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Hoy es la última noche que pasó en este hotel, mañana en la tarde tomaré mi vuelo de regreso a mi casa, en una de mis oportunidades me escape de él y compre algunas piezas de lencería en color blanco y negro, creo que se dio cuenta de mi compra, aunque la oculte comprando recuerdos y regalos para mis padres y mis amigas.

Terminó de colocarme el traje de baño verde junto a una polera blanca en la cual hice un pequeño nudo, veo como él come tranquilo una hamburguesa mientras toma el sol.

- Hola Adom - susurro llegando a su lado para robarme un poco de sus papas.

- Estas hermosa Aliah - murmura para sí - hola pequeña lactosa - me saluda y lo ignoro, hoy cumpliré mi cometido.

Disfruto un rato de la piscina del lugar para después volver a mi habitación y tomar una ducha me coloco la lencería negra para irme a dormir solo con una bata de baño.

Siento a las horas que alguien remueve mi cuerpo con bastante insistencia.

- Despierta - pide mi querido primo.

- ¿Como entraste? - pregunto, aunque no me incomoda que este a mi lado, veo hacia dónde el mira y observó cómo se marca mi rosado pezón.

- Me entregaron una tarjeta de ascenso a tu habitación, ya que somos familia - murmura con pesar.

- Tengo mucha hambre - murmuró levantándome y dejado en vista mis senos para tomar una goma del cabello y hacerme una coleta.

- Puedes cambiarte, yo te esperare afuera - trata de salir de la habitación, pero lo abrazo para obligarlo a sentarse.

Me coloco delante de sus piernas para quitarme la bata de baño, me inclino a su altura para quitar sus pantalones.

- Alto - dice con pesar cuando beso su gran falo - si no paras, esto no acabará hasta que te tenga gritando por mi - agarra mi cabeza para hacer que pare, acaricia mis labios antes de besarlo- haz lo que desees conmigo - afirma al mirar mis ojos.

- Eso haré - susurro para seguir besando su longitud antes de introducirlo a mi boca.

Hago lo mis amigas me enseñaron en la llamada de hace días y veo como él toma mi cabello entre sus manos para acelerar mis movimientos y darles estocadas a mi boca hasta que siento como me llena con su semen el cual trago, esto sabe horrible, ya no haré lo que me digan mis amigas.

Él está recostado en el mueble con los brazos tendidos y su cabeza inclinada cuando me mira veo su gran sonrisa.

- ¡por los dioses! - gruñe bajito para tomar mi cuello y alzar mi cuerpo haciendo que suba encima de sus piernas - por lo que me demostraste, ya has hecho todo esto - agrega mientras besa mis labios con fiereza.

- Hubo algunos antes de ti - susurro encima de sus labios.

- Quería ser el primero en todo - murmura antes de volver a besar mis labios y quitar mi brasier. Quería decirle que es el primero en todo, pero no quiero que pare.

Comienza a bajar sus besos hasta mis senos, los cuales tortura y aprieta a su antojo, acaricia el borde de mis bragas de encaje. Nos giramos y el me deja debajo de él, me gira que poder ver mi trasero mejor, siento como se aleja de mi para jugar con mi braga.

Al rato la retira para introducir su dedo dentro de mí, comienzo a gemir mientras el besa mi cuello.

- Estas tan apretada, como una virgen - gruñe restregándome su paquete.

- Solo sigamos - gruñó por lo bajo cuando él toma mi pezón entre sus dientes para torturarme.

- Vamos a la cama - dice tomándome mis piernas para cargarme como si fuera un niño solo que mi espalda toca su pecho, su falo presiona en mi centro con cada paso que da haciendo el ambiente más erótico.

Adom

Dios ya la tengo desnuda delante de mí, dispuesta a recibir mi gran pene, pero el sentimiento de que estoy haciendo algo mal me atormenta, cuando llegamos a la cama, la dejo inclinada observando su redondo, pero firme trasero, ella me está dando una invitación para poseerla, pero las palabras de su madre se cuelan en mi mente.

- Es tu prima, nunca aceptaré que se gustan, son familia, tú la viste nacer y crecer.

Me arrojó a su lado para girarla y abrirle las piernas, comienzo a lamer su centro mientras ella gime fuerte y claro, esos hermosos y únicos sonidos sólo yo los podré escuchar, tomó sus piernas para agarrarlas entre mí pecho.

Coloco mi falo por encima de su centro para comenzar a moverme sin llegar a penetrarla así seguimos hasta que llegamos al orgasmo, mi semen cae en su vientre bajo y cerca de su centro, ella está más que sonrojada mientras ve cómo suelto sus piernas para caer encima de ella evitando aplastar la.

- Eso estuvo genial - digo besándola y ella gira su rostro molesta.

- Quiero que me hagas tuya - afirma molesta y beso su cuello para ignorarla.

- Primero vamos a conseguir la aprobación de tus padres y después te haré mía tantas veces que desearas no haberte vuelto mi mujer - prometo y ella se pone roja de la vergüenza, me encanta sus reacciones.

Me levanto para ir a buscar una toalla, me limpio y regresó a su lado para limpiar sus muslos y vientre, igual que su centro, cuando terminó me coloco mi pantalón y tomo mi polera.

- Quédate conmigo, esta noche - súplica desde la cama, veo su cuerpo lleno de marcas rojas de mis besos, cubre sus ojos con sus brazos.

- Déjame pedir la cena - digo tomando el teléfono de la habitación en manos, después de pedir algo ligero, llegó a su lado para abrazar su hermoso cuerpo.

Al rato llega nuestra comida y ella va al baño para poder tomar una ducha mientras yo organizó todo para ver como sale ya vestido.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora