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Capítulo 56

Hina

Siento suaves toques en mi mano y no deseo abrir los ojos y darme cuenta de que no esta a mi lado, deseo seguir soñando a que es él quien está acariciando mi mano con tanto calma y cariño.

- Lo lamentó señor, la hora de la visita se han acabado, ya pueden ir saliendo de la sala, cuando lleguen sus guardianes que por favor pasen a ver al doctor - dice alguien sin miedo a levantarme.

- Somos sus amigos, pueden hablar con nosotros - afirma esa voz masculina que siempre me volvía loca con una sola mirada.

- Es algo privado que solo le consciente a la familia del paciente, abandonen la estancia - siento como la voz se va apagando poco a poco.

Siento un pequeño beso en la mejilla y hace que el calor recorra mi cuerpo, como si me hubiera repuesto las energías que necesitaba, cuando ya me encuentro totalmente sola, comienzo a abrir los ojos de manera calmada pero la repentina claridad me ciega. Presionó el botón al lado de la cama para llamar a las enfermeras, ya que no puedo mover casi mi cuerpo y necesito tomar mucha agua.

Cuando llegan a la estancia, me revisan para ver en qué estado me encuentro, el doctor viene al rato para informarme de algo que solo me consiente a mi.

- Señorita Chan, está embarazada y por sus análisis podemos decir que el bebé tiene al menos dos meses de embarazo, le daré una lista de medicamento que tomar y la dieta a seguir durante el embarazo - afirma muy contento por la noticia.

- ¿Podré bailar? -preguntó algo frustrado por la situación.

- No podrá ya que debemos cuidar su cuerpo, su desmayo de ayer fue por la falta de vitaminas que requiere su cuerpo para la etapa que debe adaptarse - trata de explicar y yo solo me imagino todos los posibles escenarios, solo me he acostado con un solo hombre desde que termine con Ismael y no quiero cargar con su hijo, no nos merecemos - debemos cuidarla, no tuvo un aborto por suerte -agrega asustándome y caigo en la gravedad del asunto.

- No le diga a nadie sobre el embarazo y sigamos con los tratamientos, con el tiempo voy a decidir si me quedo con él o aborto - es lo único que puedo decir y el señor solo me mira con algo de pena en su mirada.

No quiero ver a nadie, ya no deseo continuar con esto, deseo levantarme de esta cama y huir a esconderme, veo como la otra mitad de mi alma ingresa a la habitación y solo la escucho llorar.

- Tenia miedo, nuestros padres me van a matar si te sucede algo - grita Yuri mientras llega a mi lado.

- ¿Ya me encuentro mejor? No es nada del otro mundo, me desmaye por el embarazo - suelto de pronto y cubro mi boca con alarma, nadie debía saber sobre mi estado.

- ¡Que mierda! Hina, no me digas que el padre es ese maldito de Ismael, me contaste su mierda, él no tiene salvación - dice mas que asustada y la comprendo, yo también estoy asustada por esta situación.

- No diremos nada sobre mi embarazo, no quiero que él lo sepa y se como enviarlo lejos para que nunca vuelva - susurra y ella solo se queda a mi lado mientras acaricia su cabeza.

- Papá nos va a matar, estuvo bien que salieras con el, pero un embarazo - sigue diciendo y eso me molesta, la ignoro para concentrarme en dormir.

A la mañana siguiente, veo como mi mejor amiga ingresa a la habitación mientras llora por mi accidente, nos contamos algunas cosas y disfruto de su compañía hasta que veo como el ingresa a la habitación y su sola presencia hace que mi corazón duela, no quiero tenerlo cerca, no deseo verlo otra vez, ya acabe con los años que pase a su lado, ya no podemos seguir lastimándonos de esta manera.

Él llega a mi lado con algo de incomodidad mientras se pasea cauteloso por la habitación, llega a mi lado y solo acaricia mi mano, ya no escucharé a mi corazón, solo seré esa chica que tenía miedo de acercarse a él cuando era joven. No puedo girar a verlo y eso me lastima.

- Hina, ¿No te atreverás a verme? - pregunta mientras acaricia mi mejilla.

- ¿Chicas pueden salir de la habitación? - suplico con lágrimas en los ojos.

- Hablen un poco y por favor no vuelvan a pelear, te encuentras delicada Hina - suplica mi hermana ya que sabe que puedo ser algo impulsiva.

- No se preocupen, no volveremos a pelear - exclama algo cansado de todo este tema, dudo mucho que quieras verme después de las cosas que te diré.

- No puedo verte al saber lo que hice con nuestro hijo - suelto de manera impulsiva cuando ya las chicas habían salido de la habitación - mate a tu bebé Ismael, así que vuelve a tu vida y hazte cargo de tu otro hijo - susurra y no puedo ver su rostro, se que debe estar destrozado.

- Hina, nunca le harías daño a tu propio hijo - trata de explicar - te estás escuchando, se que me odias, pero nunca matarías a alguien - agrega sentándose a mi lado y me asusta su confianza.

- Tenia dos meses antes del accidente y días antes me practique un aborto, por esa razón tuve este accidente, no estaba recuperada del todo - miento mirándolo a la cara con un odio inyectado en mis venas.

- Acabas de arruinar mi vida Hina, mi vida ya está pies para arriba y decirme que mataste a nuestro hijo, aquel que nacería de nuestro amor puro - murmura y sus lágrimas comienzan a caer - gracias por sacarme de tu vida, espero que te recuperes y tengas una buena vida, haré lo que me pides y asumiré mi pecado - agrega limpiando sus lágrimas, para mirarme y no puedo observar rencor ni odio en su mirada, se que es una mentira que acabo de inventar pero quiero que me odie, no quiero que me ames, te odio maldito Ismael, tú arruinaste todo con tu mierda - te amo Hina Chan, espero que podamos ser felices a nuestra manera, adiós - dice lo ultimo antes de inclinarse y besar mis labios.

Puedo sentir sus mojadas lágrimas en mi mejilla, acaricio su cabello para disfrutar de nuestra despedida, él se aleja un poco de mi y siento como limpia algo que se escapa de mi, veo como trata de sonreír pero mis ojos vidriosos nublan mi mirada.

- Adiós Hina, eres y siempre serás la única mujer que amare - susurra antes de soltar mi mano para levantarse de su lugar y caminar saliendo de la habitación.

Algo dentro de mi comienza a romperse con cada uno de sus pasos que se alejan de mi, debemos ser felices a nuestra manera y espero que algún día me perdones por decirte esta vil mentira sobre el bebé que espero, dudo mucho que pueda deshacerme del fruto de nuestro amor.

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora