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Adom

Los días han pasado y ella nunca llamó, me reuní el día antes de mi viaje de regreso a Francia, con Abimael para hablar como en los viejos tiempos pero al final me fui con una gran desilusión del lugar no puedo entender porque la mujer que me crio me lastimara así, termino de arreglar mi maleta para abandonar el hotel, dejo la carta que le escribí en recepción para que se la envíen a su casa, veo como Albert abre la puerta para mí y me ayuda a subir mi maleta.

- ¿Como la paso en sus vacaciones señor? - pregunta animado.

- No la pase bien, al final me quedé solo - sonrió colocando me mis gafas de sol.

- La señorita Armet no estuvo con usted - trata de buscar conversación lo que dura el viaje en auto.

- Estuve solo - susurro cortando el tema una vez llegamos al aeropuerto.

Subo al jet para colocarme mi cinturón de seguridad y me quedo observando el atardecer por la ventana, hubiera pagado lo que fuera con tal de tenerla a mi lado un poco más. Pero es verdad lo que me reclamo su madre, fuimos criados como hermanos y yo debo volver a pensar en ella como una hermana.

Lo que dura el viaje me la pase revisando los documentos que necesitaba para estar al tanto de la empresa, una vez en tierra subo a mi auto para volver a mi aburrida y típica vida como un chico egipcio que posee grandes toneladas de dinero que lo respaldan.

Veo a los accionistas y me sorprende ver a una hermosa peli negra con grandes ojos azules que ingresa al lugar, ella es parecida a la chica de mis sueños solo que algo en ella me dice que está mal acercarme a ella.

Cuando llegó a casa arrojó ese teléfono ya que contiene imágenes de nosotros dos juntos y yo no puedo extrañar la. Me preparo algo de comer para enviarle un mensaje a Albert para que investigue quien era la misteriosa chica que es igual a la chica que siempre busque.

Al rato me llega el expediente de ella completo. Me sorprende al saber que es la hija del señor Maitre, así que al final la vieja bruja de Teresa Maitre consiguió que su pequeña Sorangel sea igual a la única mujer que su llegue a amar alguna vez, me rio con ganas hasta que mi estómago duele porque al final apareció la chica que me atormenta cada noche.

Aliah

Los días pasaron de manera lenta y tortuosa, trate de comunicarme con él, pero en el lugar que estábamos no había señal así que todos los días caminaba demasiado solo por enviarle un mensaje que jamás llegará a leer.

Abimael llega a la casa el domingo con su típica mirada cansada, Ismael está en casa cuidando a nuestra madre mientras a nuestro padre se le baja el enojo.

- Enana, me reuní con Adom el sábado para hablar sobre ustedes y lo que duré no te va a gustar - trata de calmarme cuando ve mi creciente enojo.

- ¿Qué hiciste? - pregunto incomoda.

- El me preguntó qué había sucedido y le conté, sobre todo, su mirada se apagó - murmura - creo que nunca volverá a este lugar, te envío a decir que gracias por todo y que tengas una buena vida - se aleja de mi lado cuando dice lo último.

- Eres idiota Abimael, me arruinaste todo - grito molesta.

- No te arruine nada, madura Aliah, una relación de adultos no se forja escondida del mundo, él quería que todos lo aceptarán, el ya lucho bastante por los dos - sale de la estancia dejándome sola con mis pensamientos.

Yo debía haberme ido con él cuando me lo pidió, tomó las llaves del auto de Abby para correr lejos de ese lugar, conduzco por la ciudad hasta que llegó al hotel, salgo del auto para preguntar en recepción por él.

- Buenas tardes señora, el señor Dur le dejo esta nota - dice amable mostrándome la pequeña carta.

- Gracias por guardarla - digo tomándola en mis manos para salir del lugar.

Vuelvo al auto para llegar a casa, veo todo a oscuras y salgo para caminar hasta el área de la piscina, abro el sobre con la carta para leerla con la poca luz.

Hola Aliah.

Debo parecer un tonto al escribirte algo que puede ser que no leas, pero como quiera lo haré.

Cuando te vi esa vez en la entrada de tu casa, pude apreciar que serias alguien especial en mi vida, lamento todos los momentos malos que te hice pasar y por no luchar más por lo nuestro. Espero que puedas encontrar al amor de tu vida y que seas feliz.

Yo volveré cuando mi amor por ti muera y solo puedo verte como mi pequeña prima que se crio conmigo.

Gracias por los momentos mágicos, se despide Adom.

Terminó llorando mientras arrugó el pedazo de papel, cubro mis ojos con mis manos para evitar llorar, pero mis gritos se hacen más fuertes. Alguien me abraza por detrás y siento el típico olor a rosas de mi madre.

- Lo lamento cariño - susurra mientras acaricia mi espalda - mami lo siente - agrega tratando de limpiar mis lágrimas.

- Esto es tu culpa y si no volvemos a estar juntos te odiarte toda mi vida - grito alejándome de su lado.

- De verdad lo siento - murmura, pero la ignoro para subir a mi habitación y quedarme llorando.

Qué crees Adom que te vas a deshacer de mi tan fácil, yo seré reconocida e iré a trabajar para la academia de ballet francesa, solo espera y veras muy pronto estaré a tu lado.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora