un boleto en primera clase, busco mi teléfono y me doy cuenta de que no lo tengo conmigo.
Salgo del aeropuerto solo con mi mochila en el hombro, me subo a un taxi para ir a registrarme en un hotel cercano, ya que ni siquiera se porque vine a este lugar. Cuando por fin llego a mi destino dejo mi mochila en el hotel y salgo a comprar algo de ropa y cosas que necesito, me coloco unas gafas y un cubre boca para que nadie sepa quien soy.
Cuando ya tengo todo lo que necesito, me apresuro a ir al baño para tomar una ducha rápida, me coloco el traje que compre y arrojo mis cigarrillos a el bote de basura, ya que ella siempre odio que fumara, arreglo mi desordenado cabello y me coloco una corbata, cuando ya estoy arreglado, bajo hasta el lobby para pedir un taxi.
Espero un rato mientras veo mi reloj y aprovecho la ocasión para comprar un ramo de gardenias, sus favoritas, me subo al auto brindándole su dirección y observo todo el lindo paisaje hasta que el frena en el lugar, que tenia meses sin visitar.
- Gracias - susurro pasándole algunos billetes.
Subo por la escalera del edificio, tarareando una de mis letras hasta que llego a su puerta, arreglo un poco mas mi traje para tocar su puerta, me quito las gafas de sol para esperar a que me abra la puerta y regalarle una sonrisa, pero la decepción llega rápido cuando veo a un hombre semi desnudo en su puerta.
- ¿Quién es? - escucho que pregunta y ninguno dice nada, me giro para salir de ese lugar, veo una mesita en el lugar y dejo las flores en dicho lugar para colocarme mis gafas.
Siento como mi pecho se oprime y me obligo a mantener la cordura mientras bajo las escaleras, me obligo a detenerme cuando veo que se me escapa una simple lagrima.
- Sabias que eras tu - escucho que alguien grita detrás de mi.
- Veo que tienes una buena vida, no tenemos ni seis meses que nos dejamos - susurro con incomodidad - no se porque estoy aquí - me giro para seguir mi camino pero siento sus manos en la mía.
- Ya estas aquí, no quieres pasar a esperarme, saldremos como en los viejos tiempos - suplica dejándome ver su mirada y sin notarlo ya estaba acariciando su rostro.
- Lo lamento, prefiero esperarte aquí a tener que estar junto a tu nuevo novio - afirmo tomando asiento en la escalera.
- Gracias por quedarte, creí que volverías a huir - llega a mi lado para besar mi mejillas y se aleja para ir a cambiarse.
Me coloco mis gafas de sol y trato de dormir, ya que desde hace rato me quedo dormido fácilmente en cualquier lugar, eso también puede ser por las pastillas ilegales que consumo desde hace tiempo, después de rato siento como alguien me cubre con una sombrilla.
- Te estaban tirando fotos - dice una pequeña niña sonriendo, una nena muy hermosa - vi que te daba el sol y no puedes dormir en el suelo, eso dice mi mami - agrega mostrándome sus manos.
- Gracias cariño, debes seguir los consejos de tu mami y gracias por cubrirme - le sonrió para ofrecerle mi mano.
- Algún día tu sufrimiento acabara - susurra de pronto haciendo que me ponga pálido y veo como se aleja con pasos rápidos llegando al lado de una coqueta mujer.
Me quedo pensando en lo que esa hermosa niña me dijo y siento como alguien se sienta a mi lado, asustándome con ese gesto.
- El pequeño Isma se asusto - grita de emoción mientras le regala un golpe a mi hombro.
- Claro que me asuste, mi pobre corazón no soportara todo esto - digo con la mano en mi pecho - vamos a disfrutar de este día - propongo estirando mi mano, la cual ella toma con rapidez para acariciarla.
Veo su auto al lado de la acera y ella me arroja las llaves como en los viejos tiempo, coloco algo de música y ella toma mis lentes de sol para colocárselos y salimos en búsqueda de nuestra diversión, primero vamos a desayunar algo en una cafetería local, después vamos de compra y como siempre ella terminaba arruinando mi tarjeta pero eso nunca me importo, sonrió con cada pequeño gesto que tiene conmigo.
- Vamos a comer, me toca invitar la comida - toca mi mano, para juntarlas y caminar por el lugar como la pareja que éramos - puedes hablarme de lo que te atormente - susurra y la freno para aferrarme a su cuerpo.
- De verdad te amo Hina - beso su cuello y ella se eriza alejándose de mi lado algo incomoda.
- Vamos a comer - dice y se suelta de su agarre alejándose de mi lado, no vuelvo a pensar en ese problema y sigo sus pasos.
Como siempre ella pide todo por los dos y cuando terminamos, vamos a un parque de atracciones y ella me regala el mejor día que he tenido, después de toda esta mierda que me ha pasado, dejo los peluches que ganamos en la parte trasera del auto, ella conduce hasta el hotel donde me estoy quedando, cuando estamos cerca se que me debo despedir y jamás volver ya que ella no me va a amar cuando sepa lo que hice.
- ¿Puedo pasar? - pregunta observando mis movimientos.
- Creí que debías llegar a casa con tu novio - afirmo incomodo y ella deja su auto en el parqueo.
- Debemos hablar, se que te sucede algo - susurra incomoda - el día entero haz estado algo nervioso, vamos a tu habitación y hablemos haya - agrega bajándose de su lugar.
La sigo como si fuera un niño regañado por su madre, vamos todo el camino en silencio y tengo pensamientos encontrados, no quiero decirle mi pecado, no quiero que sepa que me acosté con la novia de mi hermano por andar drogado hasta las nubes, pienso en la excusa perfecta para mentir y salir librado de esta. cuando estamos al frente de la habitación me apresuro a abrirla y ella sigue su camino hasta sentarse en el sofá que se encuentra cerca del balcón.
- Siéntate, debemos hablar - señala el lugar delante de ella - dijiste que jamás volverías, pero hoy volviste a tocar mi puerta - acaricia su largo cabello con algo de fastidio.
- Solo necesitaba un poco de paz y tranquilidad, una persona que me hiciera olvidar mis problemas, te vine a buscar por eso - evito su mirada, porque desde que tengo uso de razón nunca e podido mentirle a la cara, ni siquiera pude mentir cuando ella me dejo.
- Dime la verdad y mírame a los ojos Ismael Armet - amenaza y levanto mi mirada como un pequeño niño.
- Desde que nos dejamos me he vuelto algo depresivo y ahora soy adicto a los calmantes - suelto las primeras palabras que pasan por mi mente - no e podido crear música nueva y la banda esta afrontando un duro golpe con mi actitud- agrego y ella se levanta para acariciar mi cabello y yo me aferro a su cuerpo - solo por hoy déjame sentirme amado y después volveré a desaparecer de tu vida y jamás volveré a ti - suplico con todas mis fuerzas.
- Prometiste dejarme libre Ismael, no me amas, yo solo soy tu musa, la dueña de tu inspiración - exclama con algo de nerviosismo en su voz.
- Déjame mostrarte cuanto te amo - levanto mi cuerpo aferrándome a sus labios.
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El pecado del Faraón (saga Faraón) III
FantasiaFuiste enviada por los dioses para castigarme por haber matado a mi propio padre. Vuelve a gritar como siempre lo hace desde que llegue y yo solo respondo como en cada ocasión. Sabes que para eso vine, haré tu vida tan miserable que desearas no habe...