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Termino de colocarme mi pantalón de pijama para salir a la estancia, veo lo que ella a pedido de cena y no me sorprende ya que es pizza con refrescos.

- La mejor pizza para el francés - me muestra el pedazo que corto para mí.

- Merci mon amour - digo para darle un mordisco - debo responder esta llamada - afirmó cuando mi teléfono suena, salgo hasta el balcón para no ser interrumpido.

- Señor Dur, la señorita Susanna ha venido a hacer un escándalo a la compañía afirmando que tendrán un hijo - me informa Albert.

- No te preocupes desde que estoy con Aliah no la he tocado, dale un cheque y ve con ella a una clínica, si está embarazada se lo sacas - afirmó más que molesto.

- Cómo ordene señor - dice incómodo.

- ¿Crees que soy una mala persona? - pregunto y se no se escucha respuesta por su parte - sé que es mentira y no me preguntes porque lo es - agregó para colgar.

Es lo mismo que esas veces, en mi vida pasada y ahora, siempre será el mismo hombre incapaz de embarazar a alguien, siempre fui estéril, no produzco espermatozoide que puedan embarazar a nadie, por eso nunca fui feliz sabía que mi propia reina me engañaba y se embarazo de alguien más igual que mis demás concubinas.

Al final todas las mujeres de mi pasado me han hecho lo que mi madre le hizo a Ramsés, me dieron hijos que no llevaron mi sangre. Acarició mi cuello para tratar de no pensar en el tema y levantar la cabeza para ir de nuevo a su lado.

Cuando llegó ella ya ha acabado de comer y fue a la cama para ver una película.

- ¿Te encuentras bien? La llamada fue bien - pregunta mientras come un poco de palomitas de maíz.

- Solo eran viejos negocios que no se querían quedar en el olvido - afirmó para terminar de comer una rebanada de pizza para llegar a su lado - yo me iré a dormir, estoy muy cansado - digo buscando el frasco de pastillas para dormir que necesito desde hace un mes, ya que las pesadillas no me abandonan.

- ¿Por qué las tomas? - pregunta cuando llego a su lado para abrazar su cuerpo, se ve sexy solo llevando mi camisa.

- No puedo dormir y ellas me están ayudando bastante - afirmó cuando termine de tragarme la cápsula.

- Yo puedo ayudarte, no quiero que te enfermes por tomar pastillas - explica y niego para tomar su nuca entre mi mano y besarla con pasión.

- No te preocupes nada malo me sucederá - caigo a su lado para girarme y quedarme dormido al instante.

Me levanto a la mañana siguiente acariciando mi abdomen para poder levantarme de la cama, veo como duerme a mi lado, me apresuró para besar sus labios y veo como se sube la camisa dejándome a la vista su firme trasero.

Me dan ganas de azotar lo para después ver si se ponen rojos por mis manos, me alejo de su lado cuando veo que rumbo están tomando mis pensamientos, voy hasta el baño para tomar una ducha fría, cuando salgo busco ropa cómoda para cambiarme y sentarme en el mueble viéndola dormir. Tomo el teléfono para que me envíen un cambio de ropa para mi acompañante junto al desayuno.

Al rato tocan el timbre me apresuró a abrir para que dejen todo en la sala, cuando ya todo está listo la levanto para que pueda tomar un baño.

- Dios que tarde, debo ir a practicar - grita saliendo del baño con el cambio de ropa que le conseguí.

- Creí que tomarías el desayuno conmigo - afirmó y ella niega tomando su cartera.

- Ya me voy, nos veremos en la tarde - besa mis labios para tratar de salir de la habitación.

- Deja que consiga un taxi para ti, al menos - propongo y niega para volver a besar mis labios.

- Nos vemos en la tarde - dice saliendo por la puerta, veo como corre hasta el ascensor.

Termino el desayuno para tomar mis llaves junto a mi billetera y salir de la habitación, bajo por el ascensor hasta el lobby para pedir que me entreguen mi auto, conduzco por la ciudad comprando algunos regalos para poder ir a la casa de los Armet, cuando llego a la puerta veo como Nefera sale a recibirme.

- Mi pequeño Adom, ¿qué tal el viaje? -pregunta interesada y le entrego la botella de vino que compre para ella.

- El viaje estuvo de maravillas, disculpa por no poder venir antes - digo apenado mientras entramos a la sala.

- Tu padre nos informó de tu situación, todo está puesto de cabeza para ti - trata de sonreír sin gracias - no sabíamos que llegarías antes - agrega apenada.

- Llegue en la noche - murmuro apenado.

- Espero que Aliah de verdad haya amanecido en casa de Jessica o tendremos serios problemas -riñe tratando de contener su creciente enojo.

- ¡¿Aliah no durmió aquí?! - pregunto algo asombrado mientras le miento.

- por lo visto durmió en casa de una amiga llamada Jessica -me informa algo apenada y asiento.

Me invita a tomar asiento para servirme algo de té.

- Y el tío Sebak ¿Cuándo regresa? - pregunto tomando un sorbo del té.

- Ya debería de estar de regreso- veo como revisa su reloj de pulsera para verme sin palabras.

- Quiero que sepan que en verdad deseo y quiero que me vean como un extraño más en esta familia -digo dejando la tasa de lado.

- ¿Por qué lo dices? - pregunta angustiada de lo que le pueda decir.

- Por qué quiero a su hija y si estoy aquí es para pedir su permiso y aprobación para poder salir con ella - termino de decir y la veo cubrir sus labios con asombro.

- Adom no por favor- exclama ocultando un sollozo.

- Quiero a Aliah y siento que ella es la mujer que he estado esperando hace tiempo - afirmó más que emocionado.

- Ella es solo un capricho para ti y cuando te des cuenta será tarde, no le amas, jamás has amado a nadie - exclama decidida y niego viéndole fijamente.

- Nefera yo amo a tu hija y no sé porque siento estas ganas de estar con ella, no se cuando deje de verla con ojos de hermano para verla como la hermosa mujer que se ha convertido - digo y esta niega.

- Adom, ella no es la chica con la cual sueñas, deja a mi hija en paz y sal de mi casa antes de que Sebak vuelva - dice histérica.

- ¿Cómo sabes que sueño con una mujer? - pregunto impaciente.

Este es un dato que a nadie le he dicho para que ahora ella lo sepa, es algo muy raro ya que este es mi secreto y nadie más que yo lo sabe.

- Porque yo también pasé por esto hasta que encontré a mi rey y mi hija no es la mujer que crees amas perdidamente o la mujer que necesitas encontrar así que sal de mi casa y no vuelvas hasta que dejes de pensar en tu prima como mujer - grita enojada y salgo apenado del lugar.

Subo a mi auto para arrancar más que enojado, llegó a la entrada de su academia para ver como sale sonriendo al lado de un moreno, quien le ofrece una botella de agua.



Lo prometido es deuda, un capitulo faltando minutos para mi cumpleaños...

El pecado del Faraón (saga Faraón) IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora