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Pasamos unas buenas horas en la carretera y en todo el viaje la pasamos genial mientras cantábamos a todo pulmón las canciones de la radio, hicimos una parada para poder comer algo y seguimos con nuestro viaje.

Cuando llegamos a su villa me sorprende lo grande que es, aunque llegamos en la noche y no podía ver bien el lugar, el me toma en brazos para subir hasta su recamara, no pude ver como estaba arreglado el lugar y no me interesaba ya que estaba muy cansada. A la mañana siguiente me levanto de la cama para poder explorar este lugar, la cabaña es de dos planta y atrás se encuentra una piscina, el lugar es hermoso y muy alejado.

Vuelvo a la habitación con un bol de frutas en manos que nos habían preparado las señoras de la limpieza, fueron muy amables al preparame un desayuno nutritivo. Doy pequeños saltos mientras como un poco de fruta, estiró mi cuerpo para sentir la suave brisa mientras mis manos bailan por si mismo.

Siento como alguien toca mi cadera para girar mi cuerpo y termino dando unos pasos de ballet, el sonríe con amor en su mirada mientras ve como bailo para el.

Estoy bailando la promesa que Giselle le hizo a albrecht de volver a encontrarse y aunque su amor fue desastroso ella jamás estuvo molesta, si no que lo anhelaba, ella anhelaba seguir a su lado, cuando terminó el besa mis labios con amor.

- Eres perfecta, te quiero Aliah - susurra mientras toca mis caderas.

- La propuesta de aquella vez, sigue siendo una sugerencia para mi - afirmó incomoda.

- Era verdad, quiero tenerte a mi lado, pero me lastima que tus padres no acepten lo nuestro - se aleja de mi lado para caminar hasta el baño.

- Cuando sea aceptada en la academia de ballet francesa podré estar a tu lado - digo entrando a la estancia con el.

- Me encantaría pero me gusta hacer las cosas bien - dice acariciando mis caderas.

- No importa, solo seremos nosotros y mis padres no se podrán meter en nuestra relación - sonrió y su rostro pierde el color.

- Soy un adulto y tener una relación a escondida no esta en mis planes - se aleja de mi lado para cerrar la puerta en mi cara cuando me saco del baño.

Molesta tomo mi teléfono para salir de la cabaña y comenzar a explorar el lugar, cuando mi molestia abandona mi cuerpo decido volver a su lado y el me observa con su teléfono en manos, molesto por algo.

- ¿Sucede algo? - pregunto incomoda y el niega.

- Es solo trabajo, quiero disculparme por la forma en que te trate, se que solo quieres lo mejor para ambos - murmura mientras toma un mechón de mi cabello entre sus dedos para acariciarlo.

- Debemos disfruta de este hermoso lugar - propongo mostrándole mi mano y el la toma para besarla.

- Podemos ir a nada un rato, si quieres - susurra cerca de mi cara para besar mis labios.

- O podemos quedarnos aquí y disfrutar de nosotros - propongo y el toma mis manos para volver a la cabaña.

Damos un pequeño paseo por el lugar, al final terminamos haciendo una pequeño fogata en la cual nos sentamos al alrededor para poder recordar los viejos tiempos.

- Yo siempre he querido saber, ¿haz tenido sueños? O recuerdos de una vida pasada - pregunto incomoda mientras el toma una copa de vino.

- ¡No! No sería bueno recordar una vida tan maldita como la mía - sonríe mostrándome su teléfono - los libros de historia no mienten, y ya que hasta la gran Isis reencarno como mi madre, se que bastado soy y por eso me porto de esta manera - se lamenta mientras se levanta del pasto.

- Tu nunca serás como tu madre - me levanto para rodear lo con mis brazos y regalarle mi calor.

- Eres lo mejor que me a sucedido - exclama contento para después inclinar su cabeza y besar sus labios.

- Gracias me lo dicen seguido - rio con ganas y el me acompaña.

Me toma en brazos para poseer mis labios mientras acaricia mis glúteos con fuerzas.

- Podemos ir a la cabaña - ronroneo en su cuello antes de besarlo mientras acarició su cabello.

- ¿Dime lo que quieres y lo haré por ti? - susurra mientras nuestras frentes se tocan.

- Vamos a la habitación para que me hagas tuya - murmuró cerca de su oído.

El sonríe mientras camina con mis piernas envolviendo su cadera, las señoras que se encargan de la limpieza salen de la sala cuando ven que ingresamos a la cabaña, escondo mi cara entre su cuello por la vergüenza de que nos vean así.

- Dime pequeña lactosa, estas sonrojada - susurra antes de besar mi cuello y levanto mi cara para mirarlo con molestia.

- Hay personas en el lugar, Dios que vergüenza - murmuró y el ríe mientras camina hasta la habitación.

- Vergüenza te dará, cuando te escuchen gritar - ríe mientras cierra la puerta a su espalda y nos giramos para que quede entre la puerta y su firme pecho.

Toma mi rostro entre sus manos para besar mis labios mientras yo acarició su espalda para quitarle su abrigo. El camina hasta la cama para dejarme encima de su cuerpo, comienzo a besar su cuerpo con pasión mientras quito mi ropa.

El observa mi cuerpo con amor mientras acaricia mi vientre y algunas lágrimas abandonan su rostro, beso sus lágrimas para dejar mi frente encima de la suya.

- Te amo Adom - susurro mientras el gira mi cuerpo para quedar encima de mi y quitar mis bragas.

- Te necesito más que nunca - ruega mientras me penetra, siento como sus lágrimas caen en mi cuello y yo solo puedo besar sus hombros para darle fuerzas - lamento no ser un hombre completo - agrega mientras hace que de mi solo salgan gemidos.

- Eres perfecto así - susurro mientras el besa mis pechos.

El me gira para poder penetrarme con fuerza haciendo que casi pierda la razón por sus certeros movimientos, cuando tengo mi liberación siento como el me llena por completo, me giro para ver como el cae a mi lado, abrazo su cuerpo para acariciar su cabello.

Tiene algunas marca de lágrimas en su rostro las cuales limpio, siento como se aferra a mi y coloco mi cabeza en su pecho para cerrar mis ojos.


El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora