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Adom

Me levanto a la mañana siguiente entre sus brazos, la muevo un poco para besar su hombro.

- Debes regresar a casa - susurro asustado sabiendo que ya no puede seguir a mi lado.

- Yo debo regresar a casa - afirma asustada mientras se levanta de la cama para huir de mi habitación.

Ella debe recordar nuestra vida pasada, hasta yo huiria muy lejos de aquí, mientras más lejos mejor para mí, jamás miraría hacia atrás para no arrepentirme y seguiría mi vida. Ya me canse de lastimarla, ella se merece algo mil veces mejor que yo.

La sigo hasta su habitación y veo como ella arregla sus cosas de manera rápida, me observa de reojo y me pide  sin titubiar que le compre un boleto de avión, si que tiene ganas de abandonarme. Algo me impide moverme del lugar donde estoy, como si algo me impidiera respirar, como si algo se muriera, como si todo me recordará lo malo de mi vida.

Aliah

Recuerdo todo, me levanto a su lado recordando todo, tuvimos una vida pasada juntos, estuvimos enamorados y éramos felices juntos, pero lo olvidé y decidí rehacer mi vida con Daniel sin darme cuenta que tenía a un perfecto ser a mi lado. Pero algo me aleja de su lado y me hace huir de su habitación. Quiero sobrevivir, ya no quiero seguir luchando y muriendo por algo que no da para mas.

Arreglo mis cosas de manera rápida cuando mis lágrimas comienzan a bajar por si solas al recordar cuando nos besabamos y nos mirábamos a la cara con tanto amor en nuestras miradas. Lo observó con algo de amor porque necesitamos alejarnos, no podemos seguir en este círculo vicioso, necesito ser feliz. Necesitamos ser feliz por lados diferentes y si al final no podemos olvidarnos, podemos volver a imtertarlo.

- ¿Puedes comprarme un boleto? Quiero volver a mi casa - suplico poniéndome firme con mi decisión.

- Si te suplico, ¿te quedarías a mi lado? - pregunta acariciando su cuello con algo de incomodidad.

- Ya no quiero volver a amarte, ya no quiero amarte, si amarte significar olvidarte, ya no quiero estar contigo - susurro aguantando mis lágrimas ya que quiero aparentar madures a su lado - quiero volver a casa - agregó gritando y el solo se arrodilla a mi lado.

- Te lo suplico, sacame de éste infierno en el que vivo - trata de tocar mi cuerpo y quiero seder a sus palabras.

- Ya no puedo sacarte del desastre, recuerdo que lo intente y terminamos mal - me levanto tomando mis cosas en mis manos.

El se levanta para acariciar mi mejilla y instintivamente cierro mis ojos y siento sus suaves labios sobre los míos y al rato suena su teléfono sacadonos de nuestra hermosa burbuja, el observa la pantalla y se le sale una lagrima al leer el mensaje.

- Es verdad debes irte, iré a buscarte esperame - vuelve a suplicar mientras acaricia mi rostro.

- ¿Qué sucede? Puedes decirme - suelto la maleta para acariciar su cuerpo.

- Mi madre acaba de morir, iré al Cairo para enterrar su cuerpo y tomar sus pertenencias - susurra todo con una voz poco audible - le diré a Albert que te lleve al aeropuerto, yo me tomaré un vuelo hasta Egipto para despedirme por última vez de la mujer que me dio a luz - agrega quitando mis manos de su cuerpo - nos veremos Aliah - se despide saliendo de la habitación, dejándome sola.

Tomó mis cosas para bajar hasta la entrada para esperar a que me vengan a recoger, veo como el sale de la casa llevando consigo una pequeña mochila.

- Albert te llevara al aeropuerto - suspira mientras ve en que posición me encuentro.

- Podemos ir juntos, ya que vamos al mismo lugar - afirmó algo incomoda por todo lo que acaba de ocurrir.

- Ahora mismo no puedo tener personas a mi lado, por favor, solo esta vez dejame solo - se inclina hasta llegar a mi estatura - solo espera un poco por mi, iré a buscarte cuando esté listo - susurra antes de besar mis labios y me aferro a su cuello.

- No llegues muy tarde, trata de llegar a mi lado - suplico quedándome cerca de sus labios.

- Lamento la manera en que te trate, no te odiare si quieres comenzar algo nuevo con otra persona - murmura y trata de alejarse de mi lado y lo obligó a mirarme.

- Quiero huir de ti, bien sabes lo mucho que deseo nunca haberte encontrado en esta vida, pero ya no te dejaré ir - afirmó y el me regala una sonrisa llena de sentimientos y sin pensarlo me aferro a sus labios.

- Esperare a que Albert venga, vamos juntos - abraza mi cuerpo mientras susurra esas palabras - iré a buscarte cuando termine todo en El Cairo - me regala su calor corporal y me hace sentir paz.

Al rato llega una camioneta negra la cual se estaciona al frente de la cabaña, veo como sale un muy arreglado Albert del auto y abre la puerta de los asientos de atrás. Nos levantamos para caminar tomados de las manos.

- Es un gusto verlo señor Dur, señorita - nos saluda y Adom le entrega su mochila y mis cosas para que las coloque en el baúl.

- Lo mismo digo Albert, es bueno volver a verte amigo - dice en forma de saludo.

- Hola - susurro levantando mi mano para saludarlo, subo al auto con ayuda de Adom.

Ellos se susurra algunas palabras y al rato el sube a mi lado, para ponernos en marcha, recuesto mi cabeza en su hombro para poder descansar a lo que llegamos a nuestro destino, una vez en el aeropuerto comemos algo en una de las cafetería que se encuentran en el lugar.

- Me quedaré aquí hasta que llamen para que subas a tu vuelo - dice de pronto acabando se su café.

- Gracias pero ya puedes irte, se que estas triste y debes querer llorar por la muerte de tu madre - afirmó acariciando su mano y el niega.

- No siento tristeza, creo que es algo más significativo, creo que soy feliz al saber que ya desapareció de mi vida - murmura sin una pizca de arrepentimiento.

- Adom no daré mi opinión del tema, pero si quieres llorar te puedo acompañar - susurro para los dos y el sonríe sin gracia.

- Te quiero Aliah, eres lo mejor que me a pasado - se acerca hasta estar a centímetros de mi para rozar mis labios - ya es tiempo de que subas a tu vuelo -  agrega mostrándome una sonrisa.

- Prometiste encontrarme - le recuerdo antes de aferrarme a su cuello para besarlo con pasión.

- Este es un regalo, es el dios que me atormenta - me muestra un dibujo con una hermosa chica que se me hace muy conocida - nos veremos pronto Aliah - susurra llevándome hasta la puerta del sobrecargo.

- Adiós Adom Dur, buscame - agitó mi mano en forma de despedida ya que sigo mi camino sin mirar atrás.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora