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Camino por toda la casa mirando como todo cambió desde que no venía a este magnífico lugar, miró la pared repleta de cuadros de la familia y en algunos sólo aparezco de pequeño.

Camino hasta la pequeña sala de ballet que Sept le hizo a la pequeña de Aliah, ella debe estar grande y ya no se debe encontrar en esta casa.

Esa chica es magnífica, yo la llegue a admirar cuando vi una presentación de ella cuando era pequeña, espero que siga practicando, salgo de ese lugar para llegar a la cocina tomó algunas barritas de chocolates y me siento en el mueble de la sala.

Al rato entra una hermosa rubia con cara angelical y grande ojos azules.

- Mamá ya llegué - grita y eso hace que me levante del mueble.

- Solo están las personas del servicio - informo y ella me mira incomoda.

- ¿Quién eres tú? - susurra con esa voz angelical.

- Ya creciste - acarició mi corto cabello - mi nombre es Adom Dur soy tu primo - agregó incómodo.

- El puberto que siempre me molestaba - gruñe molesta para colocarse sus auriculares e ignorarme para subir al segundo piso.

Que mierda hice cuando era pequeño que ella me ignora de esa manera, tomó mi teléfono para llamar a mi padre e informarle que ya había llegado.

- Eva no ha llegado todavía - murmura incómodo mi padre - la llamaré para que sepa que estas en su casa - agrega.

- No me importa esperar padre, ella vendrá - murmuró incómodo para caminar hasta el patio y ver la gran piscina que tiene.

- Se que es tu tiempo, pero tienes una compañía en tus hombros, deberías volver a tu trabajo - exclama.

- Mis perfumes se venden bien, que no trabaje por otro mes no me hará menos rico - rio sabiendo que dure un mes en su casa, pero solo trabaje algunos días.

- Tu hermana me está fastidiando porque quieres que le envíes la colección pasión - réplica molesto.

- Llamaré a mi asistente Albert y mañana estará en la casa - digo enviándole un mensaje a mi asistente desde mi otro teléfono - padre ya colgare - agregó antes de colgar.

Me comienzo a quitar mi ropa para tirarme a la piscina solo en bóxer, me quedo un rato disfrutando del frío y siento como alguien me observa busco con mis ojos a esa persona para mirar como mi pequeña prima me observa, levanto mi mano para saludarla, ella se gira molesta cerrando las cortinas de su habitación.

- Mi amado niño- alguien grita y salgo del agua para ver como Nefera me observa - le agradezco a los dioses por traerte a casa con bien - agrega abrazando mi cuerpo.

- Hola mamá es un gusto volver - digo abrazando su cuerpo - te extrañe, lamento a ver escapado - me disculpo.

- Ya no lo lamentes, me agrada tenerte en casa - agrega tomando mi manos para caminar hasta la casa.

Sigue igual que como la recordaba, con ese cabello dorado y esos grandes ojos azules que siempre me dieron amor. Tomo mi reloj inteligente para saber por dónde se encuentra mi auto, tomo mi teléfono personal para llamar a mi auto, siento que contestan.

- Ya madre está en casa, ¿cuándo vienes? - pregunto ya que mi ropa está en el auto.

- Amigo tu auto me consiguió a la mujer que estará en mi cama esta noche - afirma feliz.

- Mi ropa está en el auto, igual que algunos documentos del trabajo - pido.

- Sube a mi habitación y no te preocupes, hablamos mañana - murmura antes de colgar.

Madre se dirige a la cocina y yo subo a la segunda planta para tratar de encontrar la habitación de Ismael, contestó una llamada que entra a mi número personal.

- Parle Adom - saludo en francés.

- Mi amor cuando vuelves a casa - dice Lesly mi amante de hace años.

Trato de ignorarla y cuando abro la puerta de la habitación veo el cuerpo desnudo de Aliah y ella grita cuando ve mi cara, me arroja un bote de crema que se encuentra a su lado.

- Lo siento - susurro cerrando la puerta.

- ¿Qui este le renard? (quien es la zorra) - pregunta y cuelgo la llamada antes de que nuestro acuerdo mutuo de sexo se acabe.

Al rato encuentro la habitación de Ismael y entró para poder tomar una ducha, me coloco algo de ropa limpia que encuentro en su closet junto a un par de bóxer sin usar, salgo de la habitación, dejando de lado mi ropa solo llevando conmigo mi teléfono personal.

- ¿Ya te bañaste? - pregunta mi madre y asiento.

- Tendrás que llamar un taxi para mí, ya había reservado una habitación - digo y ella niega.

- Vas a dormir aquí, somos familia y Sebak se alegrará de que estés aquí - exclama y asiento para salir de la cocina y caminar hasta donde suena la música.

La veo bailar al sonido de la música clásica mientras da pasos precisos y hermosos, solo de mirarla de esa manera recuerdo lo que vi hace un momento, su piel es pálida y sus pezones son totalmente rosados, su cabello castaño cae hasta sus hombros dándole un toque tierno.

Debo disculparme por tener pensamientos impuros con mi prima, veo como se me forma una erección y tengo que salir de ese lugar para tratar de aclarar mi cabeza en el jardín. Siento como alguien llega a mi lado y me ofrece una cerveza.

- Hola idiota - saluda Abimael el cual lleva un uniforme de hospital.

- Hola enano - chocamos nuestras cervezas.

- Es un gusto tenerte en casa - dice ese castaño mientras me sonríe - esto de realizar cirugías por horas es un dolor de cabeza, debo comer algo para irme a dormir - murmura.

- Ser doctor en un fastidio - agregó yo y el asiente.

- Espero verte mañana cuando me despierte - se despide para caminar hasta la casa.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora